La oposición cubana carga contra la propuesta
española de diálogo sobre derechos humanos
Escepticismo y cautela de los
diplomáticos europeos, en espera de la
respuesta de La Habana
Mauricio Vicent. El
País, 8 de abril de 2007.
La Habana - El reciente viaje a Cuba del ministro
español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel
Moratinos, sigue provocando polémica. La
resaca política de la visita afecta especialmente
a la disidencia, en su mayoría crítica
con el Gobierno español, y a las embajadas
de los demás Estados europeos, que tratan
de analizar ahora el alcance real de la estrategia
de acercamiento promovida por la diplomacia española.
Entre los diplomáticos europeos predomina
el escepticismo, pero también la cautela
en espera de los siguientes pasos de las autoridades
cubanas.
La mayoría de los grupos de la disidencia
han criticado con dureza al ministro español,
y no sólo por marcharse sin recibirlos
y encargar al director general para Iberoamérica,
Javier Sandomingo, reunirse con ellos un día
después de su partida. Cuestionan sobre
todo la conveniencia de la visita y todavía
más la utilidad de la creación de
un mecanismo institucional para dialogar con las
autoridades sobre derechos humanos, el resultado
más visible del viaje.
Las Damas de Blanco, el colectivo de mujeres
familiares de los 75 disidentes con largas condenas
desde la primavera de 2003, fue el primero en
poner el grito en el cielo. Miriam Leyva, esposa
de Oscar Espinosa Chepe -uno de los 16 miembros
del Grupo de los 75 liberado con una "licencia
extrapenal" por motivos de salud- fue especialmente
directa en los días de la visita: "Moratinos
traicionó a nuestros prisioneros y a todas
las personas reprimidas desde marzo de 2003",
dijo. Considero que nos debe una excusa por esta
humillación y estos acuerdos con un Gobierno
que desconoce absolutamente los derechos humanos".
En esta misma línea se manifestó
la economista Martha Beatriz Roque, líder
de la Asamblea para Promover la Sociedad Civil,
quien calificó el viaje de "muy negativo"
y "un retroceso". "Moratinos fue
totalmente complaciente con el Gobierno y aceptó
todas sus condiciones. ¿De qué diálogo
de derechos humanos están hablando si delante
de él Felipe Pérez Roque dijo que
los presos eran mercenarios y terroristas y que
estaban fuera de la agenda?".
Martha Beatriz Roque se refería al incidente
ocurrido el martes durante la rueda de prensa
de ambos ministros tras presentar el acuerdo alcanzado
en materia de diálogo sobre derechos humanos.
Al preguntarle un periodista si habían
hablado de los presos políticos, el canciller
dio la habitual respuesta cubana: en la isla no
existen prisioneros de conciencia. Todos los que
están en la cárcel son "mercenarios
al servicio de una potencia extranjera" y
este es un "asunto interno" que está
"fuera de la agenda". Moratinos, visiblemente
contrariado pero tratando de que la cosa no llegara
a mayores, dijo escuetamente justo después:
"Hemos discutido todos los temas en un clima
de confianza, de entendimiento y de respeto".
"Experto en engañar"
El activista de los derechos humanos Elizardo
Sánchez es también escéptico
sobre el posible resultado del dialogo: "No
creemos que el Gobierno de Cuba vaya a responder
de manera positiva al esfuerzo diplomático
español. El Gobierno de Cuba es experto
en engañar a casi todo el mundo".
Para el líder del Proyecto Varela, Oswaldo
Payá, es especialmente insultante que el
Gobierno español se haya "adaptado
a las condiciones de exclusión que el régimen
impone a la disidencia". Y Vladimiro Roca,
del Movimiento Todos Unidos considera que la visita
sólo fue positiva para Cuba, pues supone
"un espaldarazo en este momento de crisis.
El viaje se venía preparando desde hace
tiempo y no ha logrado siquiera la excarcelación
de un preso político".
Laura Poyán, otra de las líderes
de las Damas de Blanco, condiciona su valoración
de la visita a los resultados. "Si dentro
de unos días o semanas el Gobierno libera
a 10 presos, acerca a sus hogares a los 27 que
cumplen condena fuera de sus provincias y les
da un trato mejor en la cárcel, entonces
puede considerarse que habrá sido fructífera,
pero sino es así, es lamentable".
Todos fueron invitados al encuentro con Sandomingo
pero declinaron participar. Sí lo hicieron
los socialdemócratas Manuel Cuesta Morúa
y Eloy Gutiérrez Menoyo, para quienes la
visita fue positiva. Según Cuesta Morúa,
"no se debe sustituir la eficacia posible
de un dialogo entre Gobierno y Gobierno en materia
de derechos humanos por 15 minutos de fama con
Moratinos". A juicio de este opositor, el
acuerdo de dialogo tiene valor, pues aunque Cuba
trate de introducir su visión excluyente,
"se trata de un primer paso importante, ya
que el Gobierno acepta discutir sobre un tema
tabú".
Menoyo, ex comandante que pasó 22 años
en la cárcel y fue liberado gracias a gestiones
de Felipe González, va más allá:
"Lo logrado es muy importante, pues por ahí
se empieza. Lo de menos es que Pérez Roque
dijera el otro día que los presos están
fuera de la agenda. Los diálogos pueden
comenzar así, con exabruptos, pero luego
ambas partes se sientan en la mesa, alejadas de
los micrófonos, expresan sus diferencias".
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El termómetro de la excarcelación
de presos
Los diplomáticos europeos acreditados
en La Habana han seguido con gran interés
el viaje de Moratinos. El criterio general es
que España ha hecho una apuesta fuerte,
arriesgada y con valor, y ahora se trata de comprobar
si Cuba corresponde a este esfuerzo diplomático.
El viernes pasado, el embajador español,
Carlos Alonso Zaldivar, se reunió con sus
colegas europeos para explicar cómo fue
la visita, el contenido de los acuerdos y su posible
alcance en beneficio de todos los miembros de
la UE.
"España se ha tirado de cabeza a
la piscina, ha dado cosas tangibles a cambio de
intangibles y promesas de futuro; por eso es importante
saber hasta dónde Cuba esta dispuesta a
llegar en su ayuda a la posición española",
asegura uno de los diplomáticos europeos
que estuvo presente en la reunión. La ayuda
que todo el mundo espera tiene un termómetro
que es la excarcelación de presos. Otra
podría ser que las autoridades rebajen
el tono beligerante contra la UE y que cesen los
actos de repudio. Si hubiera una respuesta favorable
de Cuba, algunos considerarían que La Habana
esta dispuesta a avanzar y que la vía abierta
por España compensa.
Escepticismo hay. Algunos embajadores recuerdan
que, en el pasado, países como Canadá
tuvieron mecanismos similares de dialogo sobre
derechos humanos y fracasaron. En la reunión
del viernes, uno de los embajadores preguntó
a Zaldívar sí iba a dialogar como
"interlocutor privilegiado" de las autoridades
o como representante de España. Era una
broma, pero no tanto, pues son conocidas las reticencias
de muchos a la estrategia de acercamiento de España.
Más cuando el canciller cubano, Felipe
Pérez Roque, dijo durante la visita que
su país no está dispuesto a iniciar
aún un diálogo con la UE. El mejor
resumen: hay que esperar.
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