Leonel Alberto Pérez Belette

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) -  Las sustituciónes de altos funcionarios por su mal trabajo es un paso de avance, pero resulta insuficiente. Son maquillaje en el rostro de una anciana moribunda. Los ministros-militares, van y vienen, pero los errores perduran.

El destituido Carlos Lage ordenó eliminar los kioscos de venta de los artesanos, ubicados en ferias al aire libre y reubicarlos en lugares cerrados. La próspera Feria de Malecón, que aglutinaba a decenas de negocios familiares autorizados por el gobierno, fue trasladada. En su lugar abrieron un negocio estatal que vende comida en divisas, y un local dedicado a la renta de apartamentos, oficinas y espacios comerciales a entidades extranjeras. Estos engendros inventados por Lage, hoy por hoy, no tienen clientela y reportan pérdidas; pero siguen abiertos, mientras los artesanos continúan aplastados por la bota de los mandarines.

En aquel momento, muchos artesanos optaron por abandonar el país. La Feria era un alivio económico para cientos de familias, pero fue barrida por decreto. El fácil acceso desde todos los puntos de la capital, convertían la Feria del Malecón en una opción para los nacionales y visitantes extranjeros. Lo que quedó de Feria se ubica ahora en un espacio bajo techo dentro de la tienda por departamentos Fin de Siglo, en el municipio Centro Habana.  

Lo mismo ocurrió con restaurantes particulares, cafeterías, carpinterías, talleres, servicios de mudanza y otros oficios olvidados, que satisfacían las demandas de la población

Por otra parte, la Oficina del Historiador de la ciudad siguió los pasos de Lage, y la Feria de artesanía de la Catedral fue trasladada a los antiguos almacenes del espigón San José. El resultado ha sido funesto, pues la Feria perdió su gracia y atracción.

Los artesanos afirman que las autoridades los colocaron en nuevos stands, pero las ventas disminuyeron, aunque no drásticamente. La lejanía del nuevo emplazamiento impide el flujo de viejos y nuevos clientes.

El espacio natural de las ferias siempre ha sido al aíre libre.