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14 de noviembre de 2008
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Toma chocolate paga lo que debes  

Juan Carlos Linares Balmaseda 

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - En el municipio 10 de Octubre unos 126 mil capitalinos no han pagado un centavo de la deuda contraída con el Estado. Se trata del programa gubernamental denominado “Revolución energética”, que consiste en la sustitución obligatoria de antiguos equipos electrodomésticos por otros más modernos, vendidos por el Estado a plazos.
 
Los equipos electrodomésticos, para el común de los cubanos son: refrigeradores, aires acondicionados, televisores, ventiladores y moto-bombas de agua. El problema de los morosos no es sólo de este municipio, sino que abarca a toda la nación.

Se estima que la deuda de 10 de Octubre, agrupando los 126 mil deudores que ni siquiera han ido al banco para formalizar el contrato, asciende a 100 millones de pesos. 

Es tal la magnitud de la contravención que se buscan estrategias para dirimir un conflicto con tendencia al desacato. El gobierno ha emprendido acciones de coacción sin muchos resultados, llegando a amenazar a los infractores con llevarlos a los tribunales, pero temiendo que al presionar en forma desmedida, el conflicto derive en una desobediencia civil, pues las razones que dan la mayoría de los deudores son razonables. 

Muchos pensionados alegan que no pueden saldar la deuda pues la pensión no les alcanza siquiera para alimentarse. Otros refieren que los bajos salarios que perciben de la empresa estatal no les permiten que paguen. Y otra parte de la población alude que está desempleada. 

Una anciana residente en 10 de Octubre dijo que del dinero de la pensión que era de apenas 100 pesos al mes (4 dólares), con el descuento mensual por el pago de un refrigerador y un televisor que cambió, se queda sólo con un tercio -unos 33 pesos- para costear el pago de la electricidad, el agua, el gas y la comida. Otros deudores adoptan posturas más intransigentes al decirle a los funcionarios gubernamentales enviados casa por casa que no pueden pagar, que si quieren “que les devuelvan sus antiguos equipos y se lleven los nuevos”.

Para que se tenga una idea de los precios cobrados por estos equipos cuya compra era obligatoria; además de la entrega del equipo viejo funcionando, un refrigerador vale casi ocho mil pesos, y unos cinco mil los televisores y los equipos de aire acondicionado.

Pagada a plazos, la compra forzada, se convierte en más de una década con la soga al cuello. 

 

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