"¡Fusilamos
y seguiremos fusilando!"
Entrevista con Pedro Corzo, productor del
documental 'Guevara,
Anatomía de un mito'.
Eudel Cepero, Miami. Encuentro
en la red, 16 de noviembre de 2005.
Pedro Corzo pertenece a la generación
de jóvenes que a finales de los años
cincuenta del siglo pasado se rebelaron contra
la ruptura del orden constitucional en Cuba. Y
que luego, durante los sesenta y setenta, se enfrentaron
a sangre y fuego divididos en dos bandos: los
que buscaban la restauración de la democracia
y la economía de mercado y los que intentaban,
y lograron, la imposición de un sistema
totalitario.
Corzo integró el primer grupo, sobrevivió
el enfrentamiento, pero su vida fue detenida durante
años en diversas prisiones.
Sobre Guevara hay algunas películas, varios
documentales, numerosos libros, cientos de artículos
y una gran cantidad de páginas web, todos
con opiniones y puntos de vista a favor y en contra.
¿Entonces, para qué otro documental
sobre el mismo tema?
Como observador cada cual posee, digamos, el
derecho a exponer sus puntos de vista y la valoración
que tiene sobre un individuo, un proceso histórico
o un acontecimiento de la historia. En el caso
de Ernesto Guevara, el Instituto de la Memoria
Histórica (IMH) se propuso, en primer lugar,
desmontar un paradigma que ha sostenido en cierta
medida el discurso del régimen cubano en
la política mundial.
El gobierno cubano, o el proyecto político
de Fidel Castro, ha tenido éxito en lo
que atañe a conservar el poder, sin embargo,
lo ha hecho a través de numerosas contradicciones.
La figura de Ernesto Guevara, en alguna medida,
se ha mantenido incólume, sin ningún
tipo de afectación.
Nuestro propósito cuando hicimos el documental
fue demostrar en primer lugar que Ernesto Guevara
no es paradigma, ni puede ser paradigma de ningún
hombre nuevo, ni de ninguna futura generación
en ninguna parte del mundo. ¿Por qué?
Porque como proyecto de vida fue un hombre que
fracasó en todos sus empeños, fracasó
como guerrillero, fracasó en su función
como economista en Cuba, fracasó como un
hombre asociado a un proyecto de desarrollo cuando
fue ministro de Industrias. Tú no puedes
atribuirle a Ernesto Guevara un verdadero éxito
en su gestión, salvo el haber sobrevivido
a sus propios fracasos, y ese sobrevivir no está
dado tanto por la gesta en la que participó
como por la capacidad de generar figuras e iconos
que han demostrado tener en la historia determinadas
fuerzas políticas.
Anteriormente mencionó el Instituto de
la Memoria Histórica, que usted dirige.
¿Podría explicar de qué se
trata?
Hace unos años, un grupo de personas nos
reunimos y constituimos el Instituto de la Memoria
Histórica. El propósito es indagar
la historia del proceso de lucha contra el régimen
totalitario. Demostrar que un sector del pueblo
cubano se enfrentó a otro sector. ¿Por
qué? Por motivaciones políticas,
por razones ideológicas. Unos defendieron
un proyecto, otros atacaron ese proyecto, lo cual
llevó al país a una crisis muy severa
en los primeros años del llamado proceso
revolucionario y de la cual mayormente se conoce
la versión de los que aún detentan
el poder en Cuba.
En ese empeño, el Instituto de la Memoria
Histórica ha patrocinado la publicación
de libros como es el caso de Cuba: Cronología
de la lucha contra el totalitarismo y de varios
documentales como Al Filo del Machete, Tributo
a papá y, recientemente, Guevara, Anatomía
de un mito.
De todas las entrevistas que incluye el documental,
¿cuál es la que mejor refleja el
propósito del mismo?
La mayoría de los documentales sobre el
Che están sustentados en testimonios o
referencias de personas que compartieron con él
un proceso político y que siguen identificadas
con ese proceso político. En el caso de
Guevara, Anatomía de un mito, las personas
que nosotros entrevistamos, en su inmensa mayoría,
compartieron el pensamiento político de
Guevara, pero luego, en algún momento,
se desencantaron.
Si quieres un punto, un clímax, una entrevista
que para mi sintetiza el propósito del
documental, es la de Benigno. El hombre que combatió
con Guevara en la Sierra Maestra, en el Congo
y finalmente en Bolivia. ¿Por qué?
Porque Benigno dice bien claro que Guevara no
creía en nadie, no compartía la
autoridad con nadie, no les permitía a
estas personas tomar ninguna iniciativa, y fíjate
que estamos hablando de sus propios partidarios.
Y demuestra también que Guevara era un
incapaz y un incompetente, cuando dice que ellos,
huyendo después de la emboscada en la Quebrada
del Yuro, le hicieron más bajas al Ejército
boliviano que Guevara en su mejor momento como
jefe guerrillero.
Pero no es la primera vez que Benigno se refiere
a Guevara en esos términos, en cierta medida
era de esperar. ¿Incluye el documental
realmente alguna novedad que descalifique el mito?
La novedad que trae para muchos, no para todos,
es que un número grande de personas que
combatieron con Guevara certifican que era un
asesino, que era un hombre cruel, sin sentimientos
de ninguna especie, un tipo muy severo consigo
mismo, pero sin una gota de piedad para con los
demás.
Y esto se hace bien latente, sobre todo cuando
lees con detenimiento los escritos de Guevara.
Hay un escrito de Guevara bien claro y preciso
que dice que él cree en aquellas personas
que piensan como él, que el que no piense
como él es su enemigo. O sea, la ideología
para Ernesto Guevara estaba por encima de cualquier
criterio, de cualquier valor moral de la persona.
Pero quizás el testimonio fundamental,
o el más revelador, que se incluye en este
documental, es escuchar la voz de Guevara diciendo
clara y públicamente: "fusilamientos
sí, hemos fusilado, fusilamos y seguiremos
fusilando mientras sea necesario". Lo cual
demuestra que era un hombre convencido de lo que
estaba haciendo y que no le preocupaba ni tenía
ningún tipo de perjuicio en llevar a la
muerte a muchas personas, con tal de que sus puntos
de vista triunfasen.
¿Dónde hizo Guevara esa afirmación?
Fue el 11 de diciembre de 1964, durante un debate
que tuvo lugar en la Asamblea General de Naciones
Unidas y en el cual Guevara representaba al gobierno
de Cuba. Fue un debate muy fuerte, en el cual
Cuba estaba siendo acusada de haber intervenido
en alguna medida para desestabilizar varios gobiernos
latinoamericanos, donde se atacó severamente
al gobierno cubano, y una de las cosas que se
dijeron era que en Cuba se fusilaba sin ningún
tipo de proceso judicial que respetara un Estado
de derecho.
Esto llevó a que Guevara, quizás
para demostrar la fe y la confianza en lo que
estaban haciendo, reconociera públicamente
que sí estaban fusilando y, además,
que seguirían haciéndolo mientras
les pareciera oportuno. Y esta atrocidad se la
decía al mundo sin ningún reparo,
sencillamente porque se creía poseedor
de la verdad absoluta, porque se creía
un ser superior, un revolucionario, el hombre
nuevo, el arquetipo humano, según sus propias
ideas. Todo lo cual tiene una relación
muy cercana con el pensamiento fascista de superioridad
de unos hombres sobre otros.
Además, él sabía perfectamente,
pues fue partícipe, que muchos de esos
fusilamientos se decidían en procesos judiciales
arbitrarios y sin garantías, como confirman
varios de los testimonios del documental.
Pero aún más revelador que esa
declaración en Naciones Unidas es lo que
escribe en una carta, cuando dice que hay que
llevar el terror hasta el último rincón
del enemigo, a su hogar, a un restaurante, al
cuartel y a las calles. Lo cual no es más
que la ideología de un terrorista, de un
mafioso que ve el hogar de su enemigo como el
lugar ideal para atacarlo, sin reparar en su familia,
en sus hijos.
¿Quién financió este documental?
El documental Guevara, Anatomía de un
mito no fue financiado por nadie en particular,
fue una película extremadamente barata,
gracias al talento de Luis Guardia, un joven cubano
criado y educado en el llamado proceso revolucionario,
un supuesto hombre nuevo, pero con una conciencia
muy clara y muy precisa de la realidad nacional.
Él puso a disposición del Instituto
de la Memoria Histórica su propia corporación
sin fines de lucro, Caimán Productions,
su talento y su conocimiento para poder realizar
este documental.
Esta producción no llegó a costar
mil dólares, los entrevistados se ofrecieron
voluntariamente, el material que se compró
fue extremadamente barato y la edición
no costó absolutamente nada. Lo único
que nosotros gastamos fue en adquirir la grabación
de la que hablamos anteriormente en Naciones Unidas
y en el pasaje en avión de uno de los entrevistados,
que vive fuera de la ciudad de Miami. Precisamente
por no tener presupuesto nos fue imposible ir
a Bolivia a entrevistar a otras personas que conocieron
a Guevara, que compartieron con él y que
tienen puntos de vista muy interesantes y poco
conocidos sobre su mito.
¿Qué quedó fuera del documental?
Muchas cosas, por razones de tiempo. Con esas
entrevistas estamos planeando producir un libro
sustentado en testimonios.
¿Dónde se puede adquirir 'Guevara,
Anatomía de un mito'?
Está disponible en varios portales de
Internet, incluido el del Instituto de la Memoria
Histórica, y además cualquier interesado,
si desea copia del mismo, se puede dirigir a nosotros
por email: totalitarismodirectores@cubamemorial.org.
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