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Servicio electoral obligatorio

Laritza Diversent

LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - El próximo 25 de abril se celebrarán las elecciones municipales, para renovar los órganos locales del Poder Popular. No obstante, para la ciudadanía el proceso electoral es completamente intrascendente desde el punto de vista político.

Votar se redujo a marcar con una cruz en una hoja de papel. El sufragio activo (derecho a elegir) se transformó en un deber revolucionario, que si bien en principio no es impuesto a la fuerza, psicológicamente el ciudadano está obligado a cumplir.

No asistir a las urnas puede traer consecuencias negativas en la vida social y laboral de un ciudadano. Los llamados “factores de la localidad”: el presidente del Comité de Defensa de la Revolución el responsable de vigilancia y el secretario del Partido Comunista en la zona, pueden catalogarlo como un desafecto del gobierno. Esa posibilidad implica serios riesgos ante la más mínima investigación por parte de las autoridades.

Incluso, en estos momentos que se viven, y contra todo pronóstico, dudo que la asistencia a las urnas no supere el 95 o 96 %. Recuerden que más de un millón de trabajadores del sector empresarial y presupuestado estatal serán declarados disponibles. Es cuestión de supervivencia mantener la apariencia y un aval político adecuado con los parámetros comunistas, para tener posibilidades de mantener el puesto laboral.

Los que no trabajan tampoco quieren llamar la atención de los factores. Saben que donde primero investigan las autoridades es en la casa del presidente del CDR. Generalmente un viejito de más de 70 años que ha dedicado su vida entera a la revolución y está comprometido a rendir  cuenta de todos los detalles privados de sus vecinos. Informar es considerado un acto de reafirmación revolucionaria.  

¿En esas condiciones puede hablarse de democracia o del derecho al voto, como prerrogativa fundamental y forma de participación en la vida política de la nación? Sin embargo, la pérdida de  interés no se debe al hecho de ir a las urnas bajo presión. Socialmente votar no reporta utilidad. Ninguno de los candidatos propuestos en las boletas electorales tiene poder para resolver los problemas de la localidad. 

Sus biografías sólo dicen que pertenecen a las organizaciones sociales y de masa, y su membresía  en el PCC es casi segura. Esos datos son insuficiente para que un elector decida con su voto cuál de ellos es el mejor y el más capaz para representarlos en el gobierno. Mucho menos asegura que sus intereses (elector/elegidos) sean coincidentes.

Dentro de dos años y medios llegarán nuevamente las elecciones. Para ese entonces “las calles de Fidel y de los revolucionarios” tendrán un mayor grado de deterioro y continuarán sin alumbrado público. Uno de los problemas comunales más generalizados en toda la Isla.  

Analizado el panorama en que se desarrollan las elecciones en la Isla, podemos definir el derecho al sufragio de los cubanos como un servicio electoral obligatorio que presta la ciudadanía, para garantizar la continuidad del poder comunista.



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