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28 de noviembre de 2008
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Virgilio sigue en escena

Lucas Garve, Fundación por la Libertad de Expresión

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - A casi treinta años de su fallecimiento, Virgilio Piñera, poeta, dramaturgo, escritor, perseguido por homosexual, condenado al ostracismo por los alabarderos del régimen, no piensa bajar de la escena.

Se cumplen 60 años de la puesta en escena de la obra con la cual Piñera cambió la ruta del teatro cubano: Electra Garrigó (1941). La pieza  fue el detonante que puso al teatro cubano de golpe y porrazo en el camino de la modernidad. 

Virgilio Piñera tomó de la tragedia clásica los elementos de conflicto y los insertó en el contexto cubano. El coro griego cantó décimas de La Guantanamera. La voz solista, denominada en el teatro clásico como corifeo, fue la cantante de música campesina Radeúnda Lima. La acción trasladada al patio de un solar habanero no dejó de abordar el conflicto planteado por el clásico: el choque entre la dictadura de los padres sobre sus hijos, uno de los rasgos más acentuados del paternalismo familiar cubano. Tan sobre protector como culpable de muchos de los problemas de personalidad que escondemos.

El montaje de la pieza de Piñera fue asumido por Francisco Morín, teatrista y director de la revista Prometeo. La puesta en escena, realizada el 23 de octubre de 1948, estuvo dedicada al primer aniversario de la publicación de la obra, y subió a la escena de la Escuela Municipal José M. Valdés Rodríguez, uno de los críticos de artes escénicas y cine más prestigiosos del país.

Diez años más tarde, en 1958, la reposición de la pieza, de nuevo dirigida por Morín, tuvo lugar en la sala Prometeo. Los protagónicos fueron interpretados por Lilian Llerena y Roberto Blanco, ambos destacados actores y directores del  teatro cubano.

Electra Garrigó y Clitemnestra Plá se convirtieron en dos personajes que pasarían a la historia del Teatro cubano como paradigmas de la contextualización criolla de aquellos pertenecientes al  drama universal. Piñera resolvió con su inteligencia artística el traslado de la violencia de la frustración de la familia criolla a la escena.  Adelantado del teatro del absurdo, que luego Samuel  Beckett pondría de moda, Piñera hizo la autopsia de la familia cubana.

En Electra Garrigó la administración de recursos dramatúrgicos, la estilización de la parodia, la grandilocuencia de los personajes, el humor y la sátira a través de la visión de lo cotidiano, enfrentaron al espectador con la comprensión de una nueva filosofía del arte del teatro que revelaba la alta categoría artística del Virgilio Piñera dramaturgo.

La última puesta en escena de Electra Garrigó fue en agosto del presente año, por el grupo Teatro El Público y la dirección de William Ruíz. Hoy, Virgilio Piñera no abandona la escena. Los conflictos de esta obra maestra siguen vigentes la familia cubana.

 

 

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