I ESPAÑOL I ENGLISH I CONTACTO I NOSOTROS I NOTICIAS POR E-MAIL
17 de septiembre de 2008
IMPRIMIR

Desastre natural aparte

Lucas Garve, Fundación por la Libertad de Expresión

LA HABANA, Cuba, septiembre (www.cubanet.org) – Vivimos en un estado de catástrofe nacional. No solamente la naturaleza nos ha castigado con fuerza. El comentario político de la emisión estelar del noticiero de la televisión cubana fue una severa advertencia de castigo para quienes se atrevan a distanciarse una línea de la política oficial.

El comentarista Resillez, con su aire de integrismo político habitual, amenazó sin tapujos a quienes intenten sacar lascas de la delicada situación agraviada por los daños de los dos últimos huracanes que asolaron el campo y las poblaciones cubanas. Faltó un solo paso para la declaración del estado de sitio.

Siempre estas declaraciones comienzan por dirigirse a oportunistas, especuladores, etc. pero, al final, utilizan el adjetivo de revolucionario para deslindar bien los límites entre los cuales situarse. En resumen, no es más que un renovado llamado a la inmovilidad.


No hay que creer que la obra desgraciada de los huracanes afecte mucho a  los planes del conservador aparato burocrático partidista. Este escenario de desastre ayuda a mantener bien aceitados los engranajes de control y represión habituales. El shock provocado en la población por la destrucción de decenas de miles de viviendas, la despoja de iniciativas, la paraliza y la hunde en la dependencia de la ayuda gubernamental una vez más.

Los cambios se fueron ahora “a bolina”. Las ráfagas del último huracán barrieron con las pocas posibilidades de avanzar por ese camino. La opinión pública se expresa entonces con un tono muy pesimista.

Ayer escuché la deducción de un ciudadano anónimo acerca de que jamás rebasaríamos los límites del fracaso económico porque el resultado del desastre natural abrió una grieta insalvable en la ya difícil situación económica de la isla. ¿Con qué medios se repondrán esas viviendas destruidas, que en realidad no eran más que chozas? ¿Cuántas familias sin casa podrán resarcirse del desastre en corto tiempo sin materiales suficientes?

¿Cuándo nos asolará el próximo huracán arrancando de  nuevo con sus vientos los techos de frágiles tejas de asbesto cemento? ¿Se tendrá la posibilidad en esta generación o la venidera de construir viviendas con techos resistentes a huracanes? Por el momento no hay respuestas.

¿Qué nos espera? La urgente necesidad de ayuda y de recuperación de la población debiera servir para agilizar rápidamente medidas de gestión micro económica en las zonas más afectadas, en lugar de instrumentar opciones de envergadura mayor. La instrumentación práctica e inmediata de la ley de usufructo de la tierra es esencial para hallar un camino al resurgimiento de la producción en las zonas rurales.

Sería beneficiosa también la apertura de puertos en distintas zonas del país, por los que se permitiera la entrada de ayuda internacional de cualquier parte, sin obviar solamente los controles higiénicos y fitosanitarios y su distribución directamente a la población afectada.

En cuanto al mercado nacional, un control de precios de productos agropecuarios y una sensible rebaja de precios de los productos manufacturados nacionales en las tiendas contribuirían a mejorar la situación económica de las familias afectadas directamente e indirectamente como consecuencia del desastre.

Este tipo de ideas son las que la población desea escuchar en los comentarios políticos sobre la situación tan grave que transcurre. El señor Resillez pudiera invertir su tiempo mejor en diseñar soluciones y dejar a un lado las amenazas de represión a los ciudadanos. Con medidas represivas solamente se obtendrán objetivos parciales, porque la necesidad hace parir jimaguas (mellizos) y vivimos un escenario donde se desató la violencia natural para agregarle otro de violencia estatal. Ese parece no ser el camino más provechoso.

 

REVISTA CUBANET
GALERÍA DE ARTE
GALERÍA DE FOTOS
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores y autoriza la reproducción de este material siempre que se le reconozca como fuente.