Menos azúcar y más chatarra
Carlos Ríos Otero
LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - La zafra 2008-2009 bajó el telón oficialmente el 30 de mayo. En junio se refinó el azúcar crudo de consumo nacional. A pesar del que el previsto era 1 millón 500 mil toneladas, no se pasó de 1 millón 300 mil.
La molienda debía culminar el 30 de abril para estabilizar la ”zafra chiquita” de noviembre y diciembre, con el objetivo de acumular las plantaciones de cañas quedadas y cosecharlas en ciclos de 20 y 24 meses, para obtener así un óptimo contenido de sacarosa y mayor volumen de azúcar por hectárea.
Sin embargo, la decisión de alargar la cosecha para suplir el déficit de producción, creó para la próxima “zafra chiquita” una deuda en los volúmenes azucareros de 2009-2010. Estas plantaciones tendrán de 13 a 15 meses y la ausencia de las bajas temperaturas de los meses de enero, febrero y marzo, introduce el efecto dominó en la reducción del contenido de azúcar por área.
Mientras, el plan de venta de azúcar a China, para pagar así las piezas de repuesto de los ómnibus Yutong que circulan en la capital, está en quiebra. Se suma el déficit de la producción de níquel y cobalto y el bajo precio de éstos en el mercado mundial. Cuba suple con esos renglones el 60 % de los pagos del comercio con China.
Paralelamente, Raúl Castro ordenó a los militares que retornen al plan de recuperación de chatarra en los 71 centrales azucareros desmantelados, y los inventarios ociosos de los 85 que quedan en pie, con el propósito de recuperar divisas. Se recolectan las aleaciones de bronce, cobre, níquel y sus componentes, que una firma de la Unión Europea comercializa, y finalmente las adquiere una empresa japonesa.
Mientras el obrero azucarero recibe una migaja en pesos cubanos por su trabajo de recolector de metales, los militares se benefician de la chatarra que venden en divisas, y que va a parar a sus cuentas personales.
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