El diamante negro
Bertha Antúnez, El
Nuevo Herald, 18 de marzo de 2005.
Placetas, Villa Clara, Cuba -- El 15 de marzo
de 1990 el régimen de Cuba encarceló
a uno de sus mejores hijos por el solo hecho de
querer vivir en libertad y democracia. Todo comenzó
cuando mi hermano, prisionero político
y de conciencia cubano, expresó públicamente
en una plaza sus ideas. Pero esto en nuestro país
constituye un delito, que se paga con la cárcel
y posteriormente con malos tratos y violaciones
que en la misma se ejecutan impunemente.
Jorge Luis García Pérez, Antúnez,
lleva cumplidos quince años de una sanción
de diecisiete sometido a golpizas, celdas de castigo
y tapiadas, al hambre, a la falta de asistencia
médica y religiosa. Ha tenido que dormir
por años en pisos fríos y húmedos.
De este tiempo en prisión, más de
diez años lo han mantenido desterrado de
su provincia.
Jorge Luis tuvo el sueño de ser atleta
y en cambio recibió golpizas que le quebraron
su salud, que era la de un joven de veintiún
años y lo convirtieron en un adulto lleno
de enfermedades crónicas, que le acompañarán
el resto de su vida. Quería ser karateca
y contra él han practicado las más
disímiles técnicas de artes marciales,
incluso esposado.
Jorge Luis tuvo el sueño de ser abogado
y en todas las prisiones recibió la aplicación
de las más despiadadas leyes y medidas
de represión de su libertad individual.
A cambio conoció la forma de tratar a un
hombre cuando se atreve a pensar diferente en
una sociedad totalitaria y de esto no aprendió
nada como abogado, sólo el reflejo para
tratar de defenderse.
Jorge Luis tuvo el sueño de una patria
libre y ha tenido que vivir estos quince años
en prisión, pensando que sus familiares
y compatriotas fuera también lo están,
en una prisión grande. Ha recorrido toda
la isla de prisión en prisión. Ha
conocido cada método y cada forma de trato
inhumano en cada lugar donde ha estado, y siempre
ha tratado de crear a su alrededor el ambiente
de libertad interior que es tan necesario cuando
no se tiene la libertad externa. Los demás
presos lo han entendido, lo han querido y lo han
elegido como un líder que les proporciona
los elementos para pensar libremente. A pesar
de esto, o tal vez por esto lo han vuelto a golpear,
lo han trasladado y ha tenido que comenzar nuevamente
a predicar el nuevo evangelio para mostrar dónde
radica la verdadera esencia de ser libres a otros
que no lo conocen.
No pudo ser abogado, ni atleta, pero sí
ha podido poco a poco labrar los cimientos de
una patria libre. En todos los lugares por donde
ha pasado, ha unido a un gran grupo de hombres
de nobles ideas que han formado una organización
que se distingue como el Presidio Político
Pedro Luis Boitel. Este movimiento, además,
une a las familias de los prisioneros políticos
cubanos y ha estado presente en cada injusticia
cometida con un preso en el lugar que sea, tenga
la condición que tenga, política
o común, siempre que con el mismo se esté
cometiendo una violación a los derechos
humanos.
Su sueño no ha podido ser totalmente arrebatado
a pesar de todas las medidas que el régimen
ha empleado con el ánimo de acallar su
voz. El diamante negro, como se conoce a mi hermano
en las cárceles, está ahí
y se mantiene firme e inclaudicable. Ha sido reconocido
por muchas personas de buena voluntad en el mundo
que han valorado su entereza y esfuerzo, e incluso
lo han premiado internacionalmente por su labor
en pro de los derechos humanos. Su divisa fundamental
es: "Hagan más por los presos que
lo necesitan, o no tendrán quien haga por
ellos; algún día la patria será
libre''.
Bertha Antúnez Pernet es hermana del
prisionero político Jorge Luis García
Pérez, "Antúnez''.
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