Biología
Frank Correa
LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) - Una señora, vecina del barrio, ex profesora de la Universidad de La Habana en la cátedra de Biología, afirma que le sobran razones para criticar el sistema de salud.
Antes de su retiro, y debido a su experiencia, pusieron en sus manos la fundación de los laboratorios encargados del análisis de alimentos, y las propuestas nutricionales de los productos que se comercializan en las tiendas de divisas. La señora expresó a este reportero que está molesta con los resultados, porque se están violando las normas técnicas de muchos productos.
Por ejemplo, las pastillitas de caldos concentrados y los sazonadores completos, andan muy lejos de sustituir el ajo, la cebolla, el ají, saturados como están de colorantes y sabores. El tomate natural da un gusto único a la comida, y el que venden concentrado no sabe igual, y sus propiedades nutritivas se reducen en el proceso de elaboración.
Se refiere también a los vegetales en polvo y a los encurtidos. Cuando se refirió al pescado, las carnes, los mariscos, especificó que esos alimentos no pueden sustituirse. El animal de cuerpo presente, y no el extracto, es la única garantía.
La bióloga se refirió también a la inexactitud de cualquier control estadístico sobre la alimentación en la Isla. “Es muy difícil ser nutricionista en Cuba. Peor aún, encargarse de profetizar niveles de producción y estimados de calorías por habitante”.
La gente en está saturada de sazonadores sintéticos y pastillitas. Hace tiempo que no se recuerda lo que es un carnero vivo, y muchos menos una vaca.
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