Gladys Linares

LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - Cuando la vecina lo dijo no lo creí. Ella trabaja en la antigua fábrica Crusellas, hoy Suchel, en el reparto habanero Santos Suárez, en el departamento de control de calidad.  

Hace unos días llegó el jefe sindical a su puesto de trabajo y le preguntó si participaría de la marcha por el Primero de Mayo, en la Plaza de la Revolución. Dijo que sí, que por supuesto trataría de ir porque, como él sabía, tenía hijos pequeños.

Entonces el jefe sindical sacó una planilla de una carpeta y le dijo:

-Bien, si vas, firma aquí.

La planilla decía: Trabajadores que se comprometen a asistir al 1ro. de Mayo.
Ella firmó en el sitio donde aparecía su nombre, y le repitió al sindicalero:

-Le dije que trataré de ir, porque si tengo algún problema con los niños, me quedo en casa.

El hombre la miró un momento, y le dijo:  

-Si firmas, vas. No hay discusión.

Cuando la vecina hace la historia, recalca que en los diez años que lleva trabajando en Suchel, jamás le había ocurrido eso. Obviamente, a toda costa quieren llenar la plaza ese día.