Oro
negro para Fidel
En las principales arterias
de La Habana se han levantado enormes paneles
con la leyenda "Vamos bien", acompañado
de la foto de Fidel Castro en su uniforme verde
olivo. La sonrisa forzada le da al mensaje un
aire de conminación... y el líder
de la Revolución Cubana refuerza su posición,
pese a todos los pronósticos, gracias a
Hugo Chávez.
Jean-Michel Caroit, Le Monde.
Publicado el 3 de julio de 2005 en La
Nación, Chile.
Los testimonios de las personas que se han entrevistado
estos últimos meses con Fidel Castro son
coincidentes: a pesar de los cortes de corriente,
que exasperan a una población sofocada
de calor, el comandante en jefe de la Revolución
Cubana atraviesa por un período de euforia.
Está convencido de que la "alianza
estratégica" con el Presidente de
Venezuela, Hugo Chávez, a quien considera
su hijo espiritual, le ha dado un nuevo aire a
la Revolución Cubana, que se esfuerza por
recuperarse del terrible choque provocado por
el desmoronamiento del bloque socialista.
Aún no se decreta oficialmente el fin
del "período especial", esa fase
de ajustes brutales que siguió a la desaparición
de la Unión Soviética. Pero de ello
se habla discretamente en los círculos
del poder. "El poder se siente fuerte gracias
al petróleo venezolano", confirma
Osvaldo Payá, uno de los principales dirigentes
de la disidencia. No se ha divulgado la cantidad
exacta de oro negro venezolano entregado a Cuba,
pero, según diversas fuentes, cubanas y
diplomáticas, es de cerca de 90 mil barriles
al día. Eso le permite a la isla reexportar
una parte, como hacía antes con el petróleo
soviético.
"Gracias a su alianza con Venezuela, Cuba
se beneficia del elevado precio del crudo, como
si fuera un país de la OPEP", bromea
un diplomático. Adán Chávez,
hermano del Mandatario venezolano y embajador
de su país en La Habana, es solicitado
frecuentemente por Fidel Castro. Las relaciones
entre los dos países se desarrollan en
todos los ámbitos. En el plano comercial,
Venezuela ahora ocupa el primer lugar entre los
socios comerciales de la isla, con intercambios
por más de mil millones de dólares
este año. Una misión militar de
alto rango acaba de estar en La Habana. Temiendo
un atentado contra su aliado venezolano, Fidel
Castro puso la experiencia de sus servicios secretos
a disposición de Hugo Chávez, según
se dice en las cancillerías. A cambio de
petróleo, Cuba envió más
de 20 mil médicos, dentistas y entrenadores
deportivos a Venezuela. Fidel Castro prometió
duplicar el número de médicos y
abrir 600 centros de diagnóstico en Venezuela
de aquí a fines de este año. Pero
en Cuba, algunas clínicas empiezan a padecer
escasez de personal.
A ESTATIZAR NUEVAMENTE
Esta estrecha cooperación es considerada
en La Habana la primera piedra de la "alternativa
bolivariana", el ALBA, antítesis del
ALCA, el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas,
concebido por Washington y criticado por Castro
y Chávez por ser un "proyecto neoliberal
y neocolonial".
"Los recientes acontecimientos en Bolivia,
que acercan al poder a Evo Morales (líder
del Movimiento al Socialismo), y el posible regreso
de los sandinistas en Nicaragua, confortan la
visión de Fidel Castro de una América
Latina en la que la izquierda no deja de anotarse
puntos", señala un periodista con
acceso al Palacio de la Revolución.
Otra buena noticia para el líder cubano
es que las empresas canadienses Pebercan y Sherritt
International descubrieron un yacimiento de crudo
comercialmente explotable cerca de las costas
cubanas. A dos kilómetros al noroeste de
la isla, el yacimiento podría contener
más de 100 millones de barriles. Este descubrimiento,
evidentemente, despertó el interés
de varias compañías extranjeras
por la exploración de las costas cubanas.
Después de Venezuela, China y Canadá
consolidan su posición en el mercado cubano.
En su visita a la isla a fines de 2004, el Presidente
chino, Hu Jintao, anunció una inversión
de más de 500 millones de dólares
para modernizar la producción de níquel,
cuya exportación ha tomado el relevo de
la venta de azúcar, la cual se ha desplomado.
China también proporciona toda una gama
de productos electrodomésticos, entre éstos
las famosas autococinas que Fidel Castro distribuye
desde hace tres meses "para economizar energía".
En este favorable contexto externo se lanzó
la operación de "racionalización
de la economía", que pone en entredicho
las medidas de apertura adoptadas en el "período
especial". Fidel Castro siempre consideró
transitorias estas medidas, necesarias para superar
la crisis provocada por la pérdida del
apoyo soviético, pero culpables de ampliar
las desigualdades sociales.
Ya sea que se trate del trabajo independiente
o de las inversiones extranjeras, la "racionalización"
se traduce por "recentralización",
y con ellas el Estado vuelve a recuperar el control
de las actividades que había soltado. ¿Quién
dijo que Fidel agonizaba?
Le Monde (©The New York Times
Syndicate)
|