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Trasval no acepta propina

José Fornaris, PD

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - Hace unas décadas, en las cafeterías y otros centros de servicios de Cuba, apareció un cartel que anunciaba: “No aceptamos propinas. Ganamos un salario decoroso”. 

En esa época aún había clase media en Cuba y adinerados de cuna. La lucha de clases comenzaba a tornarse una infusión obligada cada día. En un tiempo relativamente breve sólo quedaron en la isla la clase pobre y la dirigente. Pero como la segunda, aunque aseguraba que representaba a la primera, no asistía a los lugares donde iba la población, no fueron necesarios los letreritos, dando cuenta de la negación a aceptar propinas, porque nadie tenía para darlas. 

Pasaron los años, llegaron las remesas familiares y el turismo extranjero. Las zonas divisa y el comercio minorista en igual moneda sentó plaza. Y la propina volvió, al parecer para combatir el igualitarismo, que ahora (se dice de forma oficial) es dañino,

En la tienda Trasval –se anuncia como ferretería-  las empleadas no quieren aceptar propinas. Trasval significa Compañía de Seguridad y Traslado de Valores y fue creada como una dependencia del Consejo de Estado hace siete años. Aparte de lo anterior, se dedica a mensajería de todo tipo, cerrajería de alta seguridad, ventas mayoristas y minoristas de artículos de protección y ferretería, instalación de sistemas de seguridad integrales, extracción de efectivos y protección de valores. Y hace unos dos años abrió una tienda en el inmueble donde estuvo el conocido Ten Cents de Galiano, en el municipio Centro Habana. 

Un humorista del patio afirmaba que ese establecimiento era un museo, porque según él, había más seguridad interna para cuidar una escoba, que la que tiene la célebre Mona Lisa en el Louvre. Pero en enero de este año, ese comercio pasó a  formar parte de la cadena TRD (Tiendas Recuperadoras de Divisas), perteneciente a las Fuerzas Armadas Revolucionarias, lo que trajo como consecuencia que el estatus general de la tienda bajara. De los 32 CUC mensuales que recibían los empleados (aparte del salario en pesos), pasaron a percibir sólo diez pesos convertibles.  

Y ahora, para colmo, desde el pasado mes de junio tampoco pueden recibir propinas. ¿Por qué? “Llegó una gerente nueva –narra una joven cajera- y  determinó que teníamos que entregar las propinas que recibiéramos. Entonces, para tener que entregárselas al Estado, nosotras, sencillamente, no las aceptamos”. 
-¿Y a qué obedece esa decisión de la gerente? –pregunto a la joven. 

-No han dado explicación.  Así que ahora ganamos menos, y arriba nos quitan las propinas. Antes podíamos, con ese dinero extra, llevar galletas o bombones a nuestros hijos, pero ya ni eso podemos hacer. Si nos quedamos con la propina podemos perder el trabajo. 

¿Habrá comenzado de nuevo, por esa tienda, la lucha de clases? ¿Volverán a hablarnos de los burgueses explotadores y de la economía política de Nikitin y de la plusvalía que obtienen los abusadores dueños de las fábricas y negocios? ¿Volverán los largos y mesiánicos discursos del líder máximo? ¡Coño!, antes que eso cualquier cosa. Rompo lanzas a favor de las propinas en Trasval. ¡Por Dios! Que boten a la gerente antes de que haya un contagio.

fornarisjo@yahoo.com 




http://www.cubanet.org/inicio_tienda.html
 
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