Diplomático
checo dice no haber sido amonestado por La Habana
Terra,
16 de abril de 2006.
El diplomático checo, Stanislav Kazecky,
que fue obligado la víspera a abandonar
Cuba, declaró hoy en Praga que nunca fue
amonestado por el gobierno de La Habana por supuestas
actividades subversivas en la isla caribeña.
'Nadie nunca me llamó la atención
sobre nada' y 'no fui investigado', indicó
el diplomático tras su aterrizaje en la
capital checa, después de que el ejecutivo
de Fidel Castro decidiera no renovarle el visado.
Kazecky cuestionó así la versión
oficial del canciller cubano, Felipe Pérez
Roque, que atribuyó al ex primer secretario
de la embajada checa actividades de carácter
subversivo, no acordes con su estatus y con las
convenciones diplomáticas vigentes.
Praga, en represalia, no prolongará el
visado al primer secretario de la misión
cubana en la República Checa, Manuel Angel
Baltar Charnicharo, algo 'que hacemos a disgusto'
y que supone 'un paso obligado', según
declaró el ministro de Asuntos Exteriores
de la República Checa, Cyril Svoboda.
Tras indicar que 'vamos a continuar con nuestra
política', Svoboda anunció que 'prepara
una lista de pasos y medidas' ante la próxima
reunión de representantes comunitarios,
prevista para junio, dedicada a reflexionar sobre
la política exterior con respecto a Cuba.
El político democristiano omitió
dar detalles sobre la propuesta checa antes de
discutirla con sus homólogos europeos,
aunque señaló que 'queremos que
la UE adopte una posición común,
y en ningún caso que abrace a Fidel Castro'.
El jefe de la diplomacia checa insistió
en que Kazecky 'fue expulsado, y para ello no
existió ni existe ninguna razón.
No incumplió ninguna norma, ley ni acuerdo
internacional, y las pseudo-razones son inventadas'.
'Lo que hacemos no es inmiscuirse en los asuntos
de otros países', según Svoboda,
quien recordó que 'Cuba es signatario de
la carta de derechos humanos de la ONU, miembro
de la ONU, que reconoce y debería reconocer
la universalidad de los derechos humanos'.
Svoboda se refirió a las penas de prisión,
'como mínimo de quince años', impuestas
a disidentes por 'pensar democráticamente',
y concluyó que en su política de
apoyo al proceso democrático en la mayor
de las Antillas 'la República Checa hace
lo que haría cada persona honesta'.
'Tenemos interés en mantener buenas relaciones',
añadió Svoboda, para quien su país
'no hace nada contra Cuba, sino que hace seguimiento
y apoya la democracia', y 'no tenemos interés
en crear tensión'.
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