LA HABANA, Cuba, 18 de enero (Carlos Ríos / www.cubanet.org) - El general Sixto Batista, promotor desde la Asamblea Nacional del Poder Popular de las brigadas de respuesta rápida, en 1990, fue quien acuñó la frase: “Hay que partir cabezas porque la calle es de los revolucionarios”.  

Esta vez, las víctimas de la máxima fueron los opositores Fidel Mojena y Raúl  Velázquez, miembros del Partido 30 de noviembre. 

Mojena y Velázquez fueron agredidos cuando, junto a otros 20 opositores, se encontraban en el cementerio de Colón para orar en la tumba de Miguel Valdés Tamayo, fundador de esa organización opositora, en el tercer aniversario de su muerte. 

Unos cien paramilitares de las brigadas, dirigidas y controladas por la Sección-21 del Departamento de Seguridad del Estado, llegaron en tractores al cementerio, disfrazados de trabajadores, y la emprendieron con piedras y palos contra los opositores. 

Fidel Mojena y Raúl Velázquez fueron heridos en el rostro y tuvieron que ser “rescatados” por oficiales de la agencia de protección a las tiendas recaudadoras de divisas.