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Colapso

Martha Beatriz Roque Cabello

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - No hay que ser economista, ni siquiera entendido en la materia, un simple observador de la vida del país sabe que si hay recursos desempleados, tales como trabajadores, fábricas y tierras ociosas, la economía no se encuentra en el límite de posibilidades de producción, sino en algún punto situado por debajo. Si a esto se añade el descontrol, se obtiene una fórmula de ineficiencia y retroceso, que es la que impera en estos momentos en la isla.

El gobierno, debido a la intervención estatal, no ha sido capaz de construir un sistema económico eficiente, ya que no considera necesarias las recompensas para estimular a los trabajadores, sólo quiere mantenerse en el poder a través de la “ideología” mediatizada e impuesta desde los primeros años de la infancia.

La semana pasada se caracterizó por la insistencia en el ahorro, el incremento en los apagones, la escasez de agua y la falta de alimentos, no sólo en los establecimientos de venta, sino también en los hogares.

Un país que hasta hace poco se regodeaba en la idea de tener tecnología de punta para la salud pública, hoy aboga porque el examen clínico supla cualquier carencia o evite todo gasto innecesario de recursos, para que no exista tanta dependencia de las tecnologías de diagnóstico, como premisa del sistema de salud. Se plantea un ahorro en la formulación “desmedida” de recetas médicas y en el uso de análisis complementarios innecesarios.

Las determinaciones de cambio que se supone que tome el gobierno para solucionar la crisis, están todavía en alguna gaveta. Aunque todos están conscientes que los tiempos exigen mayor rapidez en la toma de medidas, las decisiones se tornan extremadamente lentas, y por otro lado, algún asesor gubernamental -de los que le serruchan las patas a la mesa- ha propuesto, en medio de esta crisis, cambios en la división político administrativa del país, que vendrán a complicar aún más la situación de los empleos sin productividad, dividiendo provincias y haciendo nuevos municipios, con la creación de más estructuras administrativas, que sólo servirán para incrementar la ineficiencia. No existe la menor idea de que antes se pudieran realizar análisis de riesgos, para ver si esta nueva organización traerá factibilidad y beneficio económico.

Como algo adicional, que aumenta el daño irreversible por el que está pasando la economía, se encuentra el descontrol existente en las empresas. Los resultados de cualquier auditoría, ya sea nacional o provincial, cuando se publican en la prensa, son desastrosos. Y como solución, siempre está la aplicación de medidas disciplinarias.

La Contralora General de la República quiere que se a estas alturas se comprenda la necesidad del control para alcanzar una mayor eficiencia económica. Sin embargo, las empresas y unidades presupuestadas carecen de asesoramiento, de sistemas de contabilidad coherentes con la actividad que realizan, y sobre todo, de información documental que les permita realizar consultas, en un país en que la mayoría de las transacciones comerciales se consideran delitos, porque violan algo establecido

Sigue siendo la estación estival la gran preocupación del gobierno, se ha convocado incluso a utilizar de manera sistemática y óptima el talento artístico en los territorios, para proponer una programación cultural atractiva y diversa que permita que la gente esté ocupada durante el verano, algo que se presenta difícil para las autoridades. Se le da gran importancia al hecho de que en tiempos de crisis económica, haya que sostener la vida cultural con soluciones creativas, de modo que se consiga satisfacer plenamente las necesidades espirituales de la población

Sin embargo, los pocos estímulos que tenían los trabajadores, tales como casas en la playa, equipos electrodomésticos, etc., están eliminados, pues se lucha “contra las gratuidades”, esas mismas que se impusieron como línea de trabajo durante tantos años. Se habla de ellas como si no se supiera quién las inventó.

Por su parte los trabajadores se separan cada vez más de la línea gubernamental, tratando de resolver sus problemas del día a día y dejando de asistir a las llamadas asambleas de trabajadores, que en algunos centros laborales ni se efectúan; y eso que en diciembre de 2004, cuando se llevó a cabo el XV Pleno del Comité Nacional de la CTC (Central de Trabajadores de Cuba), se dieron las orientaciones para potenciar el sistema de asambleas, lo que demuestra que estas actividades de las organizaciones de masas, e incluso del Partido Comunista, se quedan en los acuerdos.

Cada vez que se hace un análisis de la situación económica y social del país, resulta peor en sus resultados que el anterior. La gerontocracia se empeña en mantener la línea dura de extremo, que sin lugar a dudas hará colapsar en cualquier momento el país. Aquellos que administran los recursos del Estado, a nombre de los gobernantes totalitarios, no tienen en cuenta que deben preservarlos, y mucho menos la forma de emplearlos en beneficio de la sociedad.




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