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La alimentación en El Guayabo

Fabio Prieto Llorente, prisionero de conciencia

PRISIÓN EL GUAYABO, Isla de la Juventud, Cuba, (www.cubanet.org) - Con una alimentación pésima, los presos desnutridos, o “bajos de peso”, como les llaman los militares, no faltan en la prisión El Guayabo. Los más afectados son los que dependen exclusivamente del sancocho que sirven tres veces al día.

La alimentación consiste, principalmente, en productos mal cocinados, en ocasiones podridos. El desayuno casi siempre es una infusión de hierbas recogidas en los alrededores de la prisión, y azúcar. El pan, del día anterior, no alcanza los 50 gramos, y nunca trae nada adentro.

Almuerzo y comida apenas se diferencian. Los caldos vienen con chicharos una vez al día, sancochados con ajo porro y cebo de vaca; se les agrega arroz, y en ocasiones fideos o espaguetis. A veces los sirven con mal olor. El plato fuerte, indistintamente, donde el huevo hervido siempre está presente, es picadillo, pasta, o bolitas de sub productos de cerdo o res que la perversión imperante en la cárcel llama jamonada o medallón de carne. Los viernes en la tarde toca pollo, y a veces un perro caliente.

Si todos no estamos desnutridos lo debemos a nuestros familiares que aportan leche, galletas y otros productos. No faltan los que van a la visita familiar y regresan sin jaba o con pocos alimentos, porque sus familiares no han encontrado nada que llevar.

Muchos reos, con menos 30 años, han perdido la los dientes, padecen de presión arterial y otras enfermedades. En el comedor los presos comen en bandejas de aluminio fregadas sólo con agua. En la nave en que me encuentro sólo tres presos estamos autorizados a ingerir los alimentos en vasijas propias. En el comedor no hay agua para beber. El aceite o cualquier otro producto para mejorar y aumentar los alimentos hay que llevarlo.

Viandas y vegetales no se ven. Las frutas tampoco. La prisión, alejada 8 Km. del poblado más cercano, está rodeada de tierras fértiles, cubiertas de marabú. En más de 30 años los militares no han sembrado un árbol frutal. Existe un pequeño organopónico que garantiza productos del agro para la policía.

De los 400 presos que cumplen condenas en El Guayabo, unos pocos trabajan en servicios relacionados con el penal: una carpintería y una fábrica de bloques que ocupa a unos 30 reclusos.

Reos de mínima severidad pueden permanecer encerrados en sus naves porque las autoridades dicen que no hay trabajo para ellos. Aunque los salarios de 225 pesos  mensuales representan solo 11 dólares, prefieren trabajar sólo para salir y aumentar en algo los alimentos.  

Así nos alimentamos en las prisiones de Cuba, donde se critica a diario el trato en las prisiones de Estados Unidos, porque algunos espías cubanos encarcelados en aquel país, comieron 3 días seguidos chuletas de cerdo, algo que no hemos visto durante años, ni en sueños.  



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