Excelentes
relaciones
Rafael Rubio. Libertad
Digital, 5 de abril de 2007.
Tras la llegada al poder de Rodríguez
Zapatero, el Gobierno español decidió
modificar las medidas que el Consejo Europeo había
establecido por unanimidad tras la primavera negra
de 2003, en la que 75 ciudadanos fueron detenidos
y 3 fusilados. Tras una dura labor diplomática
de la cancillería española la Unión
Europea decidió ceder a las exigencias
de La Habana siguiendo la iniciativa española
con la esperanza de lograr avances en la situación
de los derechos humanos y la democracia. Desde
entonces la ineficacia de esta decisión
es cada día más evidente, la represión
se ha incrementado y la situación de la
democracia y los derechos humanos no ha hecho
más que empeorar, lo que ha hecho que el
próximo mes de junio la Unión Europea
reconsidere su política hacia la isla.
Las dictaduras se mantienen sobre la propaganda
y los símbolos y la dinastía castrista
ha decidido organizar una visita simbólica
para recuperar la legitimidad internacional y
demostrar la "eficacia" de las posiciones
sumisas al régimen de La Habana. Miguel
Ángel Moratinos se ha convertido así
en el primer canciller de un país de la
Unión que visita la isla desde la primavera
negra de Cuba. Si hemos de creer al Gobierno cubano
la visita inaugura una "nueva época
en las relaciones España-Cuba", algo
que llena a Moratinos de emoción y a los
españoles de la inquietud que genera mantener
excelentes relaciones con una dictadura con más
de 300 presos políticos en prisión.
Además ha anunciado con condescendencia
que "comenzará a hablar con España
de derechos humanos, pero no con Europa",
como si en este punto hubiera algo que hablar,
más allá de exigir el cumplimiento
de la multitud de tratados internacionales de
las que Cuba es signataria.
El Gobierno español, con tal de lograr
la sonrisa de la cohorte del dictador, no ha dudado
en aceptar la principal condición impuesta
por los verdugos: ignorar a sus víctimas.
Como resultado, España podrá volver
a financiar al régimen castrista, que es
lo que en román paladino significa "el
restablecimiento de la cooperación económica
y cultural con Cuba". Una cooperación
que en lo económico sólo podrá
realizarse con el Gobierno, ya que la ley prohíbe
cualquier proyecto independiente del mismo, y
en lo cultural supone convertirse en el pagano
de la cultura oficial del Gobierno cubano, que
no ha tenido a bien ni siquiera la devolución
del Centro Cultural de España en la Habana.
Algunos se felicitarán de las caricias
de la tiranía castrista y tratarán
de hacernos olvidar una nueva prueba de que "el
diálogo por el diálogo", sin
ningún tipo de limitación ética
o moral, sólo sirve para perpetuar la dictadura
y, lo que es más grave, el abandono del
pueblo cubano. Castro sabe bien que en política
exterior sólo la unidad y la firmeza garantizan
resultados y ha decidido aprovechar las reminiscencias
ideológicas de algunos para debilitar la
capacidad de decisión de una Europa dividida.
El Gobierno cubano ha vuelto a demostrar que aquel
que quiera mantener relaciones deberá someterse
a sus dictados y ha transmitido con claridad su
mensaje de cara a las negociaciones sobre la nueva
política europea respecto a Cuba, negociaciones
en las que España será, una vez
más, el mejor aliado de la dictadura.
Rafael Rubio es presidente de la Asociación
Española Cuba en Transición., profesor
titular de Derecho Constitucional y editor del
blog e-thepeople.
|