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18 de diciembre de 2008
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En bancarrota

Odelín Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) - Guadalupe Alonso tiene 67 años. Supervisor recién retirado del Ministerio de la Construcción. Es natural de Colón, provincia Matanzas, pero vive en el reparto Santa Elena, municipio capitalino de San Miguel del Padrón desde 1973. Nunca pensó que sus ahorros fueran a consumirse en apenas unas horas, al visitar por primera vez la “súper ferretería” Trasval, en el antiguo Ten Cent, de Galiano y San Rafael. 

Decidió esperar el nuevo año con su cocina-comedor reparada. Para ello, salió a explorar cada una de las ferreterías de Ciudad de la Habana en busca de una bolsa de cemento blanco y otros accesorios para emprender la restauración.   

Por las manos de Guadalupe pasaron todo tipo de herramientas y materiales de construcción, desde un martillo hasta un mueble sanitario, por lo general comprado al menudeo en el desaparecido bloque socialista.

En sus 30 años, consagrados a la revolución en el ejercicio de la contabilidad, vio como el surtido Abastecimiento Técnico Material (ATM) de su ministerio se derrochaba en obras que se ejecutaban al calor de los apremiantes programas revolucionarios.

Es una norma plantearnos que el cubano común sobrevive con 10 o 15 pesos convertibles (cuc) al mes, equivalente a un salario promedio que oscila entre 250 y 408 pesos en moneda nacional. Sin embargo, el Estado habilita boutiques y ferreterías con precios inasequibles, a sabiendas de que existe un exceso de circulante que brota del mercado informal y un sector poblacional que vive al margen de las remesas.

Tuve la experiencia de visitar la nueva tienda-ferretería Trasval de Galiano y San Rafael, más dada a la exposición que a la venta de productos de tecnología avanzada. Por ella desfilan diariamente miles de observadores, sólo eso, observadores que se detienen al pie de una brocha que cuesta 13.90 cuc o un candado con el astronómico precio de 23.30 cuc.

Un amigo me dijo que no entendía cómo la compañía Trasval podía pagar el salario de los más de 50 guardias de seguridad que contó en la tienda. Sí, porque apenas un tercio de las personas que la visitan compran un artículo.

Tanto el personal de seguridad como el de servicio cobran en moneda nacional y son premiados, si no incurren en indisciplinas laborales, con estímulos en pesos convertibles. Con sólo vender una llave ajustable de las que se exhiben en los estantes de herramientas al precio de 28.30 cuc, equivalente a 707 pesos en moneda nacional, Trasval pagaría el salario mensual de dos o tres empleados.

Solventar un complejo de esta magnitud, habilitado con modernos sistemas de alarmas y cámaras de seguridad que registran permanentemente las imágenes digitales en un ordenador central, sólo es posible con una oferta a precios prohibitivos. De ahí que un par de bisagras cueste 21.85 cuc, o un simple destornillador sea ofertado por 5.30 cuc. 

Después de explorar todas las ferreterías posibles de la capital, Guadalupe encontró el cemento blanco en el antiguo Ten Cent de Galiano. No compró la bolsa que buscaba, sino un pequeño estuche que contenía 1 Kg de cemento italiano, a un costo de 2.70 cuc. 

Después de comprar un galón de pintura para exteriores por 29.20 cuc, importado de Panamá, Guadalupe, ex supervisor de los bienes del Estado, se declaró en bancarrota.

odelinalfonso@yahoo.com

 

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