¿Dónde estás Martha Lomas? 

Aleaga Pesant

LA HABANA, noviembre (www.cubanet.org) - El profesor  Roberto González Gómez contaba en las tardes de tertulia en el Vedado, la leyenda negra de los Malmierca. El hecho sucedió a principios de 1959, en Quinta y 14, Miramar, sede de la Seguridad del Estado.

La policía política, al principio de la revolución, era manejada a su antojo por los discípulos del KGB en la isla, agrupados en el Partido Socialista Popular. 

Según contaba el desaparecido catedrático, una mañana Fidel Castro se apareció, pistola en mano, para conminar a Isidoro Malmierca a bajar de su oficina, mientras le gritaba todos los insultos cubanos habidos y por haber. Más flemático que un lord, Isidoro decidió esperar mejores momentos para bajar los peldaños que lo llevarían a la calle ese día.

La anécdota fue borrada posteriormente de la historia oficial. Quince años después, Castro, a sugerencias de Moscú, en medio de la crisis económica que sobrevino con la zafra de los 10 millones y el quinquenio gris, sustituyó de la cancillería a Raúl Roa,  por el mismo Malmierca que despreció; y al arte revolucionario, por el realismo socialista.
La historia viene a cuento por la designación de Isidoro Malmierca Jr. como nuevo ministro de Colaboración e Inversión Extranjera (MINVEC), en momentos de mejoría de las relaciones entre Moscú y La Habana.

El relajo tiene tal nivel, que el vicepresidente del gobierno ruso, de apellido Sechin, visitó La Habana tres veces en los últimos cinco meses. En ese periodo se inauguro una Iglesia Ortodoxa Rusa frente al puerto habanero, y el Patriarca  Kiril se entrevistó y fotografió con el comandante Castro, luego de entregarles sendas medallas a los hermanos que rigen la isla por supuestos méritos en el ejercicio de la libertad religiosa.
Malmierca Jr. tiene más de cincuenta años y una larga carrera burocrática al  servicio de la dictadura. Ha sido vice ministro, embajador ante la Unión Europea y en las Naciones Unidas. Pero su carta de triunfo para el nombramiento son las relaciones heredadas del padre en la extinta Unión Soviética, el KGB y sus herederos en los Servicios Federales de Seguridad (FSB), de donde proviene el Primer Ministro ruso Vladimir Putin.

Si a principios de los 70 Fidel Castro tuvo que sacrificar a su histriónico canciller con el propósito de recibir la ayuda de Moscú, el reciente nombramiento de Malmierca Jr. puede indicar el relanzamiento de la presencia eslava en la isla.

Martha Lomas, a quien sustituyó Malmierca, debe estar ajustando su pijama social para irse a la cama a descansar nadie sabe hasta cuándo. Por ahora, sus antiguos subordinados no quieren hablar del tema.

aleagapesant@yahoo.es