Generales disidentes

Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - El General en Jefe del Ejercito Libertador,  Máximo Gómez, nombró como sus mejores generales a junio, julio y agosto. Premiaba de esa manera a la naturaleza como su aliado natural para luchar por la libertad de Cuba. En esos meses las lluvias, tormentas y enfermedades asociadas a la temporada, impedían el desarrollo de las acciones combativas  ejército español.

En 2008, el mismo ecosistema parece darle la espalda al gobierno, y para ello nombró a tres nuevos generales, Gustav, Ike y Paloma. Los huracanes, más que derrumbar las pobres casas en las que moraban los cubanos de Isla de la Juventud, Pinar del Río, Camagüey, Las Tunas y Holguín, demuestran la ineficiencia de un sistema para recuperarse de la catástrofe, para recibir ayudas de países amigos y liberalizar la economía.

Si a principios de septiembre la llegada de dos huracanes sirvió de estimulo para el aumento de la represión sobre el mercado libre, la entrada del tercero en noviembre, por el sur del Camagüey, puso en crisis el sistema y estuvo a punto de declararse el Estado de Emergencia Nacional.

Ilegalmente, el Estado activó la Operación Victoria, compuesta por juicios sumarísimos y ejemplarizantes y dirigida contra transportistas y pequeños comerciantes. La operación, ejecutada por la fiscalía y la policía, quedó totalmente desarticulada, al aumentar el número de afectados y demostrarse la imposibilidad de resolver el problema por métodos represivos.

Las prisiones de tránsito (según la voz del pueblo), como Valle Grande, en Ciudad de la Habana, liberaron a más de cien detenidos condenados a principios de noviembre porque ya no le cabía un preso más. A los liberados se les aplicaron otras sanciones como multas y prisión domiciliaria. 

Por otra parte, la visita del presidente cubano al área de desastre de los pueblos pesqueros Santa Cruz del Sur y Guayabal, dos días después del paso de Paloma, es otra señal. Las críticas acumuladas por su indolencia y no aparición luego de los destrozos causados por los huracanes Gustav y Ike; y las ridículas declaraciones de que los “pineros están contentos”, fueron un puntillazo contra su inoperancia como Jefe de Estado.

Además, el paso de los ciclones presionó para recibir la ayuda de España y otros países europeos. Mientras, la negativa a recibir los auxilios de los Estados Unidos y la Unión Europea le granjearon nuevamente la antipatía de la población.

Las fuerzas prodemocráticas mantuvieron una actitud constructiva y respetuosa ante el desastre y apostaron por crear mecanismos de apoyo a las víctimas, que no fueron interrumpidos por el régimen.  En lugares como Antilla, en Holguín, muy afectado por Ike, los lideres pro democráticos lideraron las manifestaciones de apoyo y de pedido de ayuda a los damnificados. Lo que les enfrentó directamente a las autoridades.

La televisión cubana sólo muestra imágenes de grupos de afectados fieles al Partido Comunista. Mientras, a las fuerzas disidentes parecen haberse pasado los generales Gustavo, Ike y Paloma.