Vida de perros

Tania Díaz Castro 

LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) - Descubrimientos científicos realizados en diversos países, muestran los beneficios que proporcionan las mascotas a la calidad de vida de las personas.  Las mascotas ayudan a controlar el estrés y la ansiedad, y hasta la presión sanguínea y pulmonar de los pacientes del corazón. No obstante, en Cuba, considerada supuestamente como “una potencia médica”, los animales sin dueño llevan la peor “vida de perros” y no hay leyes que los protejan.

Existe una asociación para la protección de los animales fundada en 1987, pero es privada y no recibe ayuda del gobierno. Por ende, carece de condiciones y financiamiento para trabajar.

En abril de 2004 la agencia EFE se hizo eco de una noticia aparecida en la prensa oficialista. El periódico Juventud Rebelde dio a conocer que más de 200 mil perros callejeros deambulaban por la isla. En 2007 la agencia IPS reportó la misma situación, y en la actualidad el panorama de los perros sanos o enfermos en la vía pública es sencillamente caótico y deprimente para quien ame los animales.

Hace más de dos años el Consejo Veterinario de Cuba y la Asociación Protectora de Animales, en correspondencia con los objetivos de la Organización Mundial de Sanidad Animal, a la que Cuba pertenece desde 1972, elaboraron un anteproyecto de ley para garantizar el derecho a una mejor vida de los animales que existen en el país. Hasta el momento nada se sabe de sus resultados.

En la tan regimentada isla de Fidel Castro, donde hasta la venta de un boniato puede ser un delito, no hay leyes ni reglamentos que sancionen a las personas que maltratan a sus mascotas o realicen peleas de perros en las calles.

Los policías alegan que no les corresponden esos asuntos. Los dirigentes de los Comités de Defensa de la Revolución no tienen “orientado” proteger a los animales contra vecinos despiadados, y el delegado de la Asamblea Nacional jamás interviene cuando se realizan denuncias de ese tipo.

Los veterinarios particulares a los que acude la población, no sólo carecen de medicamentos para su trabajo, sino que se les ha negado siempre autorización para prestar sus servicios.

En un país donde todo es controlado por el gobierno, si éste no se ocupa de la defensa de los animales, es poco probable que mejore la situación. De nada sirven las exhortaciones de una emisora de radio local que apenas se escucha, sobre el cuidado de los animales, o documentales extranjeros que pasan por televisión como ejemplos de amor a imitar; mucho menos las ferias de exhibición de perros en parques y salones.

Mahatma Gandhi expresó una vez que el progreso de una nación y su grandeza moral pueden ser valoradas por la forma de tratar a los animales. SI usamos ese parámetro, muy mal anda Cuba.

Desamparados viven los animales en una Cuba donde, desde hace cincuenta años, el progreso no es más que una ilusión.