PRENSA INTERNACIONAL
Noviembre 24, 2005
 

El 'affair' Santiago Alvarez

Nicolás Pérez Diez Argüelles, El Nuevo Herald, 23 de noviembre de 2005.

En la ciudad de Miami actualmente se está gestando un capítulo más de la triste historia de Cuba con todos los ingredientes de un best seller de espionaje internacional: el affair Santiago Alvarez.

Cuando se produjo la noticia de la supuesta entrada de Posada Carriles a los Estados Unidos por Isla Mujeres, México, en la embarcación Santrina, conversábamos unos amigos sobre el tema y de inmediato llegamos a una conclusión: bajo las circunstancias de inoportunidad en que este incidente se había producido, y con la mano de Cuba detrás de la información que en seguida brindó cierta prensa mexicana, ambas cosas eran un claro índice de la presencia de un confidente dentro de la madeja de los acontecimientos y de que el gobierno de Cuba, exactamente Castro, estaba escribiendo el guión de la película.

Estábamos de nuevo ante una combinación letal para la libertad de Cuba: Seguridad del Estado + un delator + gobierno de los Estados Unidos, en este caso del brazo del Buró Federal de Investigaciones (FBI).

Esta corrosiva mezcla de intereses y contraintereses, la viví muy pronto en carne propia a los inicios de esta lucha. Ya que cuando pasé a la Secretaría Nacional de Organización del Directorio Revolucionario Estudiantil, la persona que ocupó mi lugar como coordinador nacional de Abastecimientos fue Jorge Medina Bringuier, alias el Mongo, hoy con cientos de presos y varios fusilados a sus espaldas y el hombre que le dió el puntillazo final a la clandestinidad anticastrista en Cuba, tras llevar a la cárcel a más de 500 personas, entre ellos a mi padre, Benito Pérez, y a quien fue para mí una madre, mi tía Sara Diez-Argüelles.

Con inmensa rabia recuerdo que durante meses viví bajo el mismo techo con un capitán de Seguridad del Estado que nos estaba traicionando, y aún recuerdo el tono de su voz, varias de sus frases, sus miradas oblicuas y su rostro ladino e hipócrita. Fue increíble como hasta en los más mínimos detalles la Seguridad del Estado aleccionó a este monstruo para que no despertara la más mínima sospecha. Y el trabajo de espionaje que hizo Cuba fue tan perfecto, dejando pistas sueltas y contradicciones falsas, que aun hoy los actores de este drama, Tommy y Cecilia Fernández Travieso, Laureano Pequeño, Bobby Quintairos, Raul Cay y otros como en el libro Rashomon de Ryunosuke Akutagawa, contemplan el crimen desde puntos de vista diferentes: ¿fue el Mongo un agente comunista desde el principio de la lucha o en algún momento cayó en manos de la Seguridad y se pasó al bando enemigo?, ¿fue este miserable agente de Cuba y al mismo tiempo agente de la CIA? Si trabajaba también para La CIA..., ¿cuándo esta agencia lo contactó?

Sólo añado que meses después de haber dejado Jorge Medina Bringuier un racimo de lágrimas y sangre tras sí y haber destruido la clandestinidad, saltó el muro de Berlín, se refugió en la embajada de los Estados Unidos y hoy la CIA lo proteje y mantiene oculto bajo una falsa identidad en algún lugar del mundo.

Hoy miro los ingredientes del drama de Santiago y me digo, recordando este incidente de los años 60, ¿hasta qué punto para Cuba comunista es un juego de niños manipular y plantar evidencias ante la justicia norteamericana, para neutralizar a un peligroso enemigo?

Otra cosa que produce escalofríos: ¿cómo es posible que se produzca un triple incidente interconectado, tal como un discurso de Castro desde La Habana, una página publicada por Cuba en The New York Times a un costo de $160,000 y, de inmediato, como obedeciendo las órdenes castristas, el FBI se lanza a apresar a Santiago Alvarez? ¿Casualidad? ¿Acuerdos bajo el tapete de dos gobiernos aparentemente enemigos? ¿algún agente castrista o algún simpatizante a ultranza de Castro en una posición clave y ejecutiva dentro del actual gobierno de los Estados Unidos?

Finalmente, admito que soy amigo de Santiago desde nuestros años de estudiantes en la Havana Military Academy. En el 60 compartimos el sueño de liberar a Cuba juntos, en casa tengo aún tres emotivas cartas suyas de aquella época. Y aunque en un momento determinado tomamos rumbos estratégicos diferentes para lograr el derrocamiento de Castro, considero a Santiaguito uno de los combatientes con más honradez, principios y amor a Cuba de toda esta lucha. En este momento él representa a una palma crucificada entre el repugnante gobierno castrista y ciertos intereses bastardos del gobierno de los Estados Unidos, y guardar silencio, dejar a Santiago a su suerte en un minuto en que estamos siendo traicionados por todo el arco iris del mundo democrático y occidental, créanme, será un crimen que recogerá y no perdonará la historia.

nicop32000@yahoo.com

IMPRIMIR



PRENSAS
Independiente
Internacional
Gubernamental
IDIOMAS
Inglés
Francés
Español
SOCIEDAD CIVIL
Cooperativas Agrícolas
Movimiento Sindical
Bibliotecas
DEL LECTOR
Cartas
Opinión
BUSQUEDAS
Archivos
Documentos
Enlaces
CULTURA
Artes Plásticas
El Niño del Pífano
Octavillas sobre La Habana
Fotos de Cuba
CUBANET
Semanario
Quiénes Somos
Informe Anual
Correo Eléctronico

DONACIONES

In Association with Amazon.com
Busque:


CUBANET
145 Madeira Ave, Suite 207
Coral Gables, FL 33134
(305) 774-1887

CONTACTOS
Periodistas
Editores
Webmaster