Complicada
situación epidemiológica
Por Dalia Acosta. IPS,
9 de octubre de 2006.
LA HABANA, 6 oct (IPS) - Una intensa campaña
contra el mosquito Aedes aegypti ha logrado disminuir
la incidencia del dengue en Cuba, pero la situación
epidemiológica sigue delicada por la presencia
de diferentes tipos de gripe y la aparición
de casos de leptospirosis, hepatitis y otras infecciones.
"Muchos casos se complican por las dificultades
a la hora de hacer el diagnóstico. Los
tratamientos no son los mismos, y lo que se aplica
en un caso, puede poner la vida en riesgo en otro",
dijo a IPS una médica del policlínico
Antonio Guiteras, en el municipio capitalino de
La Habana Vieja.
"A veces hace falta indicar antibiótico,
pero no lo hacemos porque hay que esperar la confirmación
de si es o no dengue. Una vacilación de
este tipo puede ser mortal cuando se trata de
leptospirosis", añadió.
El dengue no se trata con antibióticos,
como sí ocurre con la leptospirosis, una
enfermedad bacteriana grave y muy contagiosa.
Las lluvias y las altas temperaturas que persisten
dos meses después del fin del verano boreal,
la acumulación de aguas sucias en espacios
públicos y los graves problemas de higiene
que se acentúan en las zonas más
pobladas, crean una situación favorable
para la presencia de enfermedades infecciosas.
Los rumores, que circulan insistentemente por
La Habana, hablan de infecciones apenas conocidas
en esta isla caribeña y que podrían
estar siendo introducidas por cientos de miles
personas que llegan a estudiar o recibir tratamiento
médico, procedentes de muchos países
de América Latina y el Caribe.
La especialista consultada por IPS confirmó
que el dengue ha empezado a disminuir, después
de varios meses de alarma. "Hay menos, pero
todavía llegan personas enfermas a los
cuerpos de guardia. Podrá hablarse del
final de la epidemia cuando pase un mes sin reportarse
un solo caso en todo el país", aseguró.
Esa fue también la opinión de un
trabajador de la campaña que va de casa
en casa "flameando" (con fuego y alcohol)
tanques, palanganas, cubos o cualquier otro recipiente
para almacenar agua y donde los mosquitos, vectores
del virus del dengue, pueden haber colocado sus
huevos. "Cada vez hay menos focos. Gracias
a Dios está disminuyendo", comentó.
La epidemia más grave reportada en Cuba
fue en 1981, cuando la cantidad de personas enfermas
llegó a 344.203, se notificaron 10.312
casos de dengue hemorrágico y 158 muertes.
El mal retornó en 1997 con 3.012, hubo
11.432 casos en 2001 y 3.011 en 2002. Ahora se
habla de al menos 15.000 casos, según cálculos
no oficiales.
El dengue se manifiesta con fiebre alta, fuerte
dolor de cabeza, pérdida del sentido del
gusto y el apetito, erupciones en el pecho y miembros
inferiores, náuseas y vómitos. La
enfermedad es curable si se atiende a tiempo y
se guarda reposo, aunque en su variante hemorrágica
puede llegar a ser mortal.
Se estima que las primeras epidemias en el mundo
fueron reportadas entre 1779 y 1780 simultáneamente
en varias áreas de África, América
y Asia. La Organización Mundial de la Salud
(OMS) calcula que unos 50 millones de personas
contraen anualmente dengue en zonas tropicales
y subtropicales del planeta.
Especialistas aseguran que el incremento de la
temperatura global puede acortar el período
de incubación en el Aedes aegypti, que
hoy es de entre 10 y 15 días desde que
pica a una persona infectada hasta que está
en capacidad de trasmitir el virus. La enfermedad
no se transmite de persona a persona.
Aunque las autoridades evitan el término
"epidemia" y silencian las estadísticas
de casos registrados y de personas fallecidas,
la campaña sanitaria ocupa espacios fijos
en la televisión estatal, cientos de miles
de folletos han sido distribuidos, y las fumigaciones
aéreas y casa por casa se mantienen casi
a diario.
Algunos hospitales de la capital cubana han dedicado
salas completas a la internación de personas
con síntomas de dengue y no pocos policlínicos
destinan sus recursos de laboratorio sólo
a los casos de urgencia.
Informaciones que circulan fuera de este país
aseguran que el dengue ha causado más de
1.000 muertes en este año, pero fuentes
locales consultadas por IPS afirman que fueron
"apenas unas 40". Un funcionario del
Ministerio de Salud Pública admitió
que podría haber "más de cien",
pero en ningún caso más de mil.
El gobierno conoce la cifra real y, al parecer,
no la ha entregado a la Organización Panamericana
de la Salud (OPS). Cuba aparece sin casos reportados
en la última actualización sobre
la epidemia en las Américas, publicada
por la OPS el 28 de septiembre a partir de informes
de los ministerios de Salud de cada país.
En total, la OPS registra 348.570 casos de dengue
clásico, 7.368 de dengue hemorrágico
y 122 muertes. La mayor cantidad de personas infectadas
se reportan en Brasil, Venezuela, Colombia, El
Salvador, Guyana francesa, República Dominicana,
Martinica y Guadalupe.
Las muertes informadas a la OPS se concentran
en Brasil (37), República Dominicana (36)
y Colombia (34). En tanto, los mayores índices
de incidencia se registran en Guyana francesa
(4.529 casos por 100.000 habitantes), Martinica
(292,7 por 100.000 habitantes) y El Salvador (234
por 100.000 habitantes).
Fuentes de la OPS dijeron en septiembre que el
ministro de Salud Pública de Cuba, José
Ramón Balaguer, envió en agosto
una nota a la oficina de esa organización
en La Habana en la que reconocía la presencia
de la enfermedad en cuatro provincias, aunque
sin incluir cifras de casos.
Lea Guido, representante de la OPS en este país,
dijo a la prensa extranjera que la misiva aseguraba
que no había muertes hasta ese momento
y que ningún menor estaba afectado.
Observadores estiman que el nuevo brote se debe,
en esencia, a que la erradicación de los
vectores no ha sido sistemática, a la persistencia
de malas condiciones higiénicas en zonas
urbanas por la acumulación de basura y
al deterioro de los sistemas de acueducto y alcantarillado,
así como al déficit de personal
en las instituciones de salud.
En una reunión con los presidentes provinciales
del Poder Popular (gobiernos locales) el 22 de
septiembre, el actual mandatario interino Raúl
Castro, aseguró que la "batalla"
por la eliminación del Aedes aegypti es
un tema prioritario para la dirección del
país.
Castro, también ministro de las Fuerzas
Armadas, insistió en la necesidad de trabajar
continuamente para mejorar la higiene ambiental.
Además, subrayó que el problema
debe implicar a las instituciones, organizaciones
sociales, centros laborales y a toda la comunidad,
pues "este combate se gana en la base".
Sin embargo, fuentes cercanas a la campaña
consideran que todavía hay muy baja percepción
del riesgo en la población y entre los
funcionarios públicos encargados de mantener
la higiene en instalaciones estatales que funcionan
como centros de trabajo o estudio.
La última edición del semanario
Tribuna de La Habana, órgano del gobierno
en la capital del país, publicó
el nombre de 10 instalaciones estatales donde
se detectaron focos de mosquitos y llamó
a elevar las multas a esas entidades, cuyo monto
actual para el sector estatal fue considerado
"irrisorio".
Las multas aplicadas por las autoridades sanitarias
son "muy tímidas cuando se tiene en
cuenta que en tales descuidos puede írsenos
la vida", aseguró el periódico.
"La gente deja tiradas las latas boca arriba,
no acaba con los salideros en su propia casa,
esconde los vasos espirituales (recipientes con
agua con fines rituales), abre las casas antes
de que la fumigación haga efecto, es un
desastre", resumió a IPS José
Amador, una de los 15.000 trabajadores implicados
en la campaña contra el agente transmisor.
|