Menos azúcar y más pobreza
Pablo Alfonso, El
Nuevo Herald, 20 de marzo de 2005.
El dictador cubano Fidel Castro decretó
el pasado jueves el fin de la industria azucarera
en la isla.
''El azúcar no volverá jamás
a este país, pertenece al tiempo de la
esclavitud'', dijo Castro al reconocer que la
actual zafra azucarera será sólo
de 1.5 millones de toneladas, la más baja
en la historia de Cuba.
Castro, quien está ahora entusiasmado
con los altos precios del níquel y los
acuerdos firmados con China para desarrollar esa
industria minera, desechó sus otroras grandiosos
planes de producción azucarera y denunció
que la industria azucarera utiliza tres veces
más combustible que el sector del Transporte.
A pesar de que hace dos años Cuba reestructuró
la industria azucarera, clausurando medio centenar
de centrales, y disminuyendo la mano de obra en
casi 200,000 trabajadores, la producción
de azúcar no ha logrado recuperarse. En
esta zafra que debe concluir en abril, trabajan
solo 56 centrales, de los 85 que están
en condiciones operativas.
Sin embargo, la mayor parte de la intervención
del dictador cubano estuvo dedicada a evaluar
la distribución de ollas y arroceras eléctricas
que se inició el pasado nueve de marzo.
Castro reconoció que una gran parte de
los núcleos familiares en Cuba no podían
comprar esos utensilios domésticos al precio
establecido de 150 pesos cubanos.
En estas circunstancias el Estado cubano entregó
sin costo alguno los utensilios a las personas
que dependen de la asistencia social, es decir
a quienes viven en el nivel de pobreza extrema
y reciben 50 pesos mensuales del gobierno para
sobrevivir.
Según Castro existen en Cuba un total
de 257,030 núcleos familiares que reciben
asistencia social, lo que equivale a un total
de 476,512 personas. Eso sin contar con un gran
número de pensionados y jubilados, cuyas
pensiones están por debajo de los 100 pesos
al mes.
De acuerdo con el economista cubano, Carmelo
Mesa-Lago, profesor Emérito de Economía
de la Universidad de Pittsburgh, la cifra ofrecida
por la CEPAL para 2002 fue de 192,511 personas
que recibían asistencia social.
''Segun las cifras de Castro es ahora de 476,512
un incremento de 2.5 veces en dos años.'',
subrayó.
Mesa-Lago comentó que el gasto de asistencia
social en Cuba se mantuvo estancado en 0.5% a
0.6% del PIB en 1989-2000 pero subió a
1.2% en 2002 y, obviamente, debe haber aumentado
considerablemente basado en el incremento de casos,
aunque la suma de 50 pesos mensuales es menos
de 2 dólares al último cambio de
24 por 1.
Por lo pronto hay que concluir que, a pesar de
la euforia mostrada por Castro , lo concreto es
que por ahora, hay menos azúcar y más
pobreza.
palfonso@herald.com
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