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Entre las cuerdas

Tico Morales, APLA

CIEGO DE ÁVILA, mayo, Cuba (www.cubanet.org) - Todavía recuerdo aquellas peleas de boxeo circense que se montaban en el pueblo, para entretenimiento de los ciudadanos más humildes, caracterizadas por las bromas y la falta de técnica de los contendientes, pues con aquellos enormes guantes de entonces nadie sobre el ring salía ileso de una trompada.

El plato fuerte de una de aquellas noches fue el combate entre dos de los personajes más conocidos en  Morón: Kid Caray y Zapato Viejo, para muchos simplemente Zapatico. Las peleas, de campana a campana, se recuerdan, no por su calidad boxística,  sino por lo caricaturescas. Entre piñazos y trompadas, todos reían en las gradas.

Un fuerte gancho de Zapatico al estómago hizo que Kid Caray bañara en vómito al referee del combate, pues minutos antes de la pelea, el Kid se había comido un pan con lechón acompañado de un batido de mamey que tiñó la vestimenta blanca del árbitro. Pero la cosa no quedó ahí, y una derecha de Caray puso a volar la dentadura postiza de Zapato Viejo, quien, de bruces sobre el encerado, jamás la encontró. Su oponente, en gesto simbólico, le cedió la suya, gesto que provocó el aplauso cerrado de la concurrencia.

Los años han pasado y los “boxeadores” desafían el tiempo. Caray, barrendero retirado, es el orgullo de las calles de Morón. Fue Vanguardia Nacional del Trabajo durante varios años; humillado por algunos dirigentes de la localidad quienes, aprovechándose de su humildad y su bajo nivel cultural,  le robaron dos premios otorgados por su condición de vanguardia: un viaje a la Unión Soviética y 15 días en Varadero.

Caray siguió sacándole brillo a las calles de Morón hasta que Omelio Gómez, director de la empresa Comunales, decidió que Caray no debía seguir limpiando la ciudad, y pasó la tarea a otro empleado de la empresa. “Yo no sabía hacer otra cosa, y si dejaba de barrer, me iba a morir” –dijo Kid Caray, que, aunque no recibe nada, sólo su retiro, sigue barriendo las calles de campana a campana.

Zapatico, por su parte, anda saco al hombro recogiendo latas y botellas vacías para vender en las tiendas recolectoras de materia prima. Zapato Viejo no recibe pensión del gobierno por cantar, arte que aprendió malamente al calor de los grupos musicales del municipio: Yambú y Capichines, en los cuales se inició como utilero, o tarugo.


Ambas glorias de la risa y el boxeo circense no han dejado de ser, a pesar del paso de los años, los tipos más populares de Morón.   



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