Carlos
Álvarez reconoce que fue 'colaborador' del servicio
de inteligencia cubano
Terra,
26 de agosto de 2006.
MIAMI, 26 (EP/AP) - El profesor universitario
Carlos Álvarez reconoció el viernes
haber sido un 'colaborador' del servicio de inteligencia
de Cuba, pero insistió en que se alejó
del Gobierno de Fidel Castro cuando confesó
al FBI detalles de su trabajo a mediados de 2005.
Álvarez, profesor de Psicología
de la Universidad Internacional de Florida, está
acusado de no haberse registrado como agente cubano
ante las autoridades estadounidenses, y el viernes
reconoció haberse comunicado con las autoridades
de la isla valiéndose de una radio de onda
corta, empleando sofisticadas técnicas
de encriptación y el nombre clave de 'David'.
'Básicamente estuve colaborando, compartiendo
ideas e información con el Gobierno cubano
durante algunos años', declaró Álvarez
en una audiencia en una corte federal. 'Información
que yo consideraba pertinente', agregó.
Sin embargo, explicó que dejó de
proporcionarle información a Cuba alrededor
de 1998, bastante antes de que se le acercaran
dos agentes del FBI en junio de 2005 en un supermercado
de Miami y le preguntaran cuál era su participación.
Álvarez insistió en que nunca fue
un agente cubano encubierto, sino un 'colaborador'.
El sorpresivo reconocimiento por parte del profesor
se produjo en el tercer día de una audiencia
sobre una petición interpuesta por su abogado,
donde se argumentaba que el FBI le prometió
que no sería enjuiciado si confesaba que
había participado con el gobierno cubano.
TESTIMONIO BAJO COERCIÓN
La petición también argumenta
que la confesión fue extraída bajo
coerción, a pesar de que en repetidas ocasiones
los agentes le dijeron que no estaba bajo arresto
y en cualquier momento tenía la libertad
de irse de las entrevistas, realizadas el 22 y
23 de junio y el 1 de julio del 2005.
Si la petición de Álvarez es atendida,
su confesión al FBI no podrá formar
parte del juicio. Sin embargo, los fiscales también
tienen otras evidencias, incluyendo material de
intervenciones telefónicas y un micrófono
oculto en el hogar del profesor.
En el juicio, los fiscales no pueden utilizar
en contra de Álvarez la admisión
que hizo éste en la audiencia del viernes,
según fallos anteriores de la Corte Suprema
federal. Pero el abogado del profesor, Steve Chaykin,
impugnó la posibilidad de que haya más
testimonios acerca de los detalles de la confesión
al FBI. 'Hemos reconocido que las declaraciones
que hizo sí lo incriminaban', dijo Chaykin.
Carlos Álvarez, de 61 años, y su
esposa Elsa, de 56, se han declarado inocentes
de los cargos de ser agentes de inteligencia cubanos
no registrados durante más de dos décadas.
Albert Alonso y Rosa Schureck, los agentes del
FBI, explicaron que su meta al reunirse con Álvarez
no era recabar pruebas en un caso penal, sino
convencerle para que se convirtiera en un agente
doble, que conservaría sus presuntos vínculos
con el servicio de inteligencia cubano y al mismo
tiempo trabajaría en secreto para Estados
Unidos con el fin de reunir información
sobre el Gobierno de Fidel Castro.
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