Monedas de cambio

Odelin Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - El maridaje económico entre Cuba y España presume ganar terreno en un contexto político donde el segundo asume complacer a su eterno deudor. La recién anunciada dote ibérica de 400 millones de euros, presumiblemente con fines humanitarios, sienta a España en un largo trayecto por su futuro posicionamiento económico en la isla. 

Suena contradictorio que el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, en medio de la crisis económica y el desempleo que atraviesa el bloque europeo, conceda a un régimen totalitario parte de su presupuesto nacional. Debiera preguntarse Zapatero por qué hoy tantos españoles ocupan puestos agrícolas, actividad en la que se emplean generalmente emigrantes ecuatorianos, colombianos, salvadoreños, chilenos y cubanos.  

El ministro español de Relaciones Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, embelesado ante el cerco diplomático criollo, sigue apostando por la democracia en un escenario de arbitrariedades y prohibiciones como el nuestro. 

Para su homólogo, el canciller Felipe Pérez Roque, los disidentes son una amenaza a esa sociedad que él denomina “justa, incluyente y cada vez más democrática y abierta”. 

Era de esperar que el canciller cubano, en medio de su tour europeo, excluyera de su agenda al presidio político cubano. El régimen cubano les niega a los más de doscientos disidentes encarcelados su condición de presos políticos. Sin embargo, discretamente los utiliza como billete de cambio para obtener ayuda económica de otros países. 

El binomio Roque-Moratinos, por más que manosee términos como libertades civiles, no debe o no puede desprenderse de los Pactos Internacionales de Derechos Civiles y Políticos, firmados por el gobierno cubano el 28 de febrero del presente año. 

Después de ocho meses de firmados los pactos, apenas existen indicios de que el dominio castrista cumpla a cabalidad con los derechos internacionales plasmados en el documento. 

Según el artículo 40, punto 1, del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos: “Los estados partes en el presente pacto se comprometen a presentar informes sobre las disposiciones que hayan adoptado y que den efecto a los derechos reconocidos en el pacto y sobre el progreso que hayan realizado en cuanto al goce de esos derechos”. 

El inciso A de este punto agrega que debe realizarse “en el plazo de un año a contar de la fecha de entrada en vigor del presente pacto con respecto a los estados partes interesados”. 

No creo que para febrero de 2009, fecha en que el régimen de la isla deba presentar su informe anual, existan avances en materia de derecho. Tampoco creo que lo plasmado en el documento tenga que ver con la detención del roquero Gorki Águila, el 25 de agosto de este año, o las más recientes condenas a Yoandri Rivas Flechas, Rafael Labañino Toirac, Marcial Mendoza y otros, por participar en una marcha pacífica el 26 de septiembre, en Mina de Veguita, Holguín. 

En cuanto a impulsar los cambios, ya tuvimos la primera experiencia después de cincuenta años. La administración raulista le permitió a los ciudadanos la compra de móviles, DVD y ciclomotores eléctricos, además de poder alojarse en algunos hoteles. Pero ahí quedaron congelados los “cambios”, en esas bisuterías habilitadas sólo para quienes pueden adquirirlas. 

A tenor del prometedor cambio gradual del régimen político y económico que supone Moratinos y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Cuba y su cancillería festejan otro nuevo golpe al embargo norteamericano. 

Es probable que algunos de los prisioneros políticos y de conciencia salten del penal a Madrid o Barcelona. Será un regocijo para los que añoramos una Cuba democrática. Para el régimen no pasan de ser monedas de cambio.

odelinalfonso@yahoo.com