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La pelea en el estadio

Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, marzo, www.cubanet.org - La tecnología erosiona  al sistema totalitario.  Las imágenes ocultas al público nacional del incidente del domingo 28 de febrero en el estadio José Antonio Huelga de Santi Spiritus, que ahora corren por los sistemas digitales independientes, permiten comprender algo mejor el incidente.  La actitud antideportiva de algunos peloteros.  La complacencia  de los árbitros.   La debilidad de las medidas tomadas por la Dirección Nacional de Beisbol… y lo peor de todo, la actitud de la Policía Nacional.

El combate deportivo entre los equipos Industriales y Santi Spiritus alcanzó límites extradeportivos.  Lleno de pasiones, el Play off de la 49 Serie Nacional de Beisbol, despierta el comentario de Raquel una anciana de 80 años, que vive en el Cerro.  La polémica está en la calle. Pero, el ardor no puede terminar en violencia.  En peligro para la vida humana. No puede convertirse en fanatismo, intolerancia y muerte.

Ver a Lisbán Correa, bate en mano, correr descontroladamente detrás del pitcher local Yaniel Sosa, mientras lanzaba batazos a todo el que trataba de detenerlo. El árbitro de segunda base o el jardinero central contrario. Testifica la violencia implícita en ese noveno inning. Si segundos después vemos incorporarse a la trifulca, también madero en mano, a un pelotero espirituano no identificado. Los niveles de peligrosidad están en rojo.

El término batalla campal, colmó en ese momento su significado.  Un equipo contra otro.  Piñazos,  patadas y estrallones.  Mientras la bronca se trasladaba de un área a otra de los files.

“Las palmas” del desastre se la lleva la policía nacional. Los gendarmes, cuantificados en varias decenas, arremetieron contra el equipo visitante con tonfas, gas pimienta y patadas.  Se convirtieron de disuasores, en actores comprometidos.  Sobresalieron los que golpeaban por la espalda mientras otro aguantaba, o los que en número de tres y cuatro golpeaban a los peloteros capitalinos.

En las imágenes se aprecia, la presencia de al menos un teniente coronel y un mayor de la policía en completo uniforme.  ¿Cuál fue su papel?, el público lo desconoce.  Los medios de comunicación no valoraron la actuación de las fuerzas del orden.

El martes 2 de marzo el diario Granma hizo pública una declaración de la Dirección Nacional de Beisbol sobre el caso, y las sanciones, todas menores, impuestas a siete deportistas.  No hubo referencia al rol de los árbitros en el desencadenamiento de la tormenta.  Tampoco se pronunciaron sobre el tema el Comité Olímpico Cubano (COC), ni el Instituto de Deportes Educación Física y Recreación (INDER).

Un comentario firmado por Oscar Sánchez Serra, dejaba más dudas que aclaraciones.  Por suerte, la tecnología, en forma de cámaras digitales y Smartphones, usada por los aficionados presentes en las gradas, nos dio la información que las cámaras de la televisión oficial nos ocultaron.

aleagapesant@yahoo.es  




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