Eugenio Leal

LA HABANA, Cuba, mayo, www.cubanet.org -En la tarde del viernes 14 se efectuó la apertura de la exposición “Imágenes de la herejía” en la galería Villa Manuela, adscripta a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Se exhiben las obras de dos artistas plásticos:

E.-Cellez-3.-Frente-al-Espejo

Noel Morera Cruz, Matanzas, Cuba, 1962. Estudios elementales en la Academia San Alejandro, Cuba. Taller René Portocarrero, Ciudad de La Habana. Miembro del Taller de Artes Gráficas de La Habana. Miembro de la UNEAC. Con diversas exposiciones personales y colectivas. Premios nacionales. Colecciones en:
Estambul, Nueva York, Los Ángeles, Nueva Jersey, España, Portugal, Mónaco, París, Rusia, Alemania, Japón, México, Cuba, Corea, Buenos Aires, Puerto Rico y Venezuela.

Elvis Cellez González, Pinar del Río, Cuba, 1972. Graduado de la Escuela Profesional de Artes Plásticas de Pinar del Río. Miembro de la UNEAC. Con diversas exposiciones personales y colectivas. Premios nacionales. Colecciones en: Arizona State University Art Museum, Estados Unidos. Museo de Arte de Pinar del Río, MAPRI. Galería Carmen Durango, Valladolid, España. Alemania y Costa Rica.

En ambos creadores, las imágenes confluyen en el erotismo y la sensualidad. Con la falta de esperanza, tristeza, indiferencia, homosexualidad masculina y los seres andróginos nos llega la herejía.

Recordemos que por herejía (del griego hairesís) se entiende el error en materia de fe con persistencia. Por extensión la palabra designa la transgresión de la moral, y los dogmas o preceptos establecidos por el centro de poder, de la sociedad en cuestión. De ahí que hereje es el que actúa o perciben diferente a los patrones vigentes.

N.-Morera-1.-Eva-y-Guillermo,-2010.-200-x-150-cm.-Acrílico-sobre-lienzo

Desde los albores de la humanidad, los grupos: familia, horda, tribu, ciudad Estado o nación, incorporaron signos distintivos que los identificara y así poderse reconocer. Con ello se establecía una diferencia: nosotros y los otros. Con el tiempo, en cada época, cultura y sociedad las normas pasaron a ser tradiciones comunes. Se reciben desde la infancia y las incorporamos a nuestra vida. Es lo que en psicología se denomina: compromisos cognoscitivos prematuros.

De España nos llegó, con la cultura judeo-cristiana y católica, en particular, las tradiciones y dogmas que nos marcan como nación. El temor, rechazo y exclusión del diferente forman parte de nuestra idiosincrasia nacional. Lo más tenebroso ha ocurrido, en los últimos 50 años, al institucionalizarse esas tendencias nefastas en la sociedad. Este ha sido un medio para el control del libre albedrío intrínseco en cada ser humano. Con el objetivo de sojuzgar al ciudadano se premia el enfrentamiento de unos contra otros. De cómo logremos exorcizar a los demonios de la intolerancia, depende nuestro futuro como nación.

Por eso, la exposición resulta singular en nuestro medio. Aspiro al día en que ningún ser humano sea repudiado y al leer al poeta peruano Cesar Vallejo, haga suya la estrofa final del poema Espergesia, que dice: “Yo nací un día / que Dios estuvo enfermo, / grave.”