NOTICIAS
DE CUBA
El
Nuevo Herald
Walesa aconseja prepararse para la transición
Associated Press, La Habana, 22
de enero de 2006.
El ex presidente polaco Lech Walesa aconsejó
ayer a los disidentes cubanos que se preparen
para una inevitable transición democrática,
recordando que los activistas en su país
no estaban preparados para el colapso del comunismo
en Europa oriental.
El ex líder del movimiento sindical Solidaridad
y premio Nobel de la Paz asistió a una
sesión de preguntas formuladas por los
disidentes cubanos durante una conferencia por
internet en el hogar en La Habana del jefe de
la sección de intereses comerciales de
Estados Unidos, Michael Parmly.
''Cuando la libertad llegue, va a ser difícil.
Nosotros cometimos muchos errores. No estábamos
preparados'', dijo Walesa durante el diálogo,
que se prolongó una hora, mientras su imagen
era proyectada en una pantalla emplazada en un
salón.
El gobierno cubano dice que no habrá tal
transición en la isla, y que el actual
sistema económico y político continuará
luego del fallecimiento de Fidel Castro, que tiene
79 años.
Unas 100 personas asistieron al evento, entre
ellas una docena de los disidentes más
conocidos de Cuba, así como diplomáticos
de Polonia y de otros países de Europa
oriental, y periodistas internacionales.
La reunión en la residencia del principal
diplomático estadounidense en La Habana
se registró días después
que funcionarios norteamericanos conectaron un
cartel electrónico situado a un costado
de la misión de Estados Unidos para propalar
mensajes en defensa de los derechos humanos.
Polonia figuró entre los países
que eran aliados ideológicos de Cuba antes
del colapso de la Unión Soviética
y del derrumbe del comunismo en Europa oriental.
''Para mí y para muchos cubanos usted
es un símbolo de la libertad, de la defensa
de los derechos del hombre, un líder valiente'',
dijo a Walesa el periodista cubano Angel Polanco.
La veterana disidente y ex prisionera política
Martha Beatriz Roque dijo a Walesa que hay más
de 330 prisioneros de conciencia en Cuba.
''Ellos pagan un precio muy, pero muy caro por
la libertad en Cuba'', dijo Roque al aludir a
los prisioneros. Ella figuró entre 75 disidentes
detenidos en una represión contra opositores
en marzo del 2003, antes de ser puesta en libertad
condicional.
Quince de los 75 presos originales han sido liberados
desde entonces por motivos de salud.
El resto está cumpliendo condenas de hasta
28 años de cárcel acusados de ser
mercenarios de Estados Unidos cuyo propósito
es socavar el régimen de Castro. Tanto
los presos como el gobierno de Estados Unidos
niegan las acusaciones.
Tres décadas cubanas en pie por los
derechos del hombre
Pablo Alfonso, 22 de enero de
2006.
En la larga contienda sostenida por los cubanos
durante 47 años contra la dictadura de
Fidel Castro, el movimiento de derechos humanos
ocupa un lugar relevante y de características
únicas.
La creación de organizaciones cívicas
y no violentas, como método de lucha, no
tiene antecedentes en la historia de Cuba durante
el período republicano precastrista, ni
tampoco durante el de la colonia y las guerras
independentistas.
Quizás el legado más importante
que el movimiento de derechos humanos puede aportar
a la historia reciente es esa cualidad, que responde
a las concepciones de la época, pero también
a las características mismas del sistema
político impuesto por el castrismo en Cuba,
bajo la sombra del marxismo-leninismo.
El referente histórico de ese proceso
en la isla hay que buscarlo en movimientos similares
originados en los países de la Europa Oriental,
dominados entonces por el comunismo soviético,
así como en la propia Unión Soviética.
Fue dentro de este contexto que se comenzó
a incubar el Comité Cubano Pro Derechos
Humanos (CCPDH), que cumple por estos días
30 años de existencia, durante los cuales
el movimiento disidente ha recorrido un inédito
y complejo camino de logros y fracasos, pero siempre
hacia adelante en el proceso de democratización
del país.
Los fundadores
El CCPDH se creó bajo la dirección
de Ricardo Bofill Pagés y un reducido grupo
de colaboradores, todos procedentes de las filas
del antiguo Partido Socialista Popular (Comunista),
que habían entrado en abierta contradicción
con el régimen castrista y que, más
tarde, dejaron a un lado su formación ideológica
marxista, en busca de fórmulas democráticas.
El CCPDH se fundó formalmente el 28 de
enero de 1976. Sus organizadores quisieron que
la fecha coincidiera con el aniversario del natalicio
de José Martí, el más importante
líder independentista cubano, quien sentó
las bases ideológicas y políticas
de la república que ayudó a surgir
con la organización de la última
guerra de independencia.
Eran apenas cuatro disidentes, ex presos políticos
-- Bofill, Adolfo Rivero Caro, Elizardo Sánchez
Santacruz, Edmigio López Castillo y Enrique
Hernández Méndez --, quienes buscaron
y encontraron el respaldo de una respetada figura
revolucionaria de la época para su audaz
proyecto: Marta Frayde.
Obstetra de profesión, Frayde fue una
incansable activista por el adecentamiento de
la república, amiga personal de Castro,
y fungió como embajadora de Cuba ante la
UNESCO en París hasta que renunció
al cargo y regresó a La Habana, alarmada
por la creciente represión política
de la revolución devenida en dictadura
marxista-leninista.
De aquella reunión formal, en su casa
del reparto habanero de El Vedado, surgió
el primer comunicado de prensa del CCPDH, que
la propia Frayde entregaría a varias sedes
diplomáticas y que se encuentra en los
archivos de la Comisión de Derechos Humanos
de Naciones Unidas en Ginebra.
Meses después Frayde fue arrestada y condenada
a 20 años de cárcel, acusada de
ser agente de la Agencia Central de Inteligencia
(CIA).
''Sólo el valor y la integridad de la
doctora Frayde impidió que esa incipiente
disidencia fuera a dar a la cárcel'', aseguró
Rivero Caro.
La institucionalización del CCPDH en 1976
no fue un acto improvisado, ni el resultado de
una decisión entusiasta. Había sido
la culminación de un proceso iniciado en
1967 en las cárceles, cuando Bofill y López
cumplían condenas bajo cargos de ''diversionismo
ideológico'' en una causa conocida como
La Microfracción, en la cual fueron involucrados
varios antiguos militantes de la Juventud y el
Partido Socialista Popular.
''La injusticia de ese encarcelamiento y las
terribles condiciones existentes en La Cabaña
y el Combinado del Este, fue de tal naturaleza
que a Eddy [López], y a mí nos motivó
a enviar denuncias al exterior de la prisión
y del país, a organismos internacionales
y embajadas extranjeras'', recordó Bofill.
Durante ese período en la prisión,
la colaboración del abogado Aramís
Taboada resultó de trascendental importancia.
Compañero de la época estudiantil
de Castro, Taboada estaba preso junto con un grupo
de jueces y altos funcionarios del poder judicial
bajo supuestos cargos de corrupción.
''Por su conducto'', relató Bofill, "conseguimos
que fueran extraídos expedientes completos
del Registro Penal Central del Ministerio de Justicia,
que contenían los casos de ciudadanos condenados
a muerte y fusilados mediante patrañas
perpetradas por aquellos fatídicos tribunales
revolucionarios.
''Con esta documentación, que remitimos
por conducto de sus embajadas a los gobiernos
de Francia y de Gran Bretaña, proporcionamos
pruebas irrefutables, que terminaron en manos
de organizaciones internacionales de derechos
humanos'', afirmó.
Por esos días Taboada murió en
el Combinado del Estado, por falta de asistencia
médica tras sufrir un infarto cardíaco.
Una nueva estrategia
La creación del CCPDH abrió una
nueva etapa en la lucha contra el castrismo. Los
movimientos subversivos internos habían
sido liquidados por el régimen y la opción
cívica, abierta, en favor de los derechos
humanos que planteaban sus partidarios, parecía
cuando menos una utopía.
El movimiento de derechos humanos, que nacía
con el CCPDH, descorrió la cortina de silencio
y anonimato en que había quedado sumida
la oposición anticastrista.
Incluso el propio régimen se tuvo que
enfrentar a un discurso y una acción opositora
muy diferente a la que había combatido
hasta entonces. En ese sentido fue un reto para
todos los sectores implicados en la política
nacional.
Cuando en abril de 1980 se producen los sucesos
de la Embajada del Perú y el consiguiente
Exodo de El Mariel, el régimen encarcela
de nuevo a Bofill y López, así como
a Rivero y Sánchez, bajo diversos pretextos,
relacionados con el cargo común de "conductas
antisociales''.
Es precisamente, en ese período de dos
años, dentro de la prisión del Combinado
del Este en La Habana, cuando el CCPDH se fortalece.
Se organiza mejor dentro de la prisión,
establecen contactos con otros disidentes en las
calles y se establecen canales secretos para enviar
denuncias y comunicados que llegan a los medios
de prensa en el exterior y a organismos de derechos
humanos como Amnistía Internacional.
En el Combinado del Este se amplían también
los contactos entre estos activistas de derechos
humanos y varios integrantes del denominado presidio
político histórico, entre ellos
el ex comandante rebelde Ramón Guin Díaz,
Alfredo Mustelier Nuevo, Ernesto Díaz Rodríguez
y el ex combatiente del Moncada y expedicionario
del Granma, Mario Chánez de Armas.
Otras figuras más jóvenes encarceladas
en el Combinado, procedentes también de
la nueva disidencia, se incorporan al CCPDH, como
es el caso de Ariel Hidalgo, quien jugó
un importante papel en la consolidación
del movimiento de derechos humanos.
Fue durante esa etapa cuando el CCPDH se nutrió
con figuras políticas, intelectuales y
simpatizantes de otras corrientes opositoras del
país, como Gustavo y Sebastián Arcos
Bergnes, Jesús Yánez Pelletier,
Oscar Peña, Tania Díaz Castro, Samuel
Martínez Lara, Reinaldo Bragado, Hiram
Abí Cobas y Pablo Llabre, entre otros,
al mismo tiempo que comenzaron a constituirse
comités de apoyo en el exterior.
Entre los varios factores que contribuyeron a
ese fortalecimiento está la creación
de Radio Martí, la emisora oficial del
gobierno estadounidense con una programación
destinada a Cuba.
En un régimen donde la voz de la oposición
no había tenido hasta entonces resonancia
nacional, los activistas de derechos humanos comenzaron
de inmediato a utilizar sus programas para divulgar
sus denuncias.
Retos y balances
Aunque los principales dirigentes del movimiento
de derechos humanos de Cuba han tenido la precaución
de archivar y catalogar documentos, comentarios
y artículos periodísticos que recogen
su desarrollo a lo largo de estos 30 años,
es imposible resumir en un análisis periodístico
un proceso tan complejo. Esa es una tarea que
corresponde a los historiadores.
Vale decir, sin embargo, que utilizando esa documentación
se pueden destacar en este análisis algunas
fechas importantes que, en orden cronológico,
sirven para ofrecer una apretada síntesis.
1986
Agosto 27
Ricardo Bofill se refugia en la Embajada de Francia
tras recibir una golpiza en plena calle. Sus seis
meses de permanencia en esa sede, bajo amparo
diplomático, atraen la atención
de la prensa internacional. Finalmente regresa
a su casa, tras los auspicios del presidente francés
Francois Mitterand ante las autoridades cubanas.
1987
Octubre 10
Elizardo Sánchez, hasta entonces vicepresidente
del CCPDH, funda una nueva organización:
la Comisión Nacional de Derechos Humanos
y Reconciliación Nacional; primera de una
serie de organizaciones y grupos de derechos humanos
que han proliferado desde entonces.
Octubre 25
El CCPDH realiza su primera actividad pública
con presencia de la prensa extranjera. Durante
una misa en la Iglesia de San Juan de Letrán
se da a conocer el Llamamiento de La Habana. El
documento hace "un llamado por el cese del
virtual estado de ley marcial que vive Cuba y
por que se abra al imperio de un estado de derecho''.
1988
Enero
El CCPDH envía a la Comisión de
Derechos Humanos de Naciones Unidas el informe
Cuba 87: situación de los derechos humanos,
para ser analizado en el 56to. período
de sesiones. La Comisión aprueba el envío
de una delegación a Cuba para analizar
la situación de los derechos humanos en
la isla.
Febrero 5
Radio Martí transmite por primera vez
una entrevista grabada en La Habana a un grupo
de dirigentes del CCPDH. Se trata de una ''mesa
redonda'', titulada Coloquio en La Habana, dirigida
por Rolando Cartaya. En el programa participan
Bofill, Bragado, Díaz Castro, Eddie López,
Raúl Montesinos y Rafael Saumell.
Febrero 14
El CCPD organiza la Primera Exposición
de Arte Disidente, en el apartamento de Carlos
Valdés y Alicia Fernández, en El
Vedado. Exponen los artistas Raúl Montesinos,
Nicolás Guillén Landrián,
Teodoro del Valle, Roberto Bermúdez, Carlos
Quintana y Santos Martínez. También
se presentan poemas de los presos políticos
Ernesto Díaz, Alfredo Mustelier y Alberto
Fibla.
Una turba de unas 300 personas invadió
el local en la barriada del Vedado, y agredió
a los que allí se encontraban. La prensa
llamó a los agresores ''pueblo combatiente''
y en determinado momento la policía llegó
para ''proteger'' a los atacados.
Marzo
Ante la certeza de una condena segura, Cuba ofrece
a la Comisión de Derechos Humanos de Naciones
Unidas recibir en La Habana a una delegación
de ese organismo para que estudie la la situación
de los derechos humanos en la isla.
Marzo 16
Granma, órgano oficial del Partido Comunista
de Cuba, reconoce por primera vez la existencia
del CCPDH y publica el primero de una serie de
artículos contra Bofill y los demás
activistas de derechos humanos: ''¿Quiénes
son esta gente? ¿Qué representan?'',
se pregunta Granma, que califica al Comité
de: "una mafia contrarrevolucionaria donde
se junta todo tipo de delincuentes que conspiran
contra la Revolución al servicio de la
CIA''.
La serie de artículos contribuye indirectamente
a difundir entre la población las actividades
del movimiento disidente.
Julio 20
Se constituye el Partido Pro Derechos Humanos
de Cuba, cuya programa político se fundamenta
en la Declaración Universal de los Derechos
del Hombre. Lo preside Bofill, Díaz Castro,
como secretaria general, y Samuel Martínez
Lara, secretario ejecutivo. Ese mismo año
comienza a publicarse Franqueza, revista mimeografiada.
Una de sus primeras actividades fue convocar a
un plebiscito nacional, y reúnen 10,624
firmas para presentar su propuesta ante la Asamblea
Nacional del Poder Popular, como establece la
Constitución.
Septiembre 16
Llega a La Habana la delegación de Naciones
Unidas presidida por el embajador de Senegal,
Alioune Sene, para conocer la situación
de los derechos humanos en Cuba. Casi un millar
de personas testifican ante la delegación
que sesiona en el Hotel Comodoro. El CCPDH entrega
a la Comisión decenas de informes sobre
violaciones a los derechos humanos. Asediado desde
hace varias semanas por turbas gubernamentales
en su casa, Bofill pide garantías para
ir a testificar. No se le ofrecen. La delegación
tampoco acepta dirigirse hasta la vivienda de
Bofill en Guanabacoa.
Octubre 5
Un vehículo oficial de la embajada alemana
recoge a Bofill en su domicilio de Guanabacoa,
a unos 10 kilómetros de La Habana, y lo
traslada hasta el Aeropuerto Internacional José
Martí de Rancho Boyeros. En su pasaporte
figuran un visado de Alemania Occidental y otro
de Estados Unidos. Bofill viaja junto con su compañera,
Yolanda Miyares, quien lo ha asistido durante
las largas semanas de asedio y aislamiento.
El secretario general del CCPDH, Gustavo Arcos,
asume a partir de ese momento la conducción
del grupo dentro de la isla.
La inútil represión
Pocas horas después de salir de Cuba,
durante su escala en Madrid, de paso para Franckfurt,
Bofill pronunció unas declaraciones que,
en esencia, repite cuando se le pregunta sobre
el tema. Quizás ni siquiera el mismo recuerde
la cita, pero esto fue lo que recogió la
prensa:
"Castro no puede ganar esta batalla. Si
nos deja en las calles crecemos en las calles.
Si nos encarcelan, crecemos en las cárceles.
Y ya no puede matarnos, porque el escándalo
sería tremendo, pero tampoco puede complacernos
porque su régimen peligraría. El
movimiento de los derechos humanos tiene unas
consecuencias políticas tremendas. Si Castro
permite la libertad de prensa, de movimiento y
de organización, si autoriza la libre sindicalización,
o si admitiera el derecho de huelga, su régimen
se tambalearía. Si nos reprime se debilita
porque muestra su naturaleza repulsiva. Y si no
nos reprime se debilita porque la protesta popular
comienza a alcanzar niveles de clamor''.
En las últimas tres décadas han
surgido en Cuba decenas de grupos cívicos
y de derechos humanos. De todo signo y color político.
La mayoría sin una militancia masiva, que
en ocasiones intercambian liderazgos y títulos.
Algunos han querido ver en tal diversidad una
fragmentación inútil de la oposición.
Otros apuntan al quehacer de los servicios de
inteligencia que han utilizado todo el arsenal
disponible para obstaculizar el desarrollo del
movimiento opositor.
''El país real es diverso y múltiple.
Por consiguiente, una disidencia diversa sí
puede significar todo un país en oposición'',
apuntó Rivero Caro. "Esa oposición
sólo necesita saberse unida en unas pocas
demandas esenciales: libertad para los presos
políticos, libertad de reunión y
asociación, elecciones libres con supervisión
internacional''.
Quizás nada defina mejor el camino recorrido
por el movimiento de derechos humanos y la oposición
interna, que las notas publicadas por el escritor
Reinaldo Bragado, fallecido recientemente, en
su obra La Fisura, que reúne importantes
documentos para la historia de ese proceso y su
reconocimiento nacional e internacional:
"Ha sido difícil conseguir este reconocimiento
pero, una vez conseguido, entra a formar parte
de una nueva realidad. La correlación de
fuerzas entre el gobierno y la oposición
sigue a favor del gobierno aunque también
sigue cambiando, lenta pero inexorablemente, a
favor de la oposición. La lucha por hacer
cada vez más visible la oposición
de la isla sigue teniendo una importancia decisiva''.
Washington rechaza acusación de Castro
EFE, La Habana, 22 de enero de
2006.
El jefe de la Sección de Intereses de
Estados Unidos en La Habana (SINA), Michael Parmly,
rechazó ayer las acusaciones del gobernante
cubano, Fidel Castro, sobre supuestos planes de
Washington para romper los acuerdos migratorios
bilaterales.
''No es algo que hayamos pensado'', dijo Parmly
a un grupo de corresponsales extranjeros en su
residencia de La Habana.
Parmly explicó que funcionarios cubanos
y estadounidenses mantienen conversaciones periódicamente
sobre el tema migratorio porque es un ''hecho
complejo'' entre Cuba y Estados Unidos, aunque
reconoció que "eso no quiere decir
que sean conversaciones formales''.
Castro acusó anoche a Washington de planear
romper el acuerdo migratorio vigente entre ambos
países, firmado en 1994, tras la llamada
"crisis de los balseros''.
El acuerdo, ampliado en 1995, establece la entrega
de un mínimo de 20,000 visados anuales
por parte de EEUU a ciudadanos cubanos y la repatriación
de los inmigrantes interceptados en el mar.
Según Parmly, EEUU hace un seguimiento
del acuerdo migratorio con Cuba porque ''para
nosotros, es muy importante una migración
ordenada y segura, que la gente no se lance a
la fortuna en el estrecho'' de Florida.
''Es normal, es habitual mantener conversaciones
con autoridades cubanas sobre este tema, no hay
ninguna novedad en esto'', insistió.
El diplomático estadounidense rechazó
también que la instalación de un
panel informativo con mensajes sobre artículos
de la Declaración Universal de Derechos
Humanos en la sede de la SINA en La Habana constituya
una "provocación''.
''Consideramos que es un esfuerzo de diálogo
con el pueblo cubano, de comprender lo que quiere
el pueblo cubano'', apuntó Parmly.
Arrecian los ataques
a disidentes cubanos
Frances Robles, The Miami Herald.
22 de enero de 2006.
Docenas de cubanos gritando insultos y agitando
los puños en alto rodearon hace pocos días
al disidente Guillermo Fariñas exigiendo
saber si tendría el valor de denunciar
a Fidel Castro delante de ellos.
Pálido y tembloroso, el psicólogo
y periodista se arrodilló en una calle
de Santa Clara, su ciudad natal, en la parte central
de Cuba.
''Me arrodillé y dije '¡Abajo Fidel!''
afirmó Fariñas, de 43 años,
en una entrevista telefónica desde Cuba.
"Empezaron a darme patadas y puñetazos
que me dejaron lleno de magulladuras. Se detuvieron
cuando se dieron cuenta de que no iba a perder
mi dignidad y que no iba a decir cosas que no
sentía''.
Fariñas había sido víctima
de una vieja táctica del gobierno cubano
que se ha vuelto a poner de moda: los ''actos
de repudio'', los ataques que turbas de partidarios
de Castro realizan contra los críticos
del gobierno. Se usaron por primera vez cuando
el puente del Mariel que trajo más de 125,000
refugiados al sur de la Florida. Los disidentes
de la isla dicen que sólo en los últimos
seis meses ha habido más de 50 de esos
ataques contra ellos.
Aunque el gobierno los describe como actos espontáneos
de simpatizantes de la revolución y convencidos
socialistas, los observadores del escenario cubano
dicen que son parte de una campaña represiva
organizada por el gobierno para mantener a raya
la oposición. Los disidentes también
han reportado desalojos, detenciones, actos de
violencia, 40 arrestos y algunas confrontaciones
con grupos semioficiales de matones conocidos
como Brigadas de Respuesta Rápida.
La avalancha de ataques contra los disidentes
subraya lo tormentoso de la época en Cuba
en lo que el gobierno afronta una economía
frágil y se esfuerza por frenar la corrupción
mientras un creciente número de personas
trata de escapar hacia el exterior. Los expertos
dicen que también pudiera ser una respuesta
al crecimiento de la disidencia. Un reporte de
diciembre del Instituto Internacional Republicano
se refiere a 1,805 actos de desobediencia civil
en el 2004 en comparación con 959 en el
2002.
''Estamos viendo niveles de opresión que
no hemos visto en Cuba desde hace 20 años'',
dijo Caleb McCarry, el coordinador de la transición
de Cuba en el Departamento de Estado. "Es
una clara indicación de que la dictadura
le tiene miedo al pueblo cubano''.
Ramón Colás, un antiguo disidente
que ahora vive en Mississippi, dijo que cinco
bibliotecas independientes --donde los cubanos
pueden encontrar libros no aprobados por el gobierno--
han sido objeto de actos de repudio en los últimos
dos meses.
En octubre, la Iglesia Católica denunció
un ataque contra uno de diáconos, que fue
golpeado camino de su iglesia. Y Juan Carlos González,
un disidente ciego, dijo que sólo en septiembre
había sido objeto de 15 actos de repudio.
Los disidentes dijeron que aunque nadie ha muerto,
varios han sido lesionados y han sufrido fracturas.
''Todos estos actos son organizados por el gobierno.
Uno puede encontrar carros de la policía
a tres o cuatro cuadras'', dijo el disidente Carlos
Ríos, que alega haber sido golpeado por
una turba el 27 de agosto. 'Tratan de provocarlo
a uno para decir algo como '¡Abajo Fidel!'
para poder meterlo en la cárcel por seis
meses''. La ola de ataques contra los opositores
del gobierno empezó el 14 de julio, cuando
disidentes se reunieron para conmemorar el desastre
de 1994 en el que 37 personas que trataban de
huir en un remolcador murieron al ser atacadas
por navíos del gobierno cubano. El gobierno
movilizó cientos de personas para romper
el acto de julio y más de una docena de
disidentes fueron arrestados.
Dos semanas más tarde, Castro mencionó
el incidente en uno de sus discursos.
''El pueblo, más irritado que nunca por
estos descarados actos de traición, intervino
con fervor patriótico y no permitió
que ni un solo mercenario se moviera'', dijo.
"Y esto es lo que va a suceder cada vez que
estos traidores y mercenarios vayan un milímetro
más allá de lo que nuestro pueblo
revolucionario está dispuesto a aceptar''.
Los activistas de los derechos humanos dicen
que el discurso le dio luz verde a los miembros
del Partido Comunista de Cuba y la Seguridad del
Estado para incrementar la persecución
de los disidentes.
''Un grupo de disidentes se iba a reunir pero
nosotros no vamos a permitir eso ni los lunes
ni los martes ni los miércoles'', le dijo
en octubre José Enrique Oliva, un delegado
del Partido Comunista, a la agencia de noticias
EFE mientras interrumpía una reunión
del grupo opositor Arco Iris Progresista.
Ciertamente que el aumento de la represión
palidece en comparación con la recogida
contra opositores del gobierno que se hizo en
el 2003. Aquel año, Castro mandó
encarcelar a 75 activistas políticos y
los condenó a décadas de prisión.
Posteriormente, 14 de ellos fueron puestos en
libertad por razones de salud.
En respuesta al aumento de su actividad, ahora
el gobierno está desarrollando una campaña
para desprestigiar a sus opositores. Programas
de TV del gobierno repiten incesantemente que
los disidentes son mercenarios pagados por grupos
exiliados en EEUU y diplomáticos norteamericanos
en La Habana.
La Sección de Intereses de Cuba en Washington
y los representantes de la prensa internacional
en el Ministerio de Relaciones Exteriores en La
Habana no devolvieron nuestras llamadas en busca
de comentario.
''No hay ningún país en el mundo
donde los mercenarios del imperio disfruten de
los privilegios que tienen en Cuba'', dijo Castro
en el discurso de julio. "La supuesta disidencia
u oposición en Cuba no existe a no ser
en la febril imaginación de la mafia cubanoamericana
y de los burócratas de la Casa Blanca y
el Departamento de Estado''.
Pero la táctica del gobierno pudiera estar
resultando contraproducente. Una semana después
del acto de repudio contra unos 30 miembros de
las Damas de Blanco --esposas, hijas y madres
de opositores políticos encarcelados--
el número de mujeres participantes en la
marcha semanal del grupo más que se duplicó.
''Pensaron que eso iba a silenciar a la oposición'',
dijo Miriam Leiva, que forma parte del grupo,
en una llamada por teléfono desde La Habana.
"Pensaban que nadie se iba a enterar así
que decidimos salir a la calle. Y no nos hemos
detenido''.
Los activistas de los derechos humanos en Cuba
dicen que aunque los actos de repudio están
creciendo en número e intensidad, también
conllevan algunas buenas noticias. Los vecinos
que anteriormente participaban en esos ataques,
por ejemplo, ahora casi nunca intervienen en los
mismos.
''Esa gente estaba con el partido (Comunista)'',
dijo Ernesto Roque, un periodista independiente
que dijo haber sido maltratado recientemente por
una turba del gobierno. "Son comunistas viejos,
retirados. Les cuesta trabajo encontrar a un joven
que participe en esas cosas. Estoy convencido
de que, por lo menos la juventud, no está
interesada en eso. Es una buena señal''.
Pero Fariñas, el psicólogo convertido
en periodista independiente, dijo que, a pesar
de todo, los disidentes viven con miedo.
''Me han encarcelado tres veces y me han golpeado'',
dijo Fariñas. "Por supuesto que tengo
miedo''.
Luz verde al equipo cubano para el Clásico
del Béisbol
Wilfredo Cancio Isla, El Nuevo
Herald. 21 de enero de 2006.
Al límite de una controversia que enfrentó
tensiones políticas y postulados olímpicos,
el gobierno de Estados Unidos anunció ayer
que permitirá la asistencia de un equipo
de Cuba al primer Clásico Mundial de Béisbol
(WBC) bajo la condición de impedir que
el régimen de Fidel Castro obtenga beneficios
financieros del certamen.
No obstante, el anuncio provocó airadas
reacciones en la comunidad cubana, encabezadas
por los congresistas del sur de la Florida, y
renovó el debate en los medios de comunicación
sobre los dividendos políticos para Washington
y La Habana.
Mientras, en Cuba la respuesta oficial fue el
silencio. Ni siquiera Castro mencionó el
tema anoche en un discurso de tres horas por la
televisión nacional.
Un mes después de negar la licencia a
Cuba para participar en la cita del orbe, la Oficina
de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) del Departamento
del Tesoro reconsideró su decisión
y abrió las puertas a los peloteros cubanos,
que podrán disputarse un puesto en la élite
beisbolera a partir del próximo 3 de marzo.
''Trabajando en coordinación con los promotores
del WBC y el Departamento de Estado, hemos alcanzado
un acuerdo para conceder el permiso [a Cuba] respetando
el ámbito legal y el espíritu de
las sanciones comerciales'', dijo ayer Molly Millerwise,
vocera de OFAC.
La negativa oficial del pasado 14 de diciembre
se sustentó en que Cuba podría obtener
ciertos beneficios financieros del torneo, lo
que entraba en contradicción con las leyes
del embargo estadounidense.
La funcionaria aseguró que ''este acuerdo
asegura que de ningún modo el dinero vaya
a parar a manos del régimen castrista''
y dijo sentirse satisfecha con el hecho de que
"Cuba podrá mostrar su talento deportivo
junto a otros equipos en la arena internacional''.
Cuba había aceptado la invitación
oficial de las Grandes Ligas para asistir al WBC
y tras la prohibición inicial de Washington,
Castro ofreció donar todo el dinero que
le corresponda a las víctimas estadounidenses
del huracán Katrina.
Las Grandes Ligas y la Asociación de Peloteros
volvieron entonces a presentar la solicitud, y
discutieron estrechamente con las autoridades
estadounidenses las condiciones de la participación
de Cuba.
''Siempre confiamos en que Cuba iba a recibir
el permiso de participar bajo los términos
negociados'', comentó Bob DuPuy, director
de operaciones de Grandes Ligas. "Para todos
es crucial que Cuba participe: es el campeón
olímpico y debe estar en el Clásico''.
Unos 80 congresistas y el Comité Olímpico
de Estados Unidos habían exhortado a la
administración de George W. Bush a que
permitiera la asistencia del equipo cubano, al
calor de fuertes amenazas de la Federación
Internacional de Béisbol (FIB) y de Puerto
Rico, que planeaba incluso cancelar su intervención.
El histórico acontecimiento permitirá
por primera vez que los jugadores de Grandes Ligas
enfrenten en un torneo a peloteros no profesionales.
El equipo cubano --que ostenta los títulos
de campeón mundial y olímpico--
jugará la fase eliminatoria en Puerto Rico,
junto a escuadras de Panamá, Holanda y
el conjunto anfitrión.
La Casa Blanca manifestó ayer satisfacción
por haber resuelto el conflicto en favor de ''buenos
partidos de béisbol en Puerto Rico'' y
reafirmó que el presidente Bush trató
siempre de garantizar una ''solución positiva'',
con la garantía de que el dinero no terminaría
en poder de Castro y que la visita no será
mezclada con acciones de espionaje.
''Todos los aspectos y preocupaciones de la participación
de Cuba han sido considerados y solucionados'',
declaró ayer Scott McClellan.
Con todo, la medida provocó airada oposición
en sectores de la comunidad exiliada de Miami.
''La lamentable y desafortunada decisión
de la administración Bush permitirá
que el régimen totalitario cubano utilice
un torneo deportivo para sus propósitos
propagandísticos, mientras los agentes
de seguridad de Castro vigilan a los peloteros
cubanos para evitar que puedan escapar hacia la
libertad'', dijo el legislador republicano Lincoln
Díaz-Balart, quien promovió la iniciativa
de organizar un equipo de Cuba con peloteros exiliados.
Una fuente en Washington dijo ayer a El Nuevo
Herald que la administración accedió
a otorgar el permiso a Cuba bajo ''ciertos compromisos''
de que no viajará en la delegación
ningún alto representante del régimen
castrista, y que el grupo estará estrictamente
limitado a atletas y entrenadores para evitar
la inclusión de funcionarios y agentes
de vigilancia policial.
Díaz-Balart agregó que él
estará listo para "ayudar a cualquier
pelotero cubano que intente obtener la libertad
en EEUU''.
El senador Mel Martínez calificó
la medida de "una revocación decepcionante''.
Martínez se quejó de que la decisión
deja al gobierno de Castro presentar un equipo
que no representará a Cuba completamente,
pues no será permitido que jugadores cubanos
integrantes de las Grandes Ligas puedan participar
defendiendo los colores de su país.
''Si esto es sobre la pelota y no sobre la política,
como dijeron las Grandes Ligas, entonces saquen
la política de la pelota y dejen a jugadores
nacidos en Cuba competir para Cuba'', afirmó
el senador en alusión a numerosos peloteros
desertores como los lanzadores Liván y
Orlando ''El Duque'' Hernández, y José
Ariel Contreras. "Ellos son cubanos; ellos
tienen el derecho de representar a Cuba si desean
hacerlo y ese derecho debe ser respetado''.
Para el veterano comentarista deportivo Felo
Ramírez, miembro del Salón de la
Fama del Béisbol, "no hay una razón
lógica para este permiso, pues fue ese
mismo gobierno el que expulsó el béisbol
profesional y lo tildó de dañino''.
''Pero es una decisión hecha y ahora debemos
situarnos en lo que va a ocurrir en el terreno
de juego'', dijo Ramírez. "En béisbol
es difícil pronosticar, pero no creo que
el equipo cubano tenga muchas posibilidades de
triunfar, aún con la ventaja de la fecha
del torneo''.
El WBC se desarrollará del 3 al 20 de
marzo, justamente cuando los jugadores cubanos
están en plena serie nacional, al tope
de su capacidad competitiva, a diferencia de los
peloteros de Grandes Ligas, quienes apenas empiezan
a reclutarse para el entrenamiento primaveral.
El tema inundó desde el mediodía
las emisoras radiales y noticieros televisivos
en Miami. En el legendario Parque del Dominó
de la Calle Ocho, la discusión se tornó
al rojo vivo.
''Estoy en contra de que los peloteros cubanos
jueguen aquí después de todo lo
que ha despotricado Castro contra el deporte profesional'',
expresó Antonio Bautista, un mecánico
retirado. "Como siempre, la política
ha vuelto a ganarle a la decencia''.
Raúl Janes no estuvo de acuerdo: ''Que
vengan; así se demostrará que el
béisbol profesional es el mejor del mundo
y que la pelota de Cuba es muy inferior técnicamente
a la de Grandes Ligas'', aseveró. "Lo
que sí hay que asegurarse de darles visas
sólo al grupo de jugadores, no a espías''.
El WCB reunirá a 16 equipos, que jugarán
series eliminatorias en Japón, Puerto Rico
y Estados Unidos. El campeonato se decidirá
en San Diego.
Los rostros de Martí
Orlando Rodriguez Sardiñas
(Rossardi), 22 de enero de 2006.
Sujetando, de pie a cintura, una larga y pesada
cadena y con su codo apoyado en una tosca columna
de piedra, pantalón y blusa desgarbada
y sombrero en mano que protege en la intemperie
de las canteras, aparece el joven de rostro seco
y pálido, con la emoción palpable
en la mirada perdida quizás en nosotros
que le vemos desde este hoy de ahora. Y la triste
imagen nos pregunta y se cuestiona: ¿Dónde
la patria? Qué es patria si no está
echado todavía ese cimiento que nos juntará
a todos por igual en un palmo de tierra, con leyes
dadas, con gente que obliga y ordena esas leyes
y con otra gente que las cumple. Pero ''una nación
es un alma, un principio espiritual, elaborada
de lo pasado, con vida en lo presente, y toda
gran junta de hombres con mentes saludables y
corazones generosos puede crear la conciencia
moral que constituye una nación.'' Todavía
no se habían concertado palma real con
río caudaloso ni bahía acogedora,
ni la llave del Caribe era llave todavía,
ni el sol que junta flora y fauna y esa geografía
del escudo nacional; pero el joven José
Julián lo mira todo desde su foto atravesando
la historia, atravesándonos de un confín
a otro confín de las edades para decirnos
en el recuerdo: "Aquí estuve antes
que tú estuvieras, hermanados en esa circunstancia
donde prevalecen los sentidos de la carne y se
la deja dañar por todo lo que anda alrededor
de uno, por hombres y mujeres como uno, ellos
con acento peninsular, ellas con voz del patio,
pero egoístas y sólo para ellas
las unas, las otras piadosas como de madre y hermana
haciéndonos pedazos el corazón con
que vivimos.''
Desde ese rostro el joven presidiario político
ha visto otros rostros de él antes y los
vemos aún nosotros, en nuestro libro de
la historia de hoy también de cárceles
y exilios. Está allí, para ser vista,
la foto del San Anacleto con sus ojos saltones,
su tirar de vista melancólica y purísima,
sus nueve o diez eneros cumplidos o por cumplir;
encantador, angelical, colocada al pecho una medalla
de méritos ya hechos durante su tierno
tiempo ya metido para siempre en el retrato.
De aquí en adelante nuestro José
Martí tendrá la ocasión de
fotografiarse bastante, tantas veces como veces
y lugares han sentido o sentirán sus pies
las piedras del camino, ése que ha recorrido
en su afán de buscar y rebuscar pertrechos
y finanzas para la liberación de Cuba,
calor de amigo y cobijo de mujer con fragancia
siempre nueva. Allí el chiquillo de 1862
con el mocetón de 1869, recién salida
a luz su Abdala, que pinta hechura de cuarentón
en el 94 y pareciera querer llevarnos de visita
por el álbum familiar, hoja a hoja, hacia
aquel otro Pepe de buena y profunda cabellera,
sin mostacho aún o con el incipiente de
los años setenta, todo un adolescente ya
casi adulto en el encontronazo con la fuerte realidad
que le ha puesto, a un tiempo, bigote y tristeza.
Son los momentos de rumbo a Cádiz con su
estancia madrileña de la calle Tetuán.
Ahora va y se sienta en la silla del fotógrafo
al doblar de la manzana y piensa en la publicación
de El presidio político en Cuba. Es mayo
y en un abrir y cerrar de ojos el fatídico
noviembre de 1971 en que llegan las trágicas
nuevas de los estudiantes de medicina. ¡Cadáveres
amados los que un día / ensueños
fuisteis de la patria mía. Y se duele con
un dolor profundo que se cuela en el abrazo al
fiel amigo deportado que llega también
a Madrid en 1972: Fermín, su compañero,
su hermano del alma, nacido sólo unos seis
meses después de él y junto al cual
organiza tertulias donde se habla del fusilamiento
de aquellos jóvenes compañeros de
Fermín, también con sólo
diecinueve o veinte años, que porta pequeñas
gafas y que posee una copiosa y cuidada cabellera.
Posan juntos luego, Fermín de pie, su mano
cerca del hombro derecho de Pepe, que reposa en
silla de felpa rosa y borlas sueltas. Caras a
la espera de un milagro. Sueños por cumplirse.
Montañas altas por escalar. Zaragoza y
París todavía por recorrer. Con
Fermín a su lado ha de enfrentarse varias
veces a las enormes y ruidosas cajas fotográficas
de la época hasta verles madurados ya por
los retratos, Fermín con unos kilos de
más, Pepe exhibiendo el señorío
de una más amplia frente, cogidos para
la historia en el firme apretón del compañero
que le acerca a su costado.
Desde la primera a esta última foto han
pasado más de veinte años y en medio
de ellas las tomadas con el corpulento Eusebio,
hermano de Fermín, al fondo y aquella otra
con Panchito, hijo del Generalísimo, en
que éste apoya con confianza su brazo izquierdo
en el hombro del maestro. Corre en Cayo Hueso
el año 1894 y en el rostro de Martí
se leen las lesiones de conflictos, comidillas,
tareas, agitaciones y revueltas que ha tenido
que afrontar y resolver en años anteriores.
Su mano derecha fuertemente cerrada como guardando
para que no escapen los asuntos grandes que lleva
entre manos. El resto de su cuerpo echado y en
descanso, vestido con su traje oscuro de siempre
y con la leontina usual, aguardando dócilmente,
quizás, la futura caída de Dos Ríos.
En contraste con el trío de Cayo Hueso
y destacándose por su hermosura casi religiosa
queda para la posteridad la foto de Kingston,
Jamaica. Foto de cuerpo y alma entera que en 1892
le hicieran a Martí en su paso breve por
la isla, como si éste llegase a un descanso
del largo camino, metido casi todo él dentro
de un campo de matojos y junquillos, con zapatos
empolvados y su acostumbrada corbata estilo ''príncipe''.
El año anterior y éste que le siguen
han estado cargados de actividades revolucionarias:
Cayo Hueso, Tampa, Nueva York, Uruguay, República
Dominicana; salen a la luz sus Versos sencillos,
y se echan a volar, para que las recoja el grupo
grande de cubanos que ya le admiran, las certeras
arengas de sus más conocidos discursos:
¡Pues alcémonos de una vez, de una
arremetida última de los corazones, alcémonos
de manera que no corra peligro la libertad en
el triunfo, por el desorden o por la torpeza o
por la impaciencia en prepararla; alcémonos,
para la república verdadera, los que por
nuestra pasión por el derecho, y por nuestro
hábito del trabajo sabremos mantenerla;
alcémonos para darle tumba a los héroes
cuyo espíritu vaga por el mundo avergonzado
y solitario; alcémonos para que algún
día tengan tumba nuestros hijos! Y pongamos
alrededor de la estrella, en la bandera nueva,
esta fórmula del amor triunfante: "Con
todos, y para el bien de todos''.
Su foto mexicana de alrededor de 1875 le otorga
un porte de poeta bohemio, con abundante cabello
rizado, rebelde por fuera y rebelde por dentro,
desafiante ante el golpe porfirista. Para noviembre
del 78 había nacido José Francisco,
su Ismaelillo, junto al cual se suceden las fotos
más tiernas del apóstol, no contando
con aquélla en que abraza, también
tierno, a su ahijada María Mantilla. Son
todos estos amores candorosos los que llenan la
mirada del afligido Pepe: en una, la de 1879,
tirado en el piso y acurrucando a Pepito entre
sus piernas, juega al juego del rey con su tesoro
y es, posiblemente, la única foto de José
Martí en que le vemos sonreír ampliamente
como niño pícaro con su prenda,
alegre, afortunado de tener para él solo
el calor de su ''caballero''. Y luego están
las otras con Pepito apoyando sus pies en la pierna
del padre, y Pepito vestido de domingo o feria,
apoyado dulcemente en su padre, esta vez con mirada
lejana y de nuevo apretando en su mano derecha,
como oscuro augurio quizás, las cosas buenas
y malas de la patria que celosas también
reclaman su compañía.
Durante los días 26, 27 y 28 ha de llevarse
a cabo el Congreso Celebrando a José Martí
en el Koubek Memorial Center de la Universidad
de Miami situado en el 2705 S.W. de la calle 3ra.;
organizado por Matías Montes Huidobro,
Yara González Montes y Orlando Rodríguez
Sardiñas (Rossardi). Entrada gratis.
Como parte del Congreso y desde el 20 de enero
el Teatro Ocho (2101 S.W. Calle 8) estará
exhibiendo la pieza teatral 'Un objeto de deseo'
de Matías Montes Huidobro, que indaga en
aspectos íntimos de la vida de José
Martí.
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