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El evangelio oficial  (I parte)

Osmar Laffita Rojas

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - El Consejo de Iglesias de Cuba (C.I.C.), dependiente de la Oficina de Asuntos Religiosos del Partido Comunista,  conmemoró el pasado 11 de julio el décimo aniversario de la celebración evangélica cubana.

Como antecedente de este evento debe señalarse que en 1997, Raúl Suárez, Marcial Miguel, Reinerio Arce y Oden Marichal, propusieron a la Oficina de Asuntos Religiosos del P.C. la celebración evangélica. Se aceptó la propuesta pero se fijó para el siguiente año, debido a que en enero de 1998 se produjo la visita a Cuba del Papa Juan Pablo II.

La celebración evangélica se llevó a cabo en el estadio Pedro Marrero. Se había previsto una concurrencia entre 7 mil y l8 mil feligreses, pero no sobrepasaron los cuatro mil. Esta falla, los organizadores del evento  la atribuyeron a problemas surgidos en el último momento con el trasporte.

El acto estuvo marcado por desavenencias y encontronazos, provocados por  María de los Ángeles, de la Oficina de Asuntos Religiosos del PC, la cual exigió que los textos de la liturgia fueran leídos, y las canciones de los coros previamente grabadas. Es decir, pretendía  evitar cualquier improvisación que pudiera escaparse de su control. Contrario a ella, Marcial M. Hernández y Raúl Suárez, dirigentes del Consejo de Iglesias, plantearon que la actividad se desarrollaría en vivo.

Desconociendo la autoridad de los dirigentes del C.I.C., María de los Ángeles exigió que las canciones fueran dobladas y monitoreadas por los camiones de control remoto de la televisión cubana, algo que no se hizo, porque las cantantes no saben doblar.

Ante tal dilema, a la funcionaria no le quedó otro remedio que permitir que los  integrantes del coro cantaran en vivo.

Una situación similar ocurrió con los textos de los sermones. Se les pidió a todos los que intervendrían que entregaran los textos con anticipación para ser sometidos a revisión. Los que sermonearon comenzaron leyendo su liturgia, pero terminaron expresando lo que su corazón y sentimientos querían.

El evento, en cuanto a asistencia, fue malo; pero en lo referente al culto religioso, a pesar de los inconvenientes, fue aceptable. Esto se debió, por un lado, a que Marcial Miguel Hernández, Presidente del Consejo de Iglesias de Cuba, en su plegaria bendijo al Presidente de Cuba, General Raúl Castro, y a su familia, al igual que a todos los cubanos.
Planteó, además que no se podía seguir viviendo en el pasado, porque nuestro futuro no depende del pasado, sino de lo que seamos capaces de hacer hoy para  bendecir la prosperidad de Cuba.

En línea opuesta a estas ideas, las palabras de Ofelia Ortega, pastora de la Iglesia Presbiteriana Reformada, y Presidenta para América Latina y el Caribe del Consejo Mundial de Iglesias, se centraron en la libertad de los cincos espías cubanos presos en los Estados Unidos, y resaltó el desempeño de Fidel Castro como líder de la revolución.

Dedicó varios minutos a resaltar el programa de alfabetización Yo si puedo, que aplica Cuba en varios países, y al preguntar a los presentes por el programa, nadie respondió.
La Oficina de Asuntos Religioso del Partido Comunista no cumplió con los aseguramientos técnicos en cuanto al audio. Esto se resolvió a última hora porque los equipos de control remoto de la televisión cubana, que cubrieron el acto, decidieron asumir esta tarea que no estaba en sus planes.

Los representantes del régimen que presidieron el acto evangélico,  Pedro Sáez Montejo, Miguel Contino, Caridad Diego, Marcial Hernández y Raúl Suárez, cumplieron con su papel de policías para que el acto no se saliera del guión.

ramsetgandhi@yahoo.com

 

 
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