Controversias
por el tratamiento ocular de una joven que viajó
a Cuba
El consejo Argentino de Oftalmología
asegura que el mal que padece no tiene cura y
se trata de una estafa.
Derf
Agencia de Noticias.
Argentina, 24 de enero de 2006.
El tratamiento que recibe de parte de médicos
cubanos la santafesina Romina Kessler, quien padece
un cuadro de retinosis pigmentaria, ha sido puesto
en dudas por el Consejo Argentino de Oftalmología,
entidad que a través de sus titulares sostiene
que se está "una vez más ante
la peor de las estafas: las promesas de curación
de enfermedades que no la tienen".
El caso de Romina, la joven que es asistida por
profesionales cubanos y que viajó a la
isla caribeña para someterse a una operación,
tomó estado público cuando a su
padre, el arquitecto Jorge Kessler, le fue robado
de su coche un maletín en el que llevaba
seis mil euros que terminaba de retirar de una
entidad bancaria local. Como Romina debía
partir de inmediato a Cuba, dado que tenía
fijada fecha para ser atendida, de inmediato varios
amigos de Kessler le entregaron dinero para que
la joven pudiera hacer el viaje. A su vez el gobernador
Jorge Obeid decidió concederle un subsidio
para contribuir también a paliar la pérdida.
La posición del Consejo fue fijada a través
de una carta de lectores publicada en la edición
del sábado pasado en el diario "La
Nación" de Buenos Aires y en ella
se afirma que los integrantes de la entidad a
lo largo de los años han visto "a
muchísimos de estos pacientes operados
en Cuba que no han mejorado su condición
ni han demostrado atrasar el curso de la enfermedad".
Y con énfasis, se afirma que "esta
técnica realizada en Cuba no posee ningún
aval científico internacional".
Ayer, al ser Kessler consultado por LaCapital
con relación a la posición pública
del Consejo reaccionó airado, sosteniendo
que en realidad la nota surgía como consecuencia
de que determinados oftalmólogos del país
"no están perdiendo pacientes, sino
clientes", con las técnicas desarrolladas
por los cubanos.
El padre de Romina aclaró que la joven
no fue finalmente operada en Cuba sino que se
la encontró muy restablecida, al punto
de haber regresado a Santa Fe donde prosigue sus
estudios de medicina, recientemente iniciados,
al tiempo que presta colaboraciones esporádicas
y ad honórem en la sala de guardia del
hospital Cullen.
También fue enfático en señalar
que "en ningún momento" se le
dijo a Romina que iba a ser curada de su enfermedad,
"porque no es una enfermedad curable",
pero sí que con el tratamiento se detiene
la enfermedad y el deterioro que sufren los ojos
por la retinosis. Kessler afirmó también
que tanto su hija, en Cuba y en Buenos Aires,
como él mismo en la Capital Federal han
hablado con pacientes que con ese mismo tratamiento
tienen notables mejoras.
Siempre en palabras del padre, Romina experimenta
una gran recuperación desde el momento
en que comenzó el tratamiento y luego de
haber recorrido "muchos consultorios de distintos
oftalmólogos del país" sin
recibir ninguna respuesta satisfactoria. Romina
tiene hoy 25 años. En 2003, el año
de la gran inundación en Santa Fe, vivió
experiencias muy traumáticas, primero con
la enfermedad y muerte de su madre y luego con
las consecuencias directas de la inundación,
dado que prestó una gran colaboración
a las personas damnificadas, especialmente a un
niño que presentaba un mal congénito
y que falleció pocos meses más tarde.
Fue así que en octubre se le presentó
el cuadro de retinosis pigmentaria, que para ella
significó soportar un cuadro de dolores
de cabeza, mareos, fotofobia y dificultades en
la agudeza visual. Kessler admite que el componente
emocional aporta lo suyo y comentó que
a comienzos de 2004 Romina vivía encerrada
en su habitación a oscuras, porque no soportaba
la luz y padecía fuertes dolores en la
cabeza y los ojos.
Finalmente, "y después de estar un
año dando vueltas", en la Capital
Federal los Kessler tomaron contacto con la doctora
Maritza Herrera Mora, jefa de Oftalmología
de un instituto nacional cubano que fue creado
por un médico de la isla ya fallecido.
"Si los cubanos quisieran hacer dinero hubieran
operado a Romina", disparó Kessler,
quien contó que poco tiempo después
de iniciar el tratamiento su hija comenzó
a llevar, de a poco, una vida más normal,
al punto de que pudo estudiar en 2005 y rendir
a fines del año pasado para ingresar a
la carrera de medicina.
"Si los cubanos quisieran hacer dinero hubieran
operado a Romina", disparó Kessler,
quien contó que poco tiempo después
de iniciar el tratamiento su hija comenzó
a llevar, de a poco, una vida más normal,
al punto de que pudo estudiar en 2005 y rendir
a fines del año pasado para ingresar a
la carrera de medicina.
Las críticas
En la carta del Consejo Argentino de Oftalmología,
suscripta por los doctores Ernesto Ferrer, presidente,
y Omar López Mato, vicepresidente, se expresa:
"La familia de Romina Kessler ahorró
con gran esfuerzo una suma importante de dinero
para que su hija fuera sometida a una cirugía
que dice curarla de retinosis pigmentaria. Esta
es una enfermedad de tipo metabólico, donde
se altera la síntesis de un fotorreceptor,
la rodopsina, encargada de generar estímulos
lumínicos, que son procesados por nuestra
retina".
Luego de expresar las referidas críticas
a los tratamientos cubanos, en la nota se añade
que "ante la inevitable pérdida de
la visión, el paciente busca medicinas
alternativas que nunca faltan ni han faltado en
la historia de la medicina. Existirán siempre
quienes lucren a expensas de la esperanza; en
este caso, avalado por un régimen político
que sólo ve en ella una fuente de ingresos".
La entidad invita a quienes padecen esta enfermedad
a que hagan las consultas pertinentes al Consejo
Argentino de Oftalmología, entidad que
aúna a las cátedras de la especialidad,
sociedades científicas y médicos
oftalmólogos de toda la Argentina. Pueden
dirigirse mediante e-mail a la siguiente dirección:
secretaria oftalmólogos.org.ar, "donde
encontrarán una respuesta con la seriedad
y el respeto que todo paciente merece".
El organismo está hoy en receso y por
consiguiente LaCapital no pudo consultar a los
profesionales citados, pero en cambio tomó
contacto con el doctor Jorge Dri, asesor médico
legal del Consejo Argentino de Oftalmología,
quien confirmó que de forma constante,
desde distintos puntos del país, profesionales
que integran el organismo denuncian la presencia
de presuntos idóneos que ofrecen medicinas
alternativas. En el caso de los cubanos, señaló
Dri que lo que se les está exigiendo es
que demuestren científicamente su idoneidad,
"tal como ocurre cuando nuestros profesionales
van a otro país a ejercer sus conocimientos".
Interpretó que las propuestas que hace
Cuba con su medicina alternativa responden a la
necesidad de obtener divisas, en un país
que tiene muy poco para exportar y remarcó
que en términos medicinales y más
específicamente oftalmológicos "Argentina
está en el mismo nivel que las naciones
del primer mundo". Lo que no es correcto,
sostuvo, "es que los cubanos tomen de cobayos
a los argentinos", y volvió a reclamar
que los profesionales de otros países,
si quieren ejercer en la Argentina, se sometan
a las pruebas correspondientes que avalen su idoneidad.
Interpretó que las propuestas que hace
Cuba con su medicina alternativa responden a la
necesidad de obtener divisas, en un país
que tiene muy poco para exportar y remarcó
que en términos medicinales y más
específicamente oftalmológicos "Argentina
está en el mismo nivel que las naciones
del primer mundo". Lo que no es correcto,
sostuvo, "es que los cubanos tomen de cobayos
a los argentinos", y volvió a reclamar
que los profesionales de otros países,
si quieren ejercer en la Argentina, se sometan
a las pruebas correspondientes que avalen su idoneidad.
El dinero de la provincia
El pasado 11 del corriente, el gobernador Jorge
Obeid le hizo entrega a Kessler de 10 mil pesos
en concepto de subsidio para ayudar a su hija
a trasladarse a Cuba. El mandatario, se señalaba
ayer en Casa de Gobierno, recibe asesoramiento
de sus ministros cuando se trata de dar subsidios
para atender problemas específicos, tales
como enfermedades, pero en este caso el beneficio
fue extendido para que Romina pudiera pagar los
pasajes, exclusivamente. Kessler comentó
que, aunque la operación no se concretó,
hubo gastos en el viaje a Cuba y que con el resto
del dinero devolvió plata que le habían
prestado sus amigos. En tanto y con relación
al robo de los 6.000 euros dijo no haber tenido
noticias sobre el actual estado de las investigaciones.
Carlos R. Morán / La Capital.
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