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5 de enero de 200
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Se fueron pronto los rusos

Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, enero (www.cubanet.org) - Dejando más preguntas que respuestas, a las nueve de la mañana del 23 de diciembre levaron anclas los buques de la Armada rusa que habían atracado en La Habana cinco días antes, en visita oficial. Llegó el año 2009, y del acontecimiento no se acuerda ni el muro del malecón. Para el pueblo, la Armada rusa pasó por aquí sin penas ni gloria.

Casi veinte años después de la retirada de las tropas rusas de nuestro suelo, la entrada de los grandes barcos fue una curiosidad para los habaneros que circulaban por la Avenida del Puerto. Algunos padres prometieron a sus crías visitar la cubierta de algún de esos armatostes. 

Fallas de organización, así como las excesivas medidas de seguridad tomadas por la contra inteligencia militar de los ejércitos cubano y ruso, dejaron a muchos de los posibles visitantes en el muelle de la Marina de Guerra Revolucionaria (MGR), e impidieron cumplir uno de los principales objetivos de la visita de las naves de la Flota del Norte: hacer relaciones públicas.

Los  rusos aprovecharon la oportunidad para ser recibidos por el Presidente Raúl Castro, quien no ocultó su alegría con la presencia de los eslavos en sus oficinas. Mientras, clases y marineros montados en ómnibus de turismo y con escolta militar, recorrían lugares de interés de la ciudad.

La presencia de la escuadra naval rusa en Cuba no es algo casual.  Es parte de una estrategia de penetración diplomática y política en la isla que sucede a las visitas del Presidente Medvedev  y del Vicepresidente Igor Sechin, este último en varias oportunidades durante el pasado 2007.

La crisis humanitaria desatada por los huracanes Gustav e Ike en el mes de septiembre, puso de manifiesto para la ciudadanía el “libre acceso” y total conocimiento que tenían los rusos a la realidad nacional, siempre tan disfrazada por las autoridades.

La nueva presencia de los “bolos” -como despectivamente les llaman los cubanos-  provoca sentimientos encontrados. En los medios de comunicación  la ayuda rusa se presentó como muestra del interés de los antiguos soviéticos por ayudar al país, y para ello mostraron con entusiasmo los aviones cargados de mercancías para los damnificados. 

Mientras, la presencia de la Armada, fue mostrada como el regreso al tablero de la geopolítica mundial, esta vez de la mano de Raúl Castro, siempre más abierto a las relaciones con los rusos que su hermano, quien prefería a Hugo Chávez.

La opinión de la calle, en este nuevo año que comienza, más sabia aunque menos informada, se centra en el restablecimiento de los lazos con la antigua metrópolis y la probable  reapertura de instalaciones militares como la estación de escucha electrónica en Lourdes, la de submarinos en Cienfuegos o una pista para que aterricen los bombarderos estratégicos TU-160.

Definitivamente, la presencia de los buques de guerra rusos en La Habana, anticipan para 2009, el estrechamiento de las relaciones entre ambos países, tal vez no como hace 40 años, pero sí con la perspectiva cierta para los rusos de ganar espacios políticos en Cuba y América Latina.

aleagapesant@yahoo.es

 

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