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24 de diciembre de 2008
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¡Qué buena es la Nochebuena! 

Lucas Garve
Fundación por la Libertad de Expresión

LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) - La semana pasada visité a la esposa de un amigo, recién operada. Visita de cumplido, de café y no mucha conversadera. La convaleciente debe guardar reposo. Sin embargo, el tema de la conversación giró sobre la necesidad de comprar carne de cerdo para cenar en Nochebuena, hoy  miércoles.

Justo ayer, me hicieron una encerrona en casa de otros amigos, cuando el dueño de la casa abrió el refrigerador para mostrarme la pierna de cerdo que guardaba para el 24. La invitación se cayó de la mata. Luego, sacó de una despensa una botella de ron y la enarboló como si fuera la espada Excalibur del Rey Arturo.

No ha habido mayor preocupación por estos días que la de preparar la tradicional cena de Nochebuena en el ambiente familiar. Estos amigos pasan el año entero a dieta, sin mucha grasa ni profusión de alcoholes, pero en cuanto se acercan los días finales de año olvidan las restricciones gastronómicas y etílicas, y se apertrechan de todo para la gran batalla. Hasta la octogenaria  Luz Divina reclama su cuota de buen ron, dice que para celebrar su última Nochebuena en este mundo.

Durante años la Nochebuena en Cuba se festejó furtivamente, y a pesar de la propaganda en contra, nunca se pasó por alto. Hubo hasta quien cambió su fecha de cumpleaños para el 24 de diciembre con tal de contar con un argumento para preparar el condumio. La cena de Nochebuena es una tradición muy arraigada en el pueblo cubano. Y desde el año 98, cuando tuvo lugar la visita del Papa Juan Pablo II, se restituyó  el feriado  del 25.


En algunos pueblos del interior se celebraba el 8 de diciembre una especie de pre cena familiar para culminar los festejos religiosos del día de la Inmaculada Concepción. Por ejemplo, en Camagüey, cuentan que cada día 8 del último mes del año, organizaban en familia una comida tradicional, denominada la  Nochebuena chiquita.

Era la ocasión propicia para presentar  una mesa llena de dulces caseros donde los buñuelos no podían faltar. Este evento se desarrollaba después de las celebraciones religiosas, al regreso del templo. Un investigador camagüeyano atestigua que también era tradición que luego de terminados los ritos religiosos de la vieja Iglesia de la Soledad, partiera una procesión de jóvenes solteras vestidas de blanco y con mantilla del mismo color, y una cinta azul celeste a la cintura, como recordatorio del  manto de la Virgen. Desfile religioso que denominaron “la procesión de las puras”. La tradición cayó en desuso y ya es cosa del pasado.

No obstante, hay noticias de fiestas que se celebran este día en otros pueblos, cercanos a la capital, como Bejucal, lugar donde famosas las charangas y corre a mares la cerveza y el ron.

En Centroamérica celebran la fecha armando nacimientos. Además de marcar el inicio de los festejos navideños. Ocasión en que compiten en las mesas platos tradicionales con otros más novedosos, pero no menos agradables al paladar.

La Nochebuena cubana es un buen pretexto para que nos hartemos de carne de cerdo, aunque falten los turrones. Pero chiquita o grande, la Nochebuena es motivo de fiesta y alegría, reunión familiar, y pretexto para olvidar las dietas unos días, mientras llega el año nuevo.

 

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