"La
mía es una generación muy defraudada, triste y
melancólica"
Pedro Juan Gutiérrez,
autor de 'Trilogía sucia de La Habana'
asegura que sus libros reflejan la vida cotidiana
en su país En 'El nido de la serpiente'
viaja a la infancia de su personaje
César Coca/Madrid. Sur
Digital, España, 30 de enero de 2006.
El escritor que mejor refleja la Cuba de hoy
fue trabajador de la construcción, cortador
de caña, soldado zapador, profesor de dibujo
técnico, dirigente sindical, locutor de
radio, actor y periodista. Pedro Juan Gutiérrez
(Matanzas, Cuba, 1950) es un novelista tardío,
porque tenía 45 años cuando publicó
su primer libro, 'Trilogía sucia de La
Habana', uno de los textos más desgarrados
de los últimos tiempos, pese a sus grandes
dosis de humor negro y sexo desenfrenado. Desde
ese volumen, Gutiérrez, que sigue viviendo
en la capital cubana, ha ido construyendo una
obra de personalidad muy acusada. Definido por
algunos como el Bukowski cubano, o como el 'vigía
del Malecón', él gusta calificarse
también de 'llanero solitario', porque
en materia política no se siente 'indio'
ni 'cow-boy'. Reacio a las preguntas sobre la
política cubana, Gutiérrez, que
también es poeta y pintor, no tiene problema
en cambio en hablar de cómo se vive en
la calle. Ahora presenta 'El nido de la serpiente.
Memorias del hijo del heladero', un viaje a la
infancia y juventud de Pedro Juan, personaje central
de casi todas sus novelas y 'alter ego' más
que evidente del autor.
La suya es una literatura al límite, tan
dolorosa que ni se atreve a releerse. ¿Tanto
desgarro le produce escribir?
Sí. A veces uno ni sabe por qué
escribe de esa manera. Uno planifica una novela
y luego cuando se da cuenta está escribiendo
otra cosa. Se trabaja de una forma irracional,
extraña.
Sin embargo, la imagen que muchos lectores tienen
de usted -un tipo descarado, violento, provocador...-
no encaja con ese desgarro.
Lo que pasa es que Pedro Juan el personaje es
uno, y Pedro Juan Gutiérrez, el escritor,
es otro. Nos parecemos bastante, pero no somos
el mismo.
Pero en sus primeros libros, lo ha dicho usted,
hay más de un 90% de autobiografía.
Es cierto, pero Pedro Juan es un poco prototipo
de mi generación. Los que ahora tenemos
entre 45 y 60 años somos una generación
muy defraudada, un poco triste, un poco melancólica.
Nos entregamos muchísimo a un proyecto
y en este momento todo se ha convertido en sal
y agua.
Es usted un escritor tardío. ¿Ha
condicionado eso su estilo?
Empecé a escribir la 'Trilogía',
mi primer libro publicado, en 1994. Cuesta mucho
ir consolidando el estilo, saber adónde
va. La literatura es reflexión, pensamiento,
análisis. Y uno va descubriendo así
su camino. La escritura es un oficio como el de
carpintero... Hay que ir acumulando experiencia
y materia prima de calidad. Y eso te lleva años.
Yo no concibo un escritor con 22, con 25 años...
En sus primeros libros el protagonista persigue
el sexo de forma compulsiva. ¿Ese sexo
desaforado refleja la realidad cubana?
De algún modo, sí. Pero la explicación
del porqué es larga, es algo antropológico
y sociológico. Desde 1959 hay un proceso
muy claro en Cuba que fortalece la individualidad
de cada persona en contra del sentido familiar.
Hay cambios en la moral, en la ética, y
un mestizaje de africano y europeo que también
nos ha llevado a ello. Yo concentro mis historias
en un barrio, el de Centro Habana, y ahí
se encuentra eso todos los días. No son
historias inventadas. Sucede constantemente allí
y en otros lugares, como el Oriente del país...
Esto es sintomático de toda una generación
y sería preciso hacer un ensayo para explicarlo.
Se ha llegado a una situación un poco extravagante
y un poco loca.
Otro elemento llamativo es la lucha por la supervivencia.
Muchos personajes se preocupan sólo por
conseguir hoy algo para comer y beber, y mañana
ya se verá...
Escribí mis primeros libros en una etapa
muy dura del país. Hablo de mediados de
los noventa, cuando era muy difícil conseguir
un dólar diario. Eso ha mejorado algo desde
ciertos puntos de vista para algunos sectores,
pero yo estuve escribiendo esos años en
un momento terrible. Era así y más
brutal aún. Sucedían cosas que yo
ni me atrevía a escribir. La literatura
es síntesis, y yo he ido sintetizando la
esencia del ser humano en detrimento de detalles
que convertirían mis libros en un panfleto.
La riqueza como elemento de contraste no aparece.
¿Por qué?
Es difícil encontrar un rico en Cuba,
o los que puedan serlo no están a mi alcance.
Y un escritor debe estudiar a sus personajes.
Pese a que insiste en que no desea lecturas políticas
de sus libros, esa ausencia de ricos dice mucho.
Puede ser. No lo había pensado hasta ahora,
pero ahora me doy cuenta de que es así.
No conozco ricos. Conozco gente como yo, y mucho
más pobre que yo.
"La sociedad cubana es machista y racista"
C. C./Madrid.
Las feministas le odian, por los personajes femeninos
de sus libros. ¿Qué opina?
Sí, pero en cambio los gays me adoran,
para que tú veas. No entiendo nada. Yo
recibo todos los días unas cuantas cartas
muy cariñosas, incluso de cubanos que viven
fuera y me dicen que mis libros les ayudan a sobrevivir.
Así que esa parte positiva es más
importante. A las críticas no les hago
caso.
¿Pero se ve machista o es el estilo de
vida de Cuba?
La sociedad cubana es machista, racista... Es
imperfecta, como todas. A mí no me da la
gana escribir como determinadas personas quieren.
Mis libros son realistas y si los personajes son
machistas así los reflejo.
Esos grupos destacan que muchas de las mujeres
de sus libros son prostitutas o venden ocasionalmente
su cuerpo...
No he leído muchas críticas, porque
las miro por arriba y las aparto. No sé,
estas pobres feministas me parece que están
angustiadas; quizá ellas no tienen mucho
sexo y se preocupan por las que sí lo tienen.
Trato de ser respetuoso con todos, pero me gusta
que me respeten a mí.
Lo que dice no va a mejorar sus relaciones con
esos grupos...
Pues que empiecen a criticar. A mí me
da igual. Un escritor lo que hace es provocar
al lector para que piense.
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