Críticas
mundiales contra Fidel
Tras las expulsiones de legisladores
y periodistas opositores se multiplican en Europa
los pedidos de una línea más dura
con el gobierno de Cuba
Infoabe,
Argentina, 23 de mayo de 2005.
En España, Italia y Alemania reclamaron
ayer una línea más dura con el gobierno
de Fidel Castro, tras la expulsión de un
grupo de parlamentarios y periodistas opositores,
que habían viajado a Cuba a una asamblea
de disidentes.
Dos ex senadoras españolas, Isabel San
Badomero y Rosa López Garnica, del opositor
Partido Popular, fueron sacadas de su hotel en
la capital de Cuba y enviadas al aeropuerto, donde
se las obligó a embarcar de regreso.
La misma suerte corrió el diputado Arnold
Vaatz, que también fue expulsado de la
isla el viernes.
El enviado del periódico italiano Corriere
della Sera, Francesco Battistini, fue retirado
de su hotel y echado del país.
Éstos son sólo algunos de los casos.
La larga lista la completan parlamentarios de
Polonia y la República Checa, además
de numerosos periodistas que viajaron a cubrir
el evento.
Según publicó hoy el diario Clarín,
el gobierno español exigió ayer
a La Habana una explicación de por qué
se había expulsado a sus dos ex senadoras
nacionales.
En tanto, el ministro de Justicia, Juan Fernando
López Aguilar, dijo que se trataba de "un
incidente grave y desagradable", teniendo
en cuenta que Madrid había abogado a comienzos
de año por el levantamiento de las sanciones
que la Unión Europea mantenía contra
Cuba y que fueron eliminadas en enero pasado.
Desde Alemania instaron a la Unión Europea
a adoptar una línea más dura hacia
el gobierno de La Habana. "Con su decisión
de levantar las sanciones la Unión Europea
se hizo cómplice del gobierno de Fidel
Castro", dijeron.
En Roma, el canciller Gianfranco Fini también
convocó al embajador cubano para que explicase
la expulsión del periodista italiano de
la isla.
En el mundo, la decisión adoptada por
el gobierno de Castro es vista como el comienzo
de la debilidad de las relaciones internacionales
y se convirtió en una inyección
de vitalidad para sus más importantes enemigos,
al tiempo que activó internas políticas,
en especial en España, cuyo gobierno socialista
había intercedido en favor de La Habana.
Las críticas llegaron también desde
la propia isla: la asamblea disidente la encabeza
la economista Marí Beatriz Roque, quien
ayer en La Habana dijo que las expulsiones "son
una muestra de cómo quiere el gobierno
cubano exportar el totalitarismo y es algo que
va dar al traste con las opiniones que hay en
el mundo acerca de lo que está sucediendo
en Cuba".
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