Concierto en la Catedral de La Habana
Leonel Alberto Pérez Belette
LA HABANA, Cuba, diciembre (www.cubanet.org) -La Coral Juan Pablo
II ofreció un único y exitoso concierto, en la Catedral
de esta Urbe; el pasado sábado 22 de diciembre. Según
opinan algunos, la Oficina del Historiador de la Ciudad, intentó
sabotear el festejo, sin éxito, al convocar otra actividad
paralela.
La gubernamental Oficina del Historiador de La Ciudad
que dirige Eusebio Leal Spengler, programó una actividad
en la Plaza de la Catedral, a las puertas del templo, para el mismo
día y hora en que debía realizarse el concierto de
la Coral Juan Pablo II dentro de la iglesia. Las autoridades delimitaron,
con un despliegue policial y barreras de contención, los
accesos principales al área. El motivo fue la puesta en escena
de El Fantasma de la Opera; obra dirigida por el coreógrafo
y bailarín cubano Eduardo Veitía.
A pesar de que inicialmente las autoridades habían
anunciado que el espectáculo de la Plaza era de entrada libre
para el pueblo, se prohibió la entrada al público
hasta último momento y se reservaron los mejores puestos
para miembros del cuerpo diplomático e invitados del gobierno.
Para el ciudadano común, destinaron una distante esquina
en el lado contrario a las puertas de la Catedral. Ante la casi
total ausencia de los diplomáticos y demás invitados,
que motivó la protesta del pueblo al ver los numerosos espacios
vacíos, las frustradas autoridades finalmente levantaron
las barreras permitiendo el acceso a la población.
Por otra parte, el concierto dentro de la Catedral,
transcurrió con éxito y con amplia asistencia de fieles,
miembros del cuerpo diplomático, el Nuncio Apostólico,
religiosos consagrados, hermanos de otras denominaciones religiosas,
prensa extranjera acreditada y prensa independiente, entre otros
espectadores. El programa presentado por la Coral Juan Pablo II
incluyó piezas del repertorio católico mundial. Especialmente,
una selección de villancicos cubanos y otros cánticos
a tono con la Navidad. Las palabras finales correspondieron a su
Eminencia, el Cardenal Jaime Ortega Alamino. El esfuerzo y la magistral
interpretación fueron premiados con los reiterados aplausos
de los presentes.
La Coral Juan Pablo II tuvo su génesis, entre finales de
1997 y el año 1998, a partir de la unión de los pequeños
coros existentes por aquel entonces en diferentes parroquias de
la Isla, para amenizar la misa que el Sumo Pontífice oficiara,
en la Plaza de la Revolución (antigua Plaza Cívica)
de está capital, durante su visita a Cuba. Su directora es
la maestra Alina Orraca y ha tenido su principal promotor y mecenas
en la figura del Cardenal Jaime Ortega Alamino. Este coro llegó
a contar, en sus inicios, con más de 400 voces, aunque en
la actualidad ya muchos de los miembros originales no están
entre nosotros. Algunos han partido al exilio, otros han fallecido
y otros no han podido continuar en la agrupación debido a
diversas razones. A pesar de los muchos inconvenientes el coro ha
continuado su labor y aprovechó la ocasión para celebrar
su décimo aniversario. Actualmente ha cambiado su nombre
y oficialmente se llama, Orfeón Juan Pablo II, para memoria
y honra del Papa viajero, que tanto bien propiciara con su inolvidable
visita a Cuba.
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