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Pollo y homosexualidad

Jorge Olivera Castillo, Sindical Press

LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - De veras no podría definir si fue una payasada o la torcida lógica de un ignorante. Evo Morales ha dicho que la ingestión de carne de pollo conduce a la homosexualidad. Este fenómeno, según el actual presidente de Bolivia, afecta solamente al género masculino. Es decir, que los hombres homofóbicos deben evitar el consumo de aves de corral, si no quieren terminar en el bando de quienes no quisieran ver ni en caricaturas.

¿Podría considerarse al señor Morales un mandatario de respeto, después de una afirmación sin ningún aval científico y en perfecta armonía con la idiotez?

Tal parece que buscaba un golpe de efecto para ganar mayor atención de la opinión pública internacional. Las expresiones fueron hechas delante de las cámaras y los micrófonos, en la clausura de la I Conferencia Mundial de Pueblos sobre el Cambio Climático y la Madre Tierra.

Sus valoraciones no sólo trataron sobre los peligros del pollo para conservar la masculinidad a salvo de influencias feminoides; también aseguró que la existencia de tantos calvos en Europa se debía a los malos hábitos alimentarios. Evo, quizás basó sus tesis en viejas creencia indígenas o en un empirismo más cerca de la estupidez que del análisis sensato.

En su retorno a las bases del indigenismo como una manera de oponerse a la civilización occidental, que por supuesto no es perfecta y arrastra una serie de notables deficiencias, el presidente boliviano enseña unas credenciales que obligan, cuando menos, a fruncir el ceño.

Alega que los únicos pollos que no representan peligro para mantener los rasgos y los modales varoniles, son los alimentados y criados naturalmente. El resto, es decir, los que venden en los supermercados vienen con los gérmenes para cambiarles la sexualidad a los potenciales consumidores.

Evo Morales olvidó puntualizar si los efectos comenzaban de inmediato o tras ingerir una determinada cantidad del producto. Habrá que esperar si accede a responder esta y otras interrogantes que deben estar rondando a miles de personas deseosas de conocer más sobre las novedades en relación con las advertencias del mandatario. No se debe olvidar que en este mundo hay personas dispuestas a creer en cualquier cosa, incluso en las más absurdas tonterías.

En Cuba no hay muchas personas enteradas del asunto. En los periódicos lo que se lee es la cartelera de la programación televisiva y la página dedicada a las informaciones deportivas. Algo parecido ocurre en los otros medios de comunicación. La inclinación para sintonizar noticias, tanto nacionales como internacionales, es mínima.

“A mí como si me salen plumas mañana o me da por ponerme minifalda y tacones. Cada vez que pueda comer pollo lo haré sin pensar en nada de eso. Es mi comida favorita y no voy a renunciar a ella”, eso me dijo Vicente, un vecino heterosexual al que le comuniqué la información de Evo despachada en las conclusiones del foro internacional. 

“Ese indio es un farsante. Esa es una de las carnes que más he comido en toda mi vida y soy un hombre en todo el sentido de la palabra”, alegó Manuel, un chofer de taxi que al ponerlo al corriente del asunto pensó que le estaba tomando el pelo.

Los  sectores homosexuales de varios países latinoamericanos rechazaron las afirmaciones del Presidente boliviano al considerarlas abiertamente discriminatorias. Sin embargo, un integrante de este grupo social residente en La Habana, se mostró deseoso de que Evo Morales haya acertado en sus declaraciones.

“Ojalá y fuera verdad eso. Con tal de aumentar mis atributos femeninos, seguro que trataría de comer pollo con mayor frecuencia”.

Es penoso que un mandatario haya lanzado esas disparatadas teorías en público. Lamentablemente fue hace poco reelegido, y se dice que sigue disfrutando de un envidiable nivel de popularidad. Sin comentarios.

oliverajorge75@yahoo.com




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