¿Saldrá  Denis de la cárcel en tres pies?

Arnaldo Ramos, preso de conciencia del Grupo de los 75

SANCTI SPIRITUS, PRISIÓN NIEVES MOREJÓN, Cuba, agosto (www.cubanet.org) - Denis Miguel Alfonso tiene 40 años; lleva 20 en prisión, la mitad de su vida. Vio nacer el siglo tras las rejas y saldrá, con suerte, cuando el siglo haya madurado.

¿A quién mató Denis? A nadie. Ni siquiera ha sacrificado una res. No es un ángel, ha robado carros y se ha evadido tres veces de la cárcel, pero no es un asesino.

Resulta contradictorio que un país que el año pasado conmutó la pena de muerte a 52 sancionados, un individuo que no ha asesinado a nadie vaya a permanecer en la cárcel durante casi medio siglo.

En julio de 1999 Denis se fugó del campamento Las mulas, del municipio  Jatibonico. Estuvo fugado hasta el 7 de septiembre del propio año, día en que lo capturaron.
Se le acusó de robar 9 vehículos en el transcurso de 40 días, del 26 de julio al 4 de septiembre de 1999: un Austin, dos camionetas Aro, un camión Zil 130, un Ford, dos Moskvích, un jeep y un Chevrolet.

De los 9 vehículos Denis sólo reconoce haber robado un viejo Chevrolet de 1951, el 31 de agosto de 1999. Del robo de los restantes vehículos el fiscal no presentó pruebas concluyentes que demostraran que Denis era el autor.

Sin embargo, la petición de condena (que debe figurar en la antología de la arbitrariedad) presentada por el instructor Osmel Ramos, fue nada menos que de 80 años. La sentencia, dictada por el tribunal fue de 70 años, a razón de 7 años y 9 meses por cada vehículo, la cual fue ratificada durante la apelación del caso. En el juicio se expulsó de la sala al detenido, que no pudo participar en el proceso, violándose así las normas más elementales. El Tribunal también expulsó a la madre del acusado.

Una revisión  de causa realizada el 23 de agosto de 2002 en evidente reconocimiento de lo extraordinariamente exagerado de la sanción, rebajó esa la condena a 25 años.

El régimen cubano, en su informe al Consejo de Derechos Humanos, se refiere a que en el país rige la presunción de la inocencia y la obligatoriedad de que el delito debe ser probado. Si no fuera suficiente con las figuras existentes, como peligrosidad y convicción moral, este caso es un ejemplo de que el sistema judicial cubano se siente liberado de probar la culpabilidad de los acusados.

El hecho de adjudicarle a Denis el robo no demostrado de 9 vehículos le permite al gobierno hacer gala de su infalibilidad, al eliminar casos sin resolver, algo que sucede a diario.

Existen en los documentos oficiales del caso de Denis otras irregularidades, arbitrariedades y contradicciones cuya enumeración harían demasiado extenso este trabajo, pero con lo mencionado es suficiente para poner en evidencia un caso de injusticia, que no es excepción ni mucho menos en un país en que como dijo el propio Raúl Castro existe un “exceso de prohibiciones y medidas legales que hacen más daño que beneficio”.

Como el enigma de la Esfinge, el sistema judicial cubano le tiene preparado a Denis salir de la prisión en tres pies, es decir con un bastón, después que entró en ella casi gateando.