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A lo bestia

José Hugo Fernández

LA HABANA, Cuba, marzo (www.cubanet.org) - Cierta leyenda sobre los tiempos de la Sierra Maestra habla de un comandante guerrillero (cuyo nombre varía según quien narre) que al verse ante el imperativo de ahorrar balas, impartió la salomónica orden de ahorcar a todos sus prisioneros.

Ese estilo de economizar recursos y, en general, de disponer las cosas a lo bestia, nunca fue abandonado por nuestros caciques. Al contrario, parece haber quedado como patrón, convertido en una de sus joyas didácticas de ordeno y mando.

A lo bestia también ha sido ordenada la última medida de ahorro que por estos días se aplica en los círculos infantiles pertenecientes al municipio habanero La Lisa.  

Suprimido el sistema de transporte que llevaba hasta cada círculo los suministros para la alimentación de los niños, no hay dudas de que las autoridades de este municipio estarán exhibiendo muy buenos resultados en cuanto al ahorro de combustible. Lo que seguramente no reflejan sus estadísticas es la odisea que ahora constituye garantizar el almuerzo y las meriendas en tales instituciones. Mucho menos reflejarán el aumento en los índices de robo, despilfarro y desvío de recursos que ha generando esta medida.

Al suspender la transportación oficial, dichas autoridades se limitan a depositar los suministros en un almacén, único, centralizado, para que cada uno de los administradores de los círculos infantiles se ocupe de hacer llegar, por su cuenta y con sus propios medios, los víveres a los respectivos lugares de destino.

Por supuesto que tales administradores no reciben la más mínima asignación de recursos (ni transporte, ni combustible, ni créditos, ni dinero) para llevar a cabo sus gestiones. Y es así como entra en el juego el espectro peludo de la corrupción.

Al verse obligados a contratar algún medio de transporte, por barato que resulte (muchos alquilan carretones tirados por caballos), y ante la lógica imposibilidad de pagarlos con dinero de su bolsillo, a los administradores no les queda otra salida que costear estas transportaciones en especias, o sea, con parte de los suministros asignados para el almuerzo y las meriendas de los niños.

Mientras, las autoridades municipales hacen la vista gorda. Evidentemente lo que les interesa es cumplir con la orden de ahorrar combustible. Aunque sea a lo bestia.




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