La tragedia del flautín

Francisco Chaviano González

LA HABANA, Cuba, agosto, (www.cubanet.org)  - Hace algunos meses la empresa de las panaderías donde se vende a la población el pan normado, comenzó a producir en estas panaderías un pan de flauta de una libra, al parecer con el ánimo de competir con la venta que mantenían los panaderos por la izquierda. Este pan se vendía a 4 pesos (moneda nacional), aproximadamente un tercio del salario de un trabajador al día. No obstante, comparado con el pan de flauta grande que se vende en 10  pesos, resultaba más conveniente, pues aquel que costana el doble, no tenía el doble de tamaño. Por esa razón la población comenzó a preferirlo.

La, llamémosla así, Empresa de la Flauta Mayor, protestó por la competencia triunfadora de las panaderías de venta normada, devenidas Empresas de la Flauta Menor.

El gobierno, dueño de las dos empresas, tomó cartas en el asunto, criticó el intento de competencia como una reminiscencia inaceptable del capitalismo. Valoró cual de sus empresas era más eficiente, y decidió que la de la Flauta Menor tenía que hacer un pan diferente para eliminar la competencia, a la par de aumentar su eficiencia. Así surgió el flautín, un pan de textura suave, en forma de barra, al que le rebajaron 80 centavos y 140 gramos. El precio se fijó en 3 pesos veinte centavos.

La blandura del flautín, que no se sostenía erguido en la mano, provocó que el pueblo le cambiara el nombre y comenzara a llamarle “el desmayado”. Felizmente la gente terminó aceptándolo, pero pronto comenzó otro drama: nunca había menudo en las panaderías para dar los 80 centavos del vuelto, y eso sí tenía que discutirse, porque el cambio iba a parar al bolsillo del dependiente.

Comenzó así el debate público, y el reclamo del vuelto a los dependientes, quienes alegaron que los clientes tenían que pagar la cantidad exacta, y si no, que no exigieran nada.

La emprendieron entonces contra los administradores y éstos presentaron pruebas de que los bancos no tenían menudo. La prensa nacional se hizo eco del problema, y el periódico Juventud Rebelde fue el primero en publicar algunos artículos debatiendo el tema. Otros medios, incluyendo la televisión, tomaron cartas en el asunto.

Tres meses después, la Empresa de la Flauta Menor, siguiendo las orientaciones del gobierno, redujo el peso del pan a  200 gramos y mantuvo el precio de 3 pesos. 

El flautín, más flaco, dejó de ser lo que era para convertirse en una chancleta incomible.