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DE CUBA
El
Nuevo Herald
Revelan un plan para atentar contra Castro
Wilfredo Cancio Isla, El Nuevo
Herald. 22 de junio de 2006.
Un ex director de la Fundación Nacional
Cubano Americana (FNCA) reconoció que él
y otros miembros de la jerarquía de esa
organización crearon un grupo paramilitar
para acometer actos de desestabilización
en Cuba y eliminar al gobernante Fidel Castro.
En una entrevista con El Nuevo Herald, José
Antonio Llama, alias ''Toñín'',
explicó que el arsenal para llevar a cabo
esos planes incluía un helicóptero
de carga, 10 aviones ultralivianos con control
remoto, siete embarcaciones y abundante material
explosivo.
''Estábamos impacientes por la sobrevivencia
del régimen de Castro tras el derrumbe
de la Unión Soviética y el campo
socialista'', reveló Llama, figura clave
en el financiamiento de la iniciativa a comienzos
de los años 90. "Queríamos
acelerar la democratización de Cuba empleando
cualquier medio para lograrlo''.
Los planes se vieron frustrados, según
Llama, luego que él y otros cuatro activistas
exiliados fueron arrestados y encausados en una
corte federal de Puerto Rico, en 1997, bajo cargos
de conspiración para asesinar a Castro
durante la Cumbre Iberoamericana de Isla Margarita,
Venezuela.
Todos los acusados fueron exonerados en diciembre
de 1999 por falta de pruebas.
Cercano colaborador del difunto líder
de la FNCA, Jorge Mas Canosa, Llama renunció
a la directiva de la organización en 1999
y se apartó del activismo político
en medio de serias dificultades financieras que
lo llevaron a la bancarrota. Según él,
el motivo de la renuncia fue la oposición
de la FNCA a pagar los gastos de la defensa legal
de sus compañeros de causa en el juicio
de Puerto Rico.
En un comunicado enviado el pasado noviembre
a El Nuevo Herald, la FNCA expresó: ''En
este caso consideramos sumamente irresponsable
por parte de un organismo periodístico,
el hacerse eco de lo que representa claramente
un intento de extorsión y difamación''.
Interrogado ayer nuevamente, el director ejecutivo
de la FNCA, Alfredo Mesa, respondió que
su entidad optaba por mantener la misma declaración.
Con anterioridad, el gobierno cubano había
lanzado reiteradas acusaciones sobre los presuntos
planes armados de la Fundación, utilizando
incluso testimonios de agentes infiltrados en
la organización. Sin embargo, hasta hoy
ninguna de esas implicaciones tuvo el respaldo
documental y la confirmación narrativa
de un protagonista de los hechos.
Las revelaciones sobre la creación y el
equipamiento logístico de ese organismo
paramilitar secreto son parte de una investigación
iniciada por El Nuevo Herald el pasado año
y que ahora emergen por primera vez, luego que
Llama comenzara a distribuir unos panfletos en
lugares públicos de Miami con información
detallada sobre el asunto.
La prensa oficial cubana publicó este
miércoles un artículo basado en
la información de los panfletos, aunque
sin ofrecer otras pruebas documentales.
Llama, quien hizo fortuna en el exilio fabricando
equipos de aire acondicionado para automóviles
soviéticos, aseguró que la motivación
esencial de su confesión son los $1.4 millones
que aportó de sus propios recursos para
financiar el proyecto, los cuales considera le
fueron estafados por varios directores de la Fundación.
Actualmente escribe, afirmó, un libro
de memorias bajo el título De la Fundación
a la fundición: historia de una gran estafa.
''Esta es la verdad... lo único que tengo
a estas altura de la vida es la verdad'', manifestó
Llama, de 75 años. "Estoy pidiendo
lo que se me debe, ni más ni menos, para
presentarlo en una corte de quiebra: ¿Dónde
están los barcos y los aviones que financié
con mi dinero? ¿A dónde fueron a
parar? ¿Quién tiene los títulos
originales?''
Llama se ha decidido a abrir la caja de Pandora
en un momento en que sus declaraciones no afectan
a antiguos amigos que estuvieron implicados en
esta historia, como los exiliados cubanos Arnaldo
Monzón Plasencia, Raúl López
y Manuel ''Nolo'' García, todos fallecidos.
De acuerdo con el testimonio, entre 1994 y 1997
Llama gastó de sus propios recursos $1,471,840.35
en el financiamiento de los aviones teledirigidos
y otros pertrechos bélicos, utilizando
como cobertura las firmas Nautical Sports Inc,
registrada en Florida, y Refri Auto, radicada
en República Dominicana.
Rodeado de numerosas cajas y carpetas donde archiva
meticulosamente documentos, apuntes de reuniones
y recortes de prensa, Llama mostró a El
Nuevo Herald las evidencias de transacciones realizadas
para adquirir esos equipos. La entrevista transcurrió
en su casa del suroeste de Miami.
Sólo en Nautical Sports aparecen abonados
por Llama $869,811.38. A través de esta
corporación pantalla --creada en 1993--
se garantizó la compra de las siete embarcaciones,
dotadas de comunicación por radio y teléfonos
por satélite, entre ellas la lancha rápida
Midnight Express. Se suponía que en esta
lancha, de 40 pies de eslora, viajara Mas Canosa
a Cuba en caso de producirse la muerte de Castro
o un repentino cambio político en la isla,
indicó el ex director de la FNCA.
Otro de los barcos, La Esperanza, fue confiscado
por el Departamento del Tesoro en Aguadilla, Puerto
Rico, al producirse el arresto y la acusación
federal contra sus tripulantes en 1997.
Llama recordó que el proyecto bélico
comenzó a fraguarse durante el congreso
anual de la FNCA celebrado en la ciudad surfloridana
de Naples, en junio de 1992. Según él,
fue el empresario Miguel Angel Martínez,
residente en Puerto Rico, quien lanzó la
idea de ''hacer algo más que cabildeo en
Washington'' para derrocar a Castro.
Una veintena de directivos entre los de mayor
confianza dentro de la Fundación, acordaron
entonces impulsar la iniciativa y designaron a
José ''Pepe'' Hernández y al propio
Mas Canosa para que escogieran los integrantes
del organismo armado.
''Se acordó que por lo delicado del asunto,
los pormenores del grupo bélico debían
discutirse en un pequeño comité'',
relató Llama. "En el congreso con
directores y fideicomisos, celebrado al año
siguiente [1993] en Puerto Rico, los escogidos
comenzamos a reunirnos y a reparar en todo lo
que hacía falta comprar''.
La junta general de directores de la Fundación
desconocía los pormenores del grupo bélico,
que funcionaba de manera autónoma. Llama
exoneró de toda responsabilidad al actual
presidente de la junta directiva de la FNCA, Jorge
Mas Santos, quien nunca fue informado de esa iniciativa.
''Entre Miguel A. Martínez y Pepe Hernández
se discutía la hegemonía del grupo'',
apuntó el activista. "Pero escogimos
a Pepe por su reconocido historial de combatiente
en la Brigada 2506 y en los marines''.
Entre los integrantes del grupo, Llama relacionó
además a los exiliados cubanos Elpidio
Núñez, Horacio García y Luis
Zúñiga, quienes abandonaron la Fundación
en el 2001 para fundar el Consejo por la Libertad
de Cuba (CLC); Erelio Peña y Raúl
Martínez, de Miami; Fernando Ojeda, Fernando
Canto y Domingo Sadurní, de Puerto Rico;
y Arnaldo Monzón Plasencia y Angel Alfonso
Alemán, de Nueva Jersey.
Ex integrantes de la FNCA como García,
Zúñiga y Núñez, declinaron
comentar sobre el asunto. El CLC no emitió
declaraciones. Ninoska Pérez Castellón,
directora y portavoz de la agrupación,
dijo ayer que los aludidos "han decidido
poner el caso en manos de abogados''.
Otros acontecimientos relacionados con la organización
armada, de acuerdo con el testimonio de Llama,
son los siguientes:
o Los diez miniaviones teledirigidos fueron financiados
por Llama en $210,000 a través del Internacional
Finance Bank (IFB) de Miami, que pagaba a Flight
Rescue Systems, compañía propiedad
de Luis Prieto y Rafael Montalvo. Los equipos
quedaron guardados en un almacén en Miami-Dade
y el fin era utilizarlos contra objetivos económicos
en Cuba o en un atentado a Castro. Los títulos
de propiedad no fueron entregados nunca a su legítimo
comprador y presuntamente quedaron en manos de
Pepe Hernández, quien los vendió
después de 1997.
o El helicóptero de carga fue donado por
Sadurní, pero Llama lo financió
en $85,360 a través del Republic National
Bank. El helicóptero serviría de
base para operar los miniaviones y se hallaba
estacionado en el International Flight Center,
en el suroeste de Miami-Dade.
o Para la adquisición de explosivos (dinamita),
el grupo se valió del empresario Raúl
López, un exiliado anticastrista que participó
en operaciones de infiltración en Cuba
en la década de 1960. López era
propietario de una compañía autorizada
a comprar explosivos para abrir los canales de
desagüe en la industria azucarera del sur
de la Florida y prestaba sus servicios al central
Talismán. Pepe Hernández le pidió
a López que solicitara un préstamo
en el Ready State Bank de Miami para facilitar
las transacciones. A cambio de las entregas de
materiales bélicos, la Fundación
debía pagarle la deuda, a razón
de $868.63 mensuales hasta completar unos $45,000.
Al menos dos fuentes confirmaron a El Nuevo Herald
la existencia de los aviones ultraligeros y las
embarcaciones.
Eulogio Amado Reyes, alias ''Papo'', un mecánico
automotriz retirado, recordó que ensambló
los aviones en un almacén de Miami-Dade
con la ayuda de un instructor de apellido Graham,
quien vino de Texas.
''Allí nadie hablaba nada de eso; sólo
se decía que era un proyecto de la Fundación'',
relató Reyes, de 73 años. 'Recuerdo
una vez que se hicieron entrenamientos con los
'avioncitos' cerca de Bahamas''.
José ''Pepín'' Pujol, un experimentado
marino, dice que la Fundación comenzó
a utilizarlo en 1993 como asesor para la compra
de embarcaciones.
''El [barco] Pelican se puso a nombre mío'',
contó Pujol, de 76 años. "El
procedimiento era que yo buscaba los barcos, Toñín
hacía el pago inicial y el garante era
Elpidio Núñez''.
Pujol fue citado esta semana por un jurado de
instrucción en El Paso, Texas, que investiga
la entrada ilegal del militante anticastrista
Luis Posada Carriles en Estados Unidos, en marzo
del 2005. Un informante encubierto del FBI asegura
que Posada fue introducido en el barco Santrina,
capitaneado por Pujol.
Según Llama, la mayor parte de los explosivos
eran conservados en Miami, pero a finales de 1996
fueron lanzados desde una embarcación al
fondo del mar, en un arrecife cerca de Bahamas.
El cargamento era transportado por ''Nolo'' García
en el yate de Núñez cuando una lancha
patrullera bahamense se les aproximó, y
ambos temieron la posibilidad de un registro.
''Por razones lógicas, tiraron la carga
al mar'', contó Llama. "Poco después
fuimos hasta allí para recuperarla, pero
no la hallamos''.
Los reporteros de El Nuevo Herald Helena Poleo
y Gerardo Reyes contribuyeron con esta información.
wcancio@herald.com
Libre bajo fianza la mujer acusada de espiar
para Castro
Rui Ferreira, El Nuevo Herald.
22 de junio de 2006.
El caso contra una mujer acusada de espiar para
Cuba no parece tan grave, consideró un
juez federal al conceder libertad bajo fianza
a Elsa Alvarez, arrestada en enero junto a su
esposo, Carlos Alvarez, profesor de la Universidad
Internacional de la Florida.
Según el juez de instrucción Michael
Moore, las pruebas presentadas por la fiscalía
federal muestran que, al menos en la última
década, Elsa Alvarez, de 55 años,
"no tuvo contacto con funcionarios del gobierno
cubano''.
Además, ''intentó en innumerables
ocasiones que su esposo interrumpiera esos contactos
y que dejara de trabajar para la inteligencia
cubana'', dijo el juez.
Por ello, subrayó, ''el peso de las pruebas
contra la acusada no es fuerte'', en una decisión
escrita la semana pasada y revelada ayer.
Alvarez fue liberada después de que sus
familiares dispusieron de su patrimonio como valor
colateral. Está obligada a usar un grillete
electrónico y no puede ausentarse de la
ciudad sin el permiso de las autoridades.
Moore consideró, además, que la
mujer representa un riesgo de fuga ''mínimo'',
entre otras razones, porque en Miami se encuentran
sus ancianos padres y una hija menor de edad.
Cuando fueron arrestados, los Alvarez se declararon
inocentes y pidieron tener un juicio con jurado,
pero también solicitaron al juez que le
permitiera a ella esperar las audiencias en su
casa.
Aunque aparentemente nunca recibieron pago de
La Habana por las informaciones que enviaron a
la isla, la acusación federal sostiene
que, al menos Carlos Alvarez, viajó a Cuba
en varias ocasiones donde estableció contacto
con funcionarios cubanos.
Las autoridades aseguran que encontraron en su
poder documentación comprometedora, pero
han admitido que sus actividades nunca representaron
un riesgo de seguridad nacional ni involucró
secretos militares.
La fiscalía también aseguró
que Alvarez admitió su culpabilidad en
una conversación con agentes de la Agencia
Federal de Investigaciones (FBI), lo cual ha sido
seriamente cuestionado por la defensa.
Ayer, ni la abogada de Alvarez ni miembros de
la fiscalía estuvieron disponibles para
comentar la decisión de Moore.
rferreira@herald.com
Doce años de cárcel
para alto funcionario del Partido en Cuba
EFE, La Habana, 22 de junio de
2006.
En un hecho sin precedentes, el gobierno cubano
condenó a 12 años de cárcel
a Juan Carlos Robinson Agramonte, hasta abril
miembro del Buró Político y del
Comité Central del Partido Comunista de
Cuba (PCC), por un delito de tráfico de
influencias continuado, informaron ayer medios
oficiales.
Robinson es el primer miembro del Buró
Político condenado pero el tercero expulsado
bajo alegaciones de abuso, corrupción o
conducta impropia del cargo, tras los casos de
Carlos Aldana, en 1993, y el ex canciller Roberto
Robaina.
La condena contra Robinson fue dictada por la
Sala Séptima del Tribunal Popular de La
Habana durante un juicio celebrado el 16 de junio,
tras un ''riguroso proceso investigativo'' realizado
por los Organos de Instrucción Penal del
Ministerio del Interior y la Fiscalía General
de la República, informó ayer el
diario oficial Granma.
Durante la vista oral, añadió el
diario, Robinson se declaró culpable de
un delito de tráfico de influencias continuado
por el que fue condenado a 12 años de cárcel
--frente a los 15 que solicitaba el fiscal-- e
inhabilitación para ocupar cargos en la
administración del Estado y organizaciones
sociales y de masa.
''En la sentencia dictada quedó demostrado
que Robinson Agramonte, en franco proceso de debilitamiento
ideológico, con abuso de su cargo, olvido
de sus altas responsabilidades y de la probidad
exigida para un cuadro revolucionario, hizo uso
de sus influencias con el propósito de
obtener beneficios'', apuntó un comunicado
del Buró Político publicado por
Granma.
''Como ha sido práctica en todos los años
de Revolución, en nuestro país nadie,
con independencia de sus responsabilidades y méritos,
puede violar la ley. Quien lo haga recibirá
inexorablemente el peso de la justicia revolucionaria'',
concluyó la nota oficial.
Robinson, que había sido secretario del
PCC en Santiago de Cuba, fue separado del buró
político y del Comité Central del
Partido Comunista el pasado 26 abril, tras una
reunión del máximo órgano
de la dirección del partido.
Una nota oficial divulgada entonces le acusó
de "indiscreciones y reblandecimiento en
sus principios éticos, que han puesto de
manifiesto actitudes deshonestas incompatibles
con la conducta de un comunista y menos aún
de un cuadro del Partido''.
La condena contra Robinson coincide con un proceso
de cambios en varias direcciones provinciales
del PCC, el único de la isla.
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