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8 de diciembre de 2008
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Calabazas a sobre precio

Odelín Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) - El callejón está limpio de delatores para cuando llegue el camión de las calabazas, como se le llama al transporte que distribuye el gas licuado a la población. Los vecinos sobre aviso ejecutan la operación en apenas minutos, cambian la calabaza vacía por una llena. Por ello pagan 120 pesos, equivalentes a cinco pesos convertibles, la mitad del salario mínimo de un obrero. 

Este episodio se repite a diario en el municipio capitalino Arroyo Naranjo, población que fue sometida al llamado Pacto Social en el año 2006. Por iniciativa de Fidel Casto, se decidió, a manera de prueba, sustituir el gas licuado por electrodomésticos de cocina en este municipio. 

A casi tres años del reconocido fracaso que resultó el Pacto, forzado a tenor de la Revolución Energética, Arroyo Naranjo se somete a una segunda entrega de “módulos de cocción”. Sobre la encomienda son censados aquellos núcleos o sub núcleos familiares que aún cocinan con gas licuado. 

Según expuso Juan Manuel Persa, viceministro de la Industria Básica, en la XIV Convención de Ingeniería y Arquitectura, inaugurada el pasado 2 de noviembre en el Palacio de Convenciones, el cambio de cocción de alimentos resultó beneficioso para aquellas familias que utilizaban keroseno o gas licuado. El dirigente aseguró que con la entrega de equipos más “eficientes”, se disminuyó el consumo eléctrico, a pesar del aumento de la tarifa y la actitud consciente de la población ante el ahorro energético. 

Juan Manuel Persa, alejado del la hornilla y el transporte público, se olvidó de la capacidad de cálculo de la cubana y el cubano ante los avatares del hogar. Lo convido a sacar un extra de tiempo para que nos explique el consumo por KW/hora de un núcleo de tres o cuatro personas. Quizás encuentre la respuesta del por qué corremos detrás del camión de las calabazas. 

En teoría, si cocinamos dos horas diarias con la cocina eléctrica entregada, la cual consume 1200 W/h y se destina además para calentar agua debido al deterioro casi total de los calentadores distribuidos, representaría al mes 72 KW/h. Si le sumamos aproximadamente los 30 minutos diarios que emplea una olla arrocera (500 W/h), los 60 o más minutos que demora la olla reina o frijolera (800 W/h) en ablandar los frijoles, el computo mensual sobre el consumo de ambos sería de 39 Kw/h. Esto representa un gasto de electricidad de 101 KW/h al mes sólo en cocción, equivalente a 9 pesos en moneda nacional. 

Aún quedan por calcular los refrigeradores chinos (Haier) vendidos a crédito, que según Juan Manuel Persa, el 95% de la población cubana ya cuenta con uno o dos por núcleo. Me retracto del cálculo sobre su consumo. A los chinos se les olvido colocar en su etiqueta los Watts/hora en su refrigerador con tecnología de punta. 

Quizás el truco esté en la nueva tarifa eléctrica. El KW/h aumentó 0.30 si el consumidor se excede en más de 110 KW/h, y 0.60 si sobrepasa los 210 KW/h. De ahí que el promedio de pago por núcleo oscile entre 30 ó 60 pesos (MN).  
En las asambleas de rendición de cuentas efectuadas recientemente por las diferentes zonas de Arroyo Naranjo, la petición ciudadana más común fue el retorno de gas licuado. Muchos vecinos reconocen el fracaso de este “Pacto” Social impuesto sin consulta popular. 

De momento, nos sorprende ver a militares y militantes eufóricos por el costo mensual de la tarifa eléctrica. A pesar de que se distribuye una cuota de gas licuado adicional cada cuatro meses, como parte del Pacto Social, ellos también optan por conseguir las calabazas a sobre precio.

odelinalfonso@yahoo.com  

 

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