"Cuba
no cambiará mientras este Fidel Castro en el poder":
Zoé Valdés
Por Alejandro González,
El Caribe. La
Nueva Cuba, abril 26, 2006.
"Es habanera, lo cual es ya una actitud
ante la vida. Nació en 1959, lo cual implica
una aptitud ante la muerte", dicen sus libros
y al final esto no es más que una especie
de resumen de lo que es esta cubana. Zoe ofrecía
ayer una conferencia en la Feria del Libro.
Zoe Valdés es la otra cara de la realidad
cubana. Cuando habla, su voz se escucha como una
distancia que adolece: desde el 1995, cuando se
autoexilió en Francia, "he vivido
bajo la sombra de la presecución política",
asegura.
Y su rostro seco, cansado, no dice lo contrario.
Su mirada tensa se pierde, a veces, tras un ruido,
tras los pasos que se acercan. No puede evitarlo.
Desde que abandonó Cuba, ha viajado de
un lugar a otro cuestionando la naturaleza del
régimen cubano, convirtiéndose en
una de sus más severas detractoras.
Por eso ahora su nombre es una invitación
a la discordia, y su presencia, el motivo perfecto
para exacerbar el lado izquierdo y derecho de
todas las pasiones.
Tu novela "La nada cotidiana" abrió
un nuevo ciclo para los escritores cubanos en
el exterior, que algunos han llegado a llamar
el "boom" de la literatura cubana.
Yo considero que había una especie de vacío
cuando ésta salió, es verdad que
fue un impacto que ni yo misma me esperaba, de
hecho me esperaba todo lo contrario. Pensaba que
esa novela iba a hundir mi incipiente carrera
literaria, pero no.
Fue sorprendente, fue agradable y para mí
fue muy bueno desde el punto de vista de que,
como escritora, empecé a escribir con más
bríos y con más deseos, y es verdad
que después muchos editores se interesaron
en el fenómeno que estaba ocurriendo en
Cuba. Yo me acuerdo que cuando presenté
"La nada cotidiana" en Madrid, allí
dije: 'probablemente estemos en la antesala, en
el umbral de un boom de literatura cubana', y
eso fue lo que sucedió, porque luego fueron
muchos escritores los que publicaron.
¿En qué medida se han beneficiado
los protagonistas de este fenómeno de la
realidad política cubana?
Pues no lo sé, porque la verdad es que
yo soy escritora, no trabajo en el Instituto del
Libro (risas), ni tengo nada que ver con las cifras
ni nada de eso. Yo pienso que hubo un beneficio
y un interés enorme por todo lo que se
estaba escribiendo en Cuba, de hecho todavía
sigue. Pero desde luego, hay muchos escritores
que aún no han sido reconocidos, que se
sienten todavía olvidados, perseguidos,
pero es que ese es el estado también de
alguien que ha vivido en la persecución
y en el olvido, ¿no?
¿No le preocupa a usted que el interés
por el aspecto político que ha generado
su trabajo opaque de algún modo su valor
literario?
No, porque tampoco a Luis Sepúlveda le
preocupa eso, ni a Mario Benedetti, ni a García
Márquez, ni a Laura Esquivel, ni a Isabel
Allende. Por qué me tiene que preocupar
a mí, porque soy cubana, y porque se supone
que la política cubana no tiene todo el
valor y la validez que tiene lo que ha pasado
en Chile, en Argentina y lo que ha pasado en otros
países. Eso me parece injusto. Entonces,
por qué me tiene que preocupar.
Usted ha sido crítica de escritores como
García Márquez y Benedetti por la
postura política que han asumido.
No, con Mario Benedetti no, porque él nunca
ha tenido el nivel de implicación que ha
tenido García Márquez, quien no
solo es una persona que lucha por las libertades
en Colombia y en el mundo, sino también
por la represión en Cuba.
Él es amigo personal, y él mismo
lo ha dicho, de un dictador. Como siempre, yo
he vivido amando e inspirándome en los
escritores que aman la libertad, no puedo concebir
que un escritor que ama la libertad ame además
la dictadura. Y en el caso de Bennedetti, él
siempre ha dicho 'yo soy amigo de Cuba', no de
Fidel Castro, por lo menos yo no lo he oído
decir.
¿Qué sucedió para que pasara
de trabajar en la delegación de Cuba ante
la UNESCO, a ser una de las escritoras más
vilipendiadas por la cultura oficial cubana?
Siempre ha sucedido, pasó con Guillermo
Cabrera Infante y con otros escritores. Yo trabajé
en esa delegación porque fui casada con
una persona que iba designada para trabajar en
la UNESCO.
Desde el primer momento en que una empieza a
escribir lo que siente y a tener sentimientos
auténticos y verdaderos, le molesta a todos
los dictadores, porque en una sociedad donde hay
una dictadura, uno tiene que vivir en el doble
lenguaje, tiene que decir lo que piensa con los
amigos de manera silenciosa, con un miedo enorme
y también hay que dar un discurso en el
que empiezas a creer.
Silvio va a cantar en el marco de la Feria, ¿qué
le diría si lo ve?
No, yo ya lo que le iba a decir a Silvio Rodríguez
se lo dije hace mucho tiempo, cuando tenía
20 años. Ya yo no tengo que decirle nada
a Silvio, creo que él es responsable de
sus palabras y de sus hechos, él es un
artista, y los artistas generalmente saben lo
que tienen que hacer porque están un poquito
más cerca de una verdad poética,
que es lo que me interesa a mí.
Él tiene su verdad y yo tengo la mía,
yo creo que él es libre de decir y hacer
lo que piensa, yo no tengo que decirle nada a
Silvio. Yo respeto muchísimo su obra como
poeta.
¿Cómo ha influido el exilio en
su forma de hacer literatura?
Mi escritura siempre ha sido la misma. Porque,
en primer lugar, siempre he sido la misma. Aquella
persona que escribía poemas creyendo que
la sociedad cubana podía ser mejor y que
tenía que cambiar las cosas desde dentro
y que había que luchar desde dentro, es
la misma persona que hoy, pero que ahora piensa
que no es posible cambiar las cosas desde dentro
mientras esté Fidel Castro en el poder.
Comparación. "Cuando me dijeron que
era la 'Anaias Nin' de la literatura cubana, la
verdad es que me dio mucho amor porque siempre
he leído con gran devocion su obra".
García Márquez. "No solo es
una persona que lucha por las libertades en Colombia
y en el mundo, sino también por la represión
en Cuba. Un amigo personal de un dictador".
Literatura dominicana. "He conocido un poco
de la literatura dominicana, pero de manera desigual
porque mi formación es vasta, pero desigual
y caótica, y me gustaría conocerla
más".
Quién es?
Algunas de sus novelas: La nada cotidiana (1995),
Te di la vida entera (1996) y la reconocida Café
nostalgia (1999).
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