Entrevista
a Miriam Leiva
Las
Damas de Blanco, 8 de
Febrero de 2007.
"La gente aspira al cambio. La transición
cubana ya está en la mente y en el corazón
del pueblo cubano. Y eso el gobierno cubano tiene
que entenderlo, porque es posible, porque se puede"
Miriam Leiva es una luchadora incansable que
se muestra esperanzada a la hora de hablar del
futuro de Cuba. Acaba de ser premiada con la beca
Hellman-Hammett -que otorga la prestigiosa organización
internacional Human Right Watch- por su valor
a la hora de informar y luchar por la libertad
en Cuba pese a las trabas de su gobierno.
Desde la Primavera Negra de Cuba, en 2003, Miriam
se sumó al grupo de mujeres, esposas y
familiares de las 75 personas inocentes que el
gobierno de Cuba había encarcelado, y juntas
fundaron la organización pro-derechos humanos
Damas de Blanco. Miriam Leiva describe a las Damas
como un grupo de derechos humanos, nada que ver
con la política, y que son las "voces
de los prisioneros de conciencia" a los que
han intentado acallar.
Nuestra lucha es justa. Eso es lo que dice Miriam
Leiva sobre las actividades de las Damas, y eso
es lo que le da fuerzas para seguir adelante.
Combina sus labores periodísticas -escribiendo
sobre la situación de Cuba dentro y fuera
de la isla- con las actividades que junto con
las demás mujeres realizan para pedir por
la libertad de sus seres encarcelados, y la libertad
del pueblo cubano en general.
El marido de Miriam, Oscar Espinosa Chepe, prestigioso
economista cubano, fue uno de los prisioneros
de la Primavera de 2003. Él consiguió
la libertad extrapenal -libertad condicional-
por problemas de salud. Ahora está junto
a su esposa y eso a Miriam le ha dado calma, pero
no por ello ha dejado de seguir aferrada a su
justa lucha, a lado de los demás disidentes.
La represión del Gobierno cubano contra
los que no piensan como el régimen y piden
los derechos y libertades que merecen es grande.
Tanto es así que la periodista cubana comienza
la entrevista segura de que la seguridad del estado
cubano está grabando toda la conversación.
Ese es el día a día, no le preocupa
porque dice que no tiene nada que ocultar.
María Ángeles Altozano (MAA) -
Buenas tardes Miriam. En primer lugar, felicidades
por la beca que Human Right Watch acaba de concederte
Miriam Leiva (ML) - Buenas tardes. Muchas gracias
- su voz es serena, diferente a como la imaginaba-
MAA - Este premio que acaban de darte, muy merecido
por tu lucha y tenacidad en la defensa de la libertad
de expresión, ha sido hoy una de las noticias
del día acerca del mundo cubano. ¿Cómo
lo han recibido tú allí?
ML - Este premio es un honor para mí.
Tengo relación con la organización
Human Right Wath desde hace tiempo porque como
soy periodista independiente escribo sobre la
situación del país, y por eso ellos
conocían mi trabajo, por el que me han
dado esta beca. Además soy una de las fundadoras
de las Damas de Blanco, y hacemos todo lo posible
por ayudar a los prisioneros de conciencia y a
sus familias ya que ellos están muy mal
en las cárceles y muchos de ellos están
muy enfermos.
MAA - Sí, la labor de las Damas de Blanco
es muy reconocida dentro y fuera de cuba. Estáis
haciendo un trabajo admirable para lo que hace
falta tener valor y dignidad
ML - Bueno, sí, pero no lo hacemos para
parecer valientes sino para conseguir lo que queremos,
algo que es justo, y que es la libertad para nuestros
familiares y para el pueblo de Cuba en general.
Pero sí, es difícil aguantar. Estamos
sometidas a vigilancia continua, somos permanentemente
controladas. Además no es fácil
para nosotras poder comunicarnos, no hay acceso
a Internet, hay en hoteles pero es caro, y además
se interrumpe muchas veces. Algunas personas sí
nos facilitan el acceso, pero no es una buena
conexión. Por eso muchas veces usamos el
teléfono para dar opiniones. Estamos ya
acostumbradas a esas cosas -comenta con resignación-
, desde marzo de 2003 ha sido así -matiza-.
MAA - Ha trabajado desde entonces, y aún
antes por la libertad de expresión y los
derechos humanos en Cuba, pese a todos esos inconvenientes
y pese a la represión que el gobierno ejerce
sobre ustedes. Miriam, admiro su espíritu
luchador y su valentía
ML - Una no se propone ser valiente en estos
casos, lo que ocurre es que una se repone a la
mirada permanente y a la situación extrema.
Nos reponemos a eso porque tenemos razón
en lo que pedimos y sabemos que tenemos que lograr
lo que nos hemos propuesto -nos dice Miriam de
una manera serena, como si nuestra entrevista
fuese una conversación normal, sobre un
tema común y corriente. Claro, para ella
debe ser así, ese es su tema, ese es su
asunto, y esa es su meta-.
MAA - Miriam en general, ¿cómo
percibe usted la situación en Cuba en estos
momentos?
ML- Por el momento parece que la represión
de antes, donde se gritaba y agredía a
los opositores, ha disminuido un poco. Pero ahora
nos controlan y vigilan permanentemente. Mantiene
la vigilancia constante, visitando la zona o través
del teléfono. Mi teléfono por ejemplo
está pinchado, controlan todas las llamadas
-sonrío y Miriam me lo confirma- Sí,
ahora mismo las fuerzas de seguridad están
oyendo nuestra conversación. Pero no me
importa, no tengo nada que ocultar porque lo que
pido es justo y bueno.
MAA - Y su esposo, Oscar Espinosa, ¿cómo
está?
ML- Él de salud está más
menos estable. Con la medicación, y sigue
con los problemas gástricos que tenía.
Pero está mejor. Él sigue trabajando
intensamente porque tiene un compromiso con los
demás prisioneros políticos y con
nuestro país. Hace análisis sobre
la economía de aquí, sobre la situación
en Cuba, y también sobre política.
Y todo eso para ayudar a salir a sus compañeros
de la cárcel y para salir de este marasmo
en el que estamos
MAA - Según los análisis económicos
de Oscar, y según lo que usted está
viviendo, ¿cuál es la situación
económica de Cuba en estos momentos?
ML- Es un desastre -dice tajante-. Hay una involución
económica enorme, y los sistemas llamados
"logros de la revolución" -dice
irónicamente- como la seguridad social,
la salud y la economía, se están
destruyendo. La Seguridad Social, los salarios
con muy bajos, y además hay mucha corrupción
porque para poder sobrevivir aquí en la
isla se usa el mercado negro, donde se compran
en divisas los que pueden, porque la moneda cubana
casi no vale nada y no todos tienen acceso a la
divisa, eso es para quienes tienen familia fuera
que les envía dinero
La diferencia
social es muy grande
-dice Miriam dejando
en el aire el final de esta frase-. Y el transporte,
no existe. Todo está mal. A partir del
31 de de julio, cuando se anunció la enfermedad
de Castro, la gente ha estado esperando a que
las cosas cambiaran y mejoraran, aunque también
estaban temerosos de lo que pueda pasar. La gente
aspira al cambio. La transición cubana
ya está en la mente y en el corazón
del pueblo cubano. Y eso el gobierno cubano tiene
que entenderlo, porque es posible, porque se puede.
MAA - Miriam, al oírle decir eso entiendo
que usted positiva con respecto al futuro de Cuba
ML- Sí, claro! Soy positiva porque la
historia no se puede detener. Ya llevamos 50 años
con el mismo sistema, un sistema que en principio
nosotros mismo apoyamos, pero luego se demostró
que era una gran farsa. Y ahora al faltar Castro,
que es una figura emblemática, que nos
acostumbró a todos a decirnos qué
teníamos que decir, qué teníamos
que hacer, y que no, el cambio es necesario. Hay
que sacar al país de la crisis en la que
está. Puede que demore meses, pero la transición
en Cuba es inexorable porque el curso de la historia
no se puede detener -oyéndola decir estas
cosas, con ese tono sereno y seguro, uno sabe
que Miriam está realmente convencida y
esperanzada de que las cosas en Cuba van a cambiar-.
MAA- ¿Qué le diría, o qué
le pediría a la gente que viaja a la isla?
¿Y qué le parece que vayan de viaje
a Cuba?
ML- Si me parece bien que vengan. Yo lo que les
pido es que apoyen a las Damas, aboguen por la
libertad de los prisioneros de conciencia pacíficos
y se vinculen al pueblo para conocer las cosas
reales que pasan aquí.
Les diría que salgan de los hoteles, y
que no se atengan a los programas turísticos
que son programas del Gobierno y que es todo prefabricado.
Que salgan y que hablen con la gente y así
verán que están reprimidos, que
tiene miedo porque sienten que los vigilan y por
eso repiten lo que el gobierno les dice que digan.
Les aconsejo que salgan de los hoteles y hablen
con la gente, con los disidentes, y visiten nuestras
casas para que vean cómo vivimos los "supuestos"
mercenarios -señala con ironía-;
cómo viven nuestras familias, todas las
necesidades que tenemos y cómo torturan
y persiguen a los disidentes pacíficos.
Creo que las visitas a la isla son muy buenas.
Primero porque la gente que viene, los turistas,
nos transmiten el mundo que está fura,
las cosas de allá a las que nosotros no
tenemos acceso. Y también porque así
pueden conocer Cuba realmente.
MAA- ¿Cómo es tu día a día
en Cuba, como periodista?
ML- Trabajo como periodista, y trato de conocer
y de dar a conocer cómo está la
situación en Cuba, tanto dentro como fura
de la isla. Yo analizo incluso la prensa de aquí,
que es oficial y es poca pero que me sirve luego
de fuente de información. Yo hago todas
las informaciones con fuentes y datos verídicos.
Y también pues les informo a las familias
de los prisioneros de conciencia sobre cómo
están sus familiares y cuál es la
situación.
MAA- Y su día a día como Dama,
¿cómo es? ¿qué hacen?
ML- Las Damas estamos haciendo cosas permanentemente:
vamos a misa los domingos, caminamos por la 5ª
Avenida, nos reunimos una vez a la semana en la
casa de una de nosotras
estas son sólo
algunas de las actividades que hacemos. Además
tratamos de que vengan todas, de que seamos las
máximas posibles, y eso no es fácil
porque el gobierno trata de que no podamos reunirnos;
para las Damas de las provincias del centro es
muy complicado ya que les impiden incluso viajar
a la Habana, y las vigilan más porque al
ser menos es más fácil para ellos
tenerlas controladas o enviarles gente a su casa
para que les monten un escándalo. Por eso
tenemos que ser discreta a la hora de organizar
las actividades, y no podemos anticipar nada,
nos reunimos a veces casi improvisadamente.
MAA- Su esposo fue excarcela y a pesar de toso
usted sigue con las Damas
ML- Sí, es que yo no empecé en
marzo de 2003; mi defensa de las libertades en
Cuba empezó mucho antes. Además
sigo con ellas porque yo conozco a muchos de los
prisioneros. Lucho por la gente que se llevaron
a prisión injustamente, y también
en parte por Cuba, por la libertad del país.
MAA- La gente admira a las Damas por su valentía,
perseverancia y dignidad. La de ustedes no es
tarea fácil, ¿no? Además
ponerse en su situación.
ML- No. Es difícil. Sí, es difícil
ponerse en la situación. Sobre todo de
las que están en el interior de la isla,
donde son pocas. Aquí en la Haban por lo
menos tenemos más apoyo, hay más
organizaciones, hay embajadas que nos ayudan.
Pero es difícil estar en nuestro lugar.
MAA- Miriam. La oigo tranquila, serena. Me alegro.
ML- Sí, estoy acostumbrada - sonríe-.
Son muchos años ya en esta situación
A
í me expulsaron del trabajo en 1992 porque
estaba casada con un "sujeto contrarrevolucionario"
y "debía dejarlo" -recuerda lo
que le dijeron-. Y en 1996 empecé mi trabajo
como periodista independiente; en esa época
había pocos, hoy hay miles. Esa fue una
de las causas de la represión y los encarcelamientos
de 2003: el auge de la oposición. Quisieron
acallarnos y ahí está el valor de
las Damas, que trataron de acallar a 75 y surgió
en su nombre una gran mayoría, en su defensa,
de personas que nunca se había involucrado
antes. Nos convertimos en sus voces. Demandamos
por los 75 y por nuestro pueblo en general, sin
estar en política, porque no somos un partido
político sino un grupo de derechos humanos.
MAA- Fuera de Cuba las Damas de Blanco, y la
oposición pacífica cubana en general,
son cada vez más reconocidas y más
respetadas. ¿Cómo es en Cuba? ¿La
gente les conoce mucho?
ML- Sí, si que nos conocen y nos apoyan
muchos, lo que pasa es que el Gobierno eso no
lo quiere reconocer, quiere hacer creer que nos
rechazan pero no es así. Sólo nos
rechazan las agrupaciones que organiza el propio
gobierno para que nos persigan y nos insulten.
Aquí en la Habana, cuando vamos caminando
los domingos, hasta las autoridades nos respetan.
Y muchos han tenido el valor de acercarse y decirnos
"sigan así, las apoyamos, van a lograr
lo que quieren". Incluso el día de
las madres, se acercaron a felicitarnos. Y una
vez -comenta divertida- una persona se nos acercó
cuando íbamos repartiendo flores y nos
dijo "¿ay, déme una flor, que
a mí no me han dado!".
MAA- Miriam, muchas gracias por su tiempo y sus
palabras. Es alentador oír sus palabras
esperanzadoras y serenas.
ML- Gracias a ustedes.
Esta entrevista ha sido realizada la tarde del
8 de febrero de 2007, por la periodista María
Ángeles Altozano, responsable de comunicación
de la ONG española Solidaridad Española
con Cuba. La ONG felicitó personalmente
a Miriam por el premio que le acaban de conceder
en reconocimiento a su digna labor como periodista
y defensora de los derechos humanos en Cuba, su
país.
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