¡Vamos, que se va el tostadito!
José Manuel Caraballo Bravo, APLA
MORÓN, Cuba, enero (www.cubanet.org) - ¡Vamos, que se va el tostadito! Esta frase es conocida en Morón desde hace muchos años, como uno de los pregones más populares entre los moronenses. Los niños que, siendo aun niños, abandonaron la Isla en los noventa ya comían del buen maní tostado que ha hecho historia, y se sorprenden cuando vuelven a Cuba, ya adultos, y encuentran que Bombillo (como todos lo llaman), con más de 70 años, sigue pregonando con el mismo entusiasmo de hace quince años.
Ya está retirado, y su hijo le manda siempre alguna plata de Miami, pero dice que le gusta vender su maní y prestar el servicio a la población.
-En la casa me muero de aburrimiento.
Bombillo camina diariamente los tres kilómetros de la calle principal de Morón, Martí, desde el parque El Gallo hasta el parque Agramonte, con sus espejuelos de fondo de botella, su pequeño bolso al hombro, y los cucuruchos de maní en la mano.
Hace apenas unos meses, cuando la batida "las ilegalidades y la corrupción", Bombillo también se puso en pie de guerra; no para atacar a nadie, ni servir de chivato a otros, sino para con su inteligencia y experiencia mantener a raya a los inspectores que intentaban, e intentan, hacer méritos haciéndole la vida imposible a sus semejantes.
- Hoy sí que rompí el récord -me dijo Bombillo-, averigua qué pasó en la despedida de los trabajadores de la aviación, investiga y luego dime pa' que no me digan mentiroso como a Pío Leiva, que en paz descanse.
Fue fácil averiguarlo: Bombillo, con su popular ¡Vamos, vamos, que se va el tostadito!, había vendido en una hora, y en el mismo lugar, 400 cucuruchos de maní, a peso cada uno. Más que récord, era una hazaña, y un mensaje para los que se empeñan en acabar con el negocio privado, por muy pequeño que sea, como es el caso del viejo Bombillo. |
