Yoanimanía

José Alberto Álvarez Bravo

LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) - Puede ser un error, pero considero a Reinaldo Escobar como una de las inteligencias más preclaras que he conocido.

A quien quiera disfrutar una lectura en la que haya “de todo”, le recomiendo El año de Yoani, crónica escrita por Reinaldo el 31 de diciembre de 2008.

En este trabajo, él nos lleva de la mano por el camino del éxito del blog de Yoani.  Ningún detalle escapa a la penetrante visión este genuino periodista, maestro del oficio.

En el momento en que él redacta el trabajo, parecía que la estrella de nuestra querida flaca había alcanzad su máximo esplendor. Si alguien hubiera vaticinado su ulterior ocaso, nadie lo habría mirado con extrañeza. Habría tenido sentido, porque su auge parecía haber rebasado lo mejor.

Pero es obvio que Reinaldo –y los que así pensaron- se equivocó rotundamente.  En estos momentos, estamos ante una auténtica Yoanimanía. Comprensible, si se tiene en cuenta la calidad fuera de serie del  trabajo de esta joven.

Escarmentado por su anterior pifia, no creo que Rey se atreva a vislumbrar el tope del reconocimiento mundial a su esposa. Este reconocimiento, en lo que va de 2009, ya supera a 2008.

Algún que otro colega se ha quejado de esta, según dicen, injusta preferencia sobre otros periodistas, pero no hace falta explicar que únicamente los celos motivan tales quejas. Como dice Reinaldo, ella no ha gestionado ninguno de los premios recibidos. Lo único que ha hecho es ponerle corazón y talento a su labor.  Por mi parte, nunca vi en mi vida persona más sencilla que Yoani Sánchez.

Otro detalle que se le debe aclarar a los quejumbrosos, es que las sociedades que triunfan y progresan, reconocen la excelencia como motor de la prosperidad. La mediocridad y la grisura son ingredientes complementarios de la vida, pero no pueden ser elevados a la categoría de paradigmas.

Sirvan estas líneas de pública adhesión a esta cubana, y que su éxito siga aumentando.