España
reúne a intelectuales y repudian el régimen de
Castro
Raúl Rivero recibió
el Premio a la Tolerancia de Madrid, en un acto
por el pueblo de Cuba en rechazo al gobierno de
la isla. Zoé Valdés y Vargas Llosa
fueron de la partida
Infoabe,
Argentina, 18 de mayo de 2005.
(EFE).- El acto congregó a políticos,
escritores e intelectuales y en él intervinieron
la escritora cubana Zoé Valdés,
el peruano Mario Vargas Llosa y el chileno Jorge
Edwards, quienes elogiaron la valentía
de Rivero.
Además, reclamaron la implicación
internacional, sobre todo la de los países
que han vivido dictaduras, para acabar con la
"tiranía castrista" y permitir
que los cubanos recuperen la libertad. Rivero
explicó que su profesión de periodista,
además de poeta, lo ha llevado siempre
a defender la libertad y le costó 20 años
de cárcel en su país, de los cuales
cumplió más de veinte meses, hasta
que a finales de 2004 quedó en libertad,
gracias a la presión internacional.
Ahora Rivero y su familia residen en Madrid,
desde donde el escritor lucha cada día
por sacar de las cárceles cubanas a las
300 personas que reclaman su libertad, para quienes
pidió a la comunidad internacional "las
mayores dosis de tolerancia, las mismas que encontró
la España de la transición".
La ceremonia de entrega del premio estuvo encabezada
por la presidenta regional de Madrid, Esperanza
Aguirre, acompañada por la mayoría
de los consejeros de su gabinete, Aguirre señaló
que "durante muchos años" España
mantuvo "una actitud de inmoral indiferencia"
hacia lo que sucedía en Cuba, que sólo
conservan "los nostálgicos del 'gulag'",
y advirtió de que con frecuencia, "detrás
del disfraz de la tolerancia y el diálogo,
se encuentra la cobardía y la indiferencia
por el sufrimiento y la falta de libertad ajenos".
Por su parte, Vargas Llosa calificó de
"muy triste, bochornoso y una vergüenza"
que regímenes democráticos de países
"que han padecido dictaduras actúen
con complacencia, y en algunos casos con complicidad,
con la dictadura cubana".
Añadió que España y Perú,
que han vivido situaciones políticas parecidas,
"tenemos la obligación de ayudarles".
Zoé Valdés se situó entre
los exiliados cubanos "supervivientes de
la pesadilla de la isla", cuyo "sufrimiento"
a lo largo de estos años de dictadura hace
que "no podamos traicionar a nuestros muertos".
El chileno Jorge Edwards relató que durante
su etapa de diplomático en Cuba comprobó
que el régimen castrista "no era una
solución política, sino una aberración",
y que mantiene una actitud "vigilante"
en su país, donde "a veces -dijo-
noto una complacencia torpe y tonta respecto a
los exabruptos e insolencias de Castro".
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