Aleaga Pesant

La Habana, Cuba, julio (www.cubanet.org) - Los cúmulos avanzaron desde el sur. El aire de agua batió las copas de los árboles. Las hojas en el piso fueron barridas como por arte de magia, y amontonadas en las esquinas.  Los transeúntes apuraron el paso el paso para que no los sorprendiera el aguacero. La caída de las primeras gotas los obligo a refugiarse en un portal de la avenida Paseo, en el Vedado.

El hombre buscó el celular para alertar sobre su demora. El torrencial aguacero inundaba las calles Con sorpresa notó que el teléfono no funcionaba. Cuatro horas después la situación continuaba. Intentó llamar a su casa, y nada. No era un fallo técnico. El 15 de julio, al menos cuarenta teléfonos (móviles y fijos), pertenecientes a periodistas independientes, blogueros, relatores de derechos humanos y activistas cívicos, fueron desconectados.   

Las reclamaciones a la empresa estatal de comunicaciones, Etecsa, subordinada al Ministerio de la Informática y las Comunicaciones, y en especial al Comandante de la Revolución Ramiro Valdés, no tuvieron éxito. Las simpáticas funcionarias no entendían lo que pasaba. Unas llamadas a los supervisores, les aclaraban que el asunto venia de “arriba”.  Diligentes respondían a los reclamantes.

 –Mire señor, su teléfono está fuera de servicio, seguramente el día 22 se solucionará el problema.

A otros se les aclaró que los problemas eran internos y habría que esperar a que los linieros les visitaran, en el caso de los teléfonos fijos. Los afectados, ya sin sombra de dudas, dejaban claro que la interrupción era un tema de seguridad nacional.

Un ensayo, un ejercicio práctico, o como dicen los militares, una maniobra con desconexión real. No hay casualidad en la interrupción de los teléfonos. Hubo una orden y se cumplió. ¿Por qué? Veamos.

Las comunicaciones y la información son elementos de poder en momentos críticos. Entre los primeros pasos de los golpistas está el control e interrupción del servicio de emisión y recepción de información. Léase las líneas de teléfonos, radio y tele emisoras. Las emisoras son controladas. Los teléfonos son cortados.

La interrupción de los teléfonos de los activistas pro democracia coincide en el tiempo con el destierro de un grupo de presos políticos, con unas maniobras militares de envergadura media en la zona oriental, y con la reaparición pública de Fidel Castro.  ¿Ejercicio de desconexión o preludio de eventos significativos? Algún día lo sabremos.

aleagapesant@yahoo.es